Friday, September 23, 2011

Sep | 23 | El reflector del Padre

Palabra para meditar– GLORIA

Hebreos 1:3
“..el cual siendo el resplandor de Su gloria y la imagen misma de Su persona...se sentó a la derecha de la Majestad en las alturas.”

El reflector del Padre

Con respecto a la palabra “resplandor” de nuestro versículo de esta noche, la palabra griega “apaugasma”, sólo se utiliza aquí en todo el Nuevo Testamento. Literalmente significa un destello, una llama del sol, un hoyo de gloria que penetra Su horno santo; un reflector proveniente del corazón del Padre, que brilla sobre la humanidad desesperanzada, que anda a tientas en la oscuridad, sin siquiera luchar por encontrar el interruptor de la luz. Con respecto entonces a la gloria de Dios, Jesús es el resplandor andante de esa gloria, una antorcha tangible de un amor que ilumina, que se puede tocar. Jesús es Dios. Dios, la Luz del mundo se hizo manifiesta entre nosotros y se mudó a nuestro vecindario
.
En la oscuridad de esta misma noche, si ruidos extraños los despertaran, probablemente lo primero que buscarían sería una luz, alguna forma de iluminación que alumbrara su camino y les mostrara el peligro, ¡y que además alejara al depredador atemorizado! Jesús es esa luz, y tú lo necesitas, porque los ruidos extraños que escuchas en tu espíritu son los chirridos de tu pecado y el arañazo distante de los demonios que se alistan al instante, para venir y devorar tu alma. Sí, realmente necesitas buscar a Jesús, la Luz, y dejar que Él guíe con seguridad tu camino y espante a todos tus depredadores. No hay otra manera de detener los arañazos distantes y de cerrar las bocas de los leones depredadores. Así que busca a Jesús en esta noche. Sí, pídele que el reflector de Dios venga y brille en el centro mismo de tu atormentado ser ¡y te dé de Su luz admirable!

Medita: “Una vez más Jesús se dirigió a la gente, y les dijo: Yo soy la luz del mundo. El que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.” Juan 8:12

Ora: Enciende Tu luz, oh Dios, enciende Tu luz y haz que toda la oscuridad se vaya. Enciende Tu luz, oh Dios, enciende Tu luz y haz seguro el camino donde me siento atrapado. Enciende Tu luz oh Dios, enciende Tu luz y rompe todo temor y turbación. Enciende Tu luz, oh Dios, enciende Tu luz y llévate lejos y para siempre, la oscuridad. Te lo pido en el nombre de Jesús. Amén.

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