Wednesday, October 26, 2011

Oct | 26 | El show del camino verdadero

Palabra de ensueño- CUENTAS

2 Samuel 24:24-25
“Pero el rey le respondió a Arauna: Eso no puede ser. No voy a ofrecer al SEÑOR mi Dios holocaustos que nada me cuesten. Te lo compraré todo por su precio justo. Fue así como David compró la parcela y los bueyes por cincuenta monedas de plata. Allí construyó un altar al SEÑOR y ofreció holocaustos y sacrificios de comunión. Entonces el SEÑOR tuvo piedad del país, y se detuvo la plaga que estaba afligiendo a Israel.”

El show del camino verdadero

Un análisis de la utilización del diezmo recibido en el Antiguo Testamento, ese 10% sobre el que la iglesia siempre tiene su mirada puesta, revela que era utilizado esencialmente en tres áreas principales: para el sostenimiento del personal, para la compra y mantenimiento de las instalaciones y para el financiamiento de varias personas/programas generadores de dinero. Las iglesias locales actualmente, y creo yo, todas las organizaciones para-religiosas cristianas, utilizan los mayores porcentajes de sus finanzas recolectadas para exactamente las mismas tres áreas en la misma vieja canasta.

¡Ahora, no se equivoquen aquí! ¡El obrero es digno de su salario, aunque con frecuencia, algunos Pastores no son merecedores de tanto como les pagamos, y con mayor frecuencia aún, muchos Pastores son merecedores de mucho más de lo que les damos! Sí, el obrero es digno de su salario, y las instalaciones deberían ser cálidas y acogedoras y atractivas, aunque no necesariamente lujosas, caras y cómodas, y los programas financiados correctamente son, no sólo justificación de nuestra existencia sino que algunas veces, verdaderamente hacen bien. Algunas veces.

Bueno, ahora que hemos aclarado lo anterior, permítanme decir seis cosas esta noche, para cerrar.

Primero, que dar un 10% es demasiado para algunas personas. Dar el 10% de nada, cuando tienes menos que nada entrando y más que nada saliendo, es o insensatez o fe. Espero que sea fe, porque eso complacerá a Dios, y unirá a tu familia, por el costo de darlo sacrificialmente.
Segundo, que el 10%, simplemente, no es suficiente para algunas personas. El diez por ciento de “toneladasdedinero” es un ítem contable que tu contador necesita utilizar para asegurar una deducción de impuestos al final del año fiscal. No hay sacrificio aquí. En verdad, aquí no hay sacrificio.

Tercero, el diezmo, aunque es un principio Bíblico, no es una práctica del Nuevo Testamento. La práctica del Nuevo Testamento es el dar con regocijo, con gozo y en forma regular, aquello que hemos decidido en nuestros corazones. Podría ser mucho menos del 10% y, también, podría ser mucho más. Puede variar de ofrenda en ofrenda y de dador en dador, y eso está bien.
Cuarto, ¡que si te has comprometido a dar de manera regular para las tres áreas de esa canasta, entonces da y hazlo fielmente! Recuerda que otros cuentan con lo que te comprometiste a dar.
Quinto, que hay otro principio que debe aplicarse al dar, que precede al regocijo de la tarea: Dar honrando a Dios; dar creyendo; dar en forma gozosa y dar sabiendo que será usado por el receptor de la manera más santa y más sabia. Eso es dar en forma sacrificial. La ofrenda, que seguramente quedará unida al más grande regocijo, es algo que te ha costado dar.

Por último una confesión. Es una confesión doble; en realidad les digo que yo le he dado mi todo a Dios. Muchas veces lo he lamentado, otras más, he deseado recobrarlo, y en otras no he dado con alegría. Algunas veces, pido perdón a Dios por esta ofrenda que me es tan difícil dar. Por otro lado, debo decirles que en lo que respecta a las cosas básicas de la vida, como alimentos, vestido, transporte y artículos en general, no me ha costado nada darme a mí mismo como un esclavo al servicio de Jesucristo. ¡Es extraño pensar eso! que el darme a mí mismo, no me cuesta, ni me costó nada hacerlo.

No sé qué clase de programa contable de computación tiene el Señor, pero sí sé que tiene uno y que el acceso es libre, para que todos lo veamos. Un día, todos sabremos el verdadero costo de nuestras obras sacrificiales en cuanto al oro, la plata, las piedras preciosas, la madera, el heno y el rastrojo, en la columna de la derecha, del gran balance de Dios. Debo decirles, que esta es una de las grandes cosas sobre la que más ansío descubrir en el gran Show Itinerante de Antigüedades en el cielo. ¡Esto es, descubrir cuál es el valor real de todas nuestras tontas inversiones! Imaginen todos esos rostros desilusionados ante la triste evaluación de los tesoros de los que tanto se hablaba y se presumía, y todas las otras exhalaciones, con caras de sorpresa, que se verán y se oirán, cuando lo que algunos consideraban como un pedazo de chatarra, libera indecibles millones a las puntas de sus pequeños dedos, los cuales más tarde podrán gastar a su placer en cada negocio angelical, por todo el vasto nuevo universo. Oh sí, aún los ángeles realizan transacciones y, por lo tanto, creo yo, fabrican objetos. Sin embargo, ¡detengamos aquí este vuelo de fantasía...!

Esta noche no me atrevo, y no me presentaré, como nada más que un discípulo renuente y un dador renuente además, pero encuentro interesante el considerar estas cosas: que en algunos aspectos me cuesta dar, pero en muchos otros, simplemente, siento tanto la necesidad de dar ¿Y ustedes? En todo lo que han dado de ustedes mismos y de sus cosas, ¿cuál piensan que será la etiqueta de precio que le será colocada a todo lo que le han dado a Jesús?

Reflexiona: “A quien me sirva, mi Padre lo honrará.” Juan 12:26b

Ora: Gracias Señor por el gran precio que has pagado por mí. Gracias Señor por otros que asumen el precio por mí, de mí, conmigo. ¡Estoy deseoso, Señor, de pagar el precio de agradarte ahora mismo! Ayúdame a que el regocijo de la ofrenda se convierta luego en gozo para mi cabeza y luego para mi corazón, para mi alma, mi espíritu y mi ser. Sí, ¡ayúdame a gozarme en todo! En el nombre de Jesús te lo pido. Amén.

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