Monday, August 29, 2011

Aug | 29 | Impulsado por lo demoníaco

Palabra para meditar – NUEVO

Apocalipsis 18:2-6
“Gritó a gran voz: ¡Ha caído! ¡Ha caído la gran Babilonia! Se ha convertido en morada de demonios y en guarida de todo espíritu maligno, en nido de toda ave impura y detestable. Porque todas las naciones han bebido el excitante vino de su adulterio; los reyes de la tierra cometieron adulterio con ella, y los comerciantes de la tierra se enriquecieron a costa de lo que ella despilfarraba en sus lujos. Luego oí otra voz del cielo que decía: Salgan de ella, pueblo mío, para que no sean cómplices de sus pecados, ni los alcance ninguna de sus plagas; pues sus pecados se han amontonado hasta el cielo, y de sus injusticias se ha acordado Dios. Páguenle con la misma moneda; denle el doble de lo que ha cometido, y en la misma copa en que ella preparó bebida mézclenle una doble porción.”


Impulsado por lo demoníaco

Recuerdo haber escuchado a dos misioneros que habían trabajado durante muchos años entre pueblos tribales, contando las experiencias que habían tenido con las prácticas ocultistas y paranormales de aquella misma gente pobre. El misionero de carácter y naturaleza más práctica, menospreciaba las ideas y experiencias ocultistas del pueblo tribal en medio del cual trabajaba, mientras que el otro, más poético y místico en su carácter y experiencia, validaba la presencia, práctica y resultado de la magia ocultista entre los pueblos tribales. Ustedes saben: hay pueblos tribales ignorantes, ¡que realizan algunas cosas desagradables y necias!

En esta noche no importa de qué lado estén, porque yo no quisiera concentrarme tanto en la validez o lo que sea, de las observaciones de los dos misioneros, sino más bien, en cómo nosotros, como seres humanos pecadores, respondemos a la práctica y aparente evidencia de actividad paranormal ocultista entre nosotros. Esto es importante, porque en el siglo 21, se informa que en Papúa Nueva Guinea hay individuos de algunas tribus que ¡están enterrando vivas a personas infectadas con el VIH o que son víctimas del SIDA! ¿Por qué está sucediendo esto y tiene alguna relación con nosotros, los occidentales, que somos personas civilizadas y no demonizadas por las prácticas ocultistas?

Permítanme sugerir tres razones por las que estas pobres e ignorantes personas endemoniadas, están enterrando sus problemas.

La primera es que las prácticas ocultistas siempre florecen en medio de la ignorancia. Ignorancia de los hechos, ignorancia de la ciencia e ignorancia de la bondad paternal de Dios. No sean tontos tratando de evitar los hechos en cualquier asunto. No sean brujas necias. No sean shamanes tontos. ¡No ignoren los hechos! Si ustedes están enterrando personas vivas, entonces obviamente están bajo la influencia de una oscuridad terrible. En Occidente, por supuesto, nunca haríamos eso; somos mucho más civilizados y sabios, y eso se ve claramente en la manera en la que tratamos a nuestros pequeños: cortando la parte posterior de sus pequeños cuellos cuando aún están vivos, extrayendo el cerebro de todos aquellos bebitos no deseados, o sumergiéndolos en sal o aspirándolos vivos del vientre de sus mamás, para poder sacarlos en pedacitos y luego incinerarlos... bueno, ustedes comprenden. ¡Gracias a Dios que son sólo esas locas tribus de Papúa Nueva Guinea las que están bajo el influjo de prácticas ocultistas!

La segunda razón por la que enterramos vivos a nuestros problemas, es que el corazón humano necesita ayuda; incluso aquellos corazones encendidos por la ardiente compasión de Dios, necesitan ayuda. Porque si no le arrojamos provisión a las flamas de la bondad, cualquier esperanza que florezca como una llama entre los seres humanos, puede extinguirse fácilmente. ¡Los humanos necesitan ayuda! La ayuda de la educación, la ayuda de la administración, la ayuda de la provisión, la ayuda del descanso, la ayuda de las finanzas, la ayuda del confort, incluso la ayuda del castigo y la corrección; porque sin ayuda, la esperanza muere fácilmente en el corazón humano, y la helada desesperación que la muerte deja a su paso, abre el espacio para que surja una oscuridad oculta fatal. ¡Gracias a Dios porque en el Occidente tenemos esperanza! ¡En donde no hay una sola persona mentalmente enferma que esté durmiendo debajo de un puente, en donde no hay un solo niño abandonado, en donde no se desamparan las ciudades inundadas bajo las olas, en donde la tasa de suicidio entre nuestros jóvenes es prácticamente inexistente, pues todos tienen una esperanza certera en un buen futuro, con trabajos excelentes y sin la menor posibilidad de vivir una vida mentalmente entumecida por el consumo de drogas adictivas! Gracias a Dios porque en Occidente tenemos esperanza, y no estamos bajo la influencia de ninguna práctica ocultista engañosa.

La tercera y más terrible razón por la que enterramos vivos a nuestros problemas, es porque en esencia, somos la más malvada de las criaturas. Cuando la desesperación acecha la tierra, cuando todos los rostros de la bondad de Dios están eclipsados, entonces nosotros los humanos, nos arrastramos como piojos de cabeza rancia, entre la enmarañada oscuridad. Nos rehusamos a ver cuán malvados somos realmente. Si nos abandonáramos a nuestra suerte, y lo digo otra vez, si nos abandonáramos a nuestra suerte, nos devoraríamos totalmente unos a otros, porque la propensión del corazón humano de lanzarse hacia los abismos gélidos de una profunda oscuridad, ¡es absolutamente escandalosa! Sí, cuando quedamos abandonados a nuestra suerte, aparece el ocultismo y nuestra respuesta es, realmente, canibalesca.

No obstante, ¡gracias a Dios que en Occidente no somos así! ¡Gracias a Dios que no necesitamos armas en Estados Unidos ni miles de cartuchos que nos mantengan a salvo durante la noche! Gracias a Dios que nuestros niños pueden jugar en la calle mientras los viejos más sabios y vigilantes los orientan y guían, los cuidan y abrazan. Gracias a Dios porque podemos confiar en los gobernantes que elegimos, porque no necesitamos seguro médico y porque nuestros doctores no necesitan seguros por malas prácticas. Gracias a Dios porque sólo le damos a nuestros cuerpos la mejor nutrición y metemos a nuestras mentes la información más saludable. Gracias a Dios, digo yo, porque aquí en Occidente, cuando quedamos abandonados a nuestra suerte, ¡sólo lo mejor se hace evidente! Cielo santo... la joya de la corona del horizonte de Nueva Orleans, el mismísimo superdomo de Louisiana, atestigua ese único hecho certero de que en Occidente, sólo lo mejor se hace evidente. Gracias a Dios porque no estamos bajo la influencia de ninguna práctica ocultista oscura.

La terrible verdad es que la ignorancia, la falta de ayuda para avivar la llama de la esperanza de modo que se convierta en bondad, y nuestros corazones terribles y malvados, sentados como reyes autocomplacientes en el centro de nuestro universo, son todas manifestaciones de influencias y prácticas tipo ocultistas. Bajo semejante influjo casi ocultista, la obra del pecado, que es la preservación del propio ser a costa de lo que sea, se manifiesta evidentemente entre todos nosotros, y se puede ver claramente ¡cuando enterramos todos nuestros problemas y devoramos vivos a nuestros pequeños!

La verdad es que todos nosotros estamos siendo consumidos por influencias tipo ocultistas y por prácticas demoníacas. Que Dios nos ayude, porque sin Él, sin Él implantando nuevos corazones dentro de nosotros, y si a su vez esos corazones no aspiran el aire de Su esperanza y expiran los detalles prácticos de Su bondad, nosotros, como humanidad, ¡estamos verdadera y completamente acabados!

Este trasplante de un corazón nuevo es la esencia de las buenas nuevas de Jesucristo, y este es el mensaje que nosotros, los portadores de sal y de luz, deberíamos estar predicando a aquellos que están dispuestos a oír. Digo dispuestos a oír, porque muchos no desean hacerlo. Nosotros, doblemente ciegos, tontos y descarados, y felicitándonos a nosotros mismos como pomposos engañadores de nuestro verdadero ser, no estamos dispuestos a escuchar, no estamos dispuestos a meditar en nuestra propia maldad, porque estamos bajo la influencia de una manipulación ocultista tal, que incluso frente a una evidencia tan brutal y mordaz, ¡aún creemos que nosotros los humanos somos esencialmente buenos!

Se dice que en Papúa Nueva Guinea los pueblos ignorantes, consumidos por la oscuridad, están enterrando sus problemas vivos. Gracias a Dios que no soy yo. Gracias a Dios que no eres tú. ¡Gracias a Dios que no somos nosotros!

Medita: “Por último, fortalézcanse con el gran poder del Señor. Pónganse toda la armadura de Dios para que puedan hacer frente a las artimañas del diablo. Porque nuestra lucha no es contra seres humanos, sino contra poderes, contra autoridades, contra potestades que dominan este mundo de tinieblas, contra fuerzas espirituales malignas en las regiones celestiales. Por lo tanto, pónganse toda la armadura de Dios, para que cuando llegue el día malo puedan resistir hasta el fin con firmeza.” Efesios 6:10-13

Ora: Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea Tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día. Perdona nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores. Y no nos dejes caer en tentación, sino líbranos del maligno. Porque tuyo es el reino, el poder y la gloria, por siempre. Amén. Mateo 6:9-13


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