Saturday, August 27, 2011

Aug | 27 | UB 40

Palabra para meditar – PERSEVERAR

2 Tesalonicenses 3:6-11
“Hermanos, en el nombre del Señor Jesucristo les ordenamos que se aparten de todo hermano que esté viviendo como un vago y no según las enseñanzas recibidas de nosotros. Ustedes mismos saben cómo deben seguir nuestro ejemplo. Nosotros no vivimos como ociosos entre ustedes, ni comimos el pan de nadie sin pagarlo. Al contrario, día y noche trabajamos arduamente y sin descanso para no ser una carga a ninguno de ustedes. Y lo hicimos así, no porque no tuviéramos derecho a tal ayuda, sino para darles buen ejemplo. Porque incluso cuando estábamos con ustedes, les ordenamos: El que no quiera trabajar, que tampoco coma. Nos hemos enterado de que entre ustedes hay algunos que andan de vagos, sin trabajar en nada, y que sólo se ocupan de lo que no les importa.”

UB40

Anoche estaba viendo la televisión, y al ver a UB40 otra vez, me preguntaba si pasarían a la historia como una de las grandes bandas de reggae constituídas por blancos. UB40 fue conformado en 1979 con $8000 dólares por daños que recibió su vocalista por una pelea en la que estuvo envuelto en un bar, siendo menor de edad. La banda publicitó su presencia en la ciudad de Birmingham ¡antes de que hubieran tocado o pudieran tocar algún instrumento! Interesante, ¿no? Oh y por cierto, en el momento de su formación, todos estaban reclamando la ayuda por desempleo.

Realmente, UB40 era el número y el nombre de un formato para reclamar el subsidio de desempleo (Formato de Subsidio de Desempleo UB40). Cada vez que uno firmaba como desempleado pero disponible para trabajar, se tenía que llenar un formato UB40, y entonces, por supuesto, se tenía el derecho al subsidio de desempleo, a la mesada para los que buscaban empleo, y en realidad, a lo que fuera que se llamara el apoyo financiero de ese momento, junto con todos los demás beneficios de seguridad social, personales y familiares.

Para aquellos que no pueden trabajar, por falta de aptitud, falta de capacitación o simplemente por falta de trabajos disponibles, esta francamente fenomenal provisión nacional financiera para la comida y para el vestuario, creada en el Reino Unido después de la Segunda Guerra Mundial, ha sido la salvación física para muchos. Para aquellos que no trabajan por pereza, por indolencia, o porque roban, se ha demostrado que les ha representado a ellos una maldición, al igual que ha representado una carga para la nación entera. Porque hay una gran diferencia entre aquellos que no pueden trabajar y aquellos que no desean trabajar, y es a esa diferencia a la que hace referencia nuestro versículo de esta noche. Son tres cosas las que debo decir al respecto:

La primera es para aquellas personas que se sienten inmediatamente agobiadas en su corazón al leer estas palabras. Quizás han estado desempleados por algún tiempo, y tal vez se sienten sin esperanza de encontrar un trabajo. La mañana no les trae más que nubes oscuras, porque a diario ven a los demás que se levantan de su cama y salen para ocuparse de su bien remunerado empleo, mientras ustedes se levantan de la suya, para intentar sobrevivir a otro día de decepción y rechazo. Las palabras de nuestro versículo de esta noche no son para ustedes. Hablando como hombre que soy, les digo en esta noche que no hay un peso más grande en el espíritu de un hombre que aquél de no poder ganarse su propio pan. Los hombres de verdad, cuando no tienen trabajo, especialmente durante largos períodos, se enferman del corazón y de la cabeza. Sólo hay una respuesta para estos hombres y es la de que se les proporcione la oportunidad de un trabajo remunerador. Hasta entonces, si este es su caso, el día de mañana piensen que su búsqueda laboral es un trabajo de tiempo completo en sí mismo, y quizás uno de los trabajos más difíciles que jamás emprendan. En esta noche les digo otra vez que buscar trabajo es un trabajo de tiempo completo, y uno de los más difíciles del planeta. En esto deben de mostrarse de lo más dedicados. Persevera en ello amigo, persevera en ello mi hermano, mi hermana. No, este versículo no es para ustedes en esta noche.

Lo segundo que debo decir es que si tienes toda la intención de no utilizar el sistema para que te ayude a encontrar empleo, sino más bien de abusar del sistema de abastecimiento de tu nación, con todas la intención de recibir, pero sin ninguna intención de hacer un esfuerzo por conseguir empleo, entonces eres un ladrón. Deberían dejar que sintieras hambre para que tu hambre te obligara a dejar tus perezosos caminos. Esto es duro, pero aunque duro, es amor, porque te digo que una nación de holgazanes no siente ningún honor en ellos, ni ello trae ninguna honra a la comunidad o a la nación. La gente así no lleva nada a la mesa, ¡la gente así no lleva nada a ninguna mesa! La gente así deja a los demás con hambre, pero en realidad debería ser ella a la que se le dejara sentir hambre. Estas son palabras duras, pero necesarias.

La tercera y más importante de las cosas que debo decir, va dirigida en particular al trabajador religioso y a aquellos trabajadores religiosos poco metódicos en particular: a aquellos trabajadores religiosos que de hecho, ¡están fuera de servicio! Antes de continuar, permítanme decir justo ahora que mi experiencia con trabajadores religiosos, con aquellos que trabajan predicando, enseñando y sembrando, ha sido la de verlos a ellos y a sus familias en su mayoría, sobrecargados de trabajo. De hecho, lo que he visto es que la mayoría de trabajadores religiosos se fuerzan al límite en su vocación, en detrimento de su propio cuerpo, alma y espíritu. En general, los he visto trabajar como monos locos y recibir su paga en exactamente la misma moneda de monos... ¡cacahuates! Por otro lado, están también aquellos trabajadores religiosos que francamente están esquilando al pueblo de Dios tanto con su pereza como con su fraudulencia. Son soldados sin rango, que exhiben tal flojera en su paso, que se han convertido en perturbadores para el resto del rango y de la fila. Estas personas se detectan claramente pues no son más que entrometidas, impertinentes, agitadoras y estafadoras, que meten siempre su cuchara en la taza de alguien más, que les dicen siempre a los demás cómo comprar y cómo vender, qué hacer y adónde ir, ¡y cómo hacerle al llegar allá! Se les puede ver siempre ocupándose en cosas que al final, son asuntos sin importancia e inútiles. Eviten tales “trabajadores religiosos” y asegúrense de no apoyar sus estilos de vida financieramente frívolos.
Para cerrar, permítanme decir que los trabajadores religiosos necesitan dar cuentas en tres niveles: En primer lugar, a Dios; en segundo lugar a ellos mismos, y en tercer lugar y probablemente el más importante, a puntos de referencia, puntos de responsabilidad, puntos de seguridad, puntos fuera de sí mismos. Para el trabajador religioso la Palabra de Dios es especialmente clara: sean diligentes en su trabajo, y permítanme decir que eso significa, ¡sean capaces de dar cuentas a otros!

Medita: “Nos hemos enterado de que entre ustedes hay algunos que andan de vagos, sin trabajar en nada, y que sólo se ocupan de lo que no les importa. A tales personas les ordenamos y exhortamos en el Señor Jesucristo que tranquilamente se pongan a trabajar para ganarse la vida. Ustedes, hermanos, no se cansen de hacer el bien. Si alguno no obedece las instrucciones que les damos en esta carta, denúncienlo públicamente y no se relacionen con él, para que se avergüence. Sin embargo, no lo tengan por enemigo, sino amonéstenlo como a hermano.” 2ª Tesalonicenses 3:11-15

Ora: Señor, bendice a tus trabajadores. Señor, bendice a aquellas personas que están robando a otras iglesias al impedir que hagan la obra que les has mandado a hacer en lugares difíciles del mundo. Señor, por favor, provee a todos Tus trabajadores, remueve el bozal de los bueyes y dales su alimento diario. Señor, bendice a aquellos que no tienen un trabajo lucrativo en esta noche y concédeles esperanza en la mañana; concédeles una perseverancia poderosa y con ella, una prosperidad real que les siga de cerca. Señor, por favor, provee y recompensa tanto a Tus trabajadores como a todos aquellos que buscan trabajo. En el nombre de Jesús te lo pedimos juntos. ¡Amén!





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