Wednesday, November 9, 2011

Nov | 09 | Dios el Abuelo, y O.N.A.M.

Palabra para meditar – CONSAGRADO

Malaquías 2:13-16
“... él ya no presta atención a sus ofrendas ni las acepta de sus manos con agrado. Y todavía preguntan por qué. Pues porque el SEÑOR actúa como testigo entre ti y la esposa de tu juventud, a la que traicionaste aunque es tu compañera, la esposa de tu pacto. ¿Acaso no hizo el SEÑOR un solo ser, que es cuerpo y espíritu? Y ¿por qué es uno solo? Porque busca descendencia dada por Dios. Así que cuídense ustedes en su propio espíritu, y no traicionen a la esposa de su juventud. Yo aborrezco el divorcio, dice el SEÑOR, Dios de Israel, y al que cubre de violencia sus vestiduras, dice el SEÑOR Todopoderoso. Así que cuídense en su espíritu, y no sean traicioneros.’”

Dios el Abuelo, y O.N.A.M.

En la película del año 2003, Crueldad Intolerable, de los hermanos Coen, George Clooney protagoniza a Miles Massey, un cínico abogado altamente especializado en romper matrimonios y en hacer el divorcio lo más rentable posible para su cliente, ¡sin tener en cuenta quien era verdaderamente culpable en el divorcio! El papel principal femenino en la película está representado por Catherine Zeta Jones, quien interpreta a Marilyn Rexroth, una mujer que elije casarse con hombres que son excepcionalmente ricos y asombrosamente tontos, y por lo tanto bastante propensos a cometer adulterio, dándole a ella la excusa para divorciarse, con lo cual ella puede a su vez obtener un arreglo financiero considerable, ¡con lo que logrará la independencia de todos los hombres! El diálogo, la actuación, la sincronización, el humor de la película son, en mi opinión, todos muy brillantes y muy característicos de los hermanos Coen.

El discurso principal de la película Crueldad Intolerable respecto de todas las posibilidades y las vulnerabilidades del amor sacrificado, verdadero y desinteresado, es dado por el personaje de Miles Massey en su discurso principal en la convención anual de su asociación profesional. La asociación inteligentemente se llama: Organización Nacional de Abogados Matrimoniales. Recuerdo estar mirando la película y ver el logo y el lema de la organización al fondo del diálogo principal y debajo de éste estaba la frase más graciosa de esta asociación ficticia, que es este: “Lo que Dios ha unido, dejen que O.N.A.M. lo separe”. ¡Fue una argucia ingeniosa y me sacó una buena carcajada!

En el mundo real, sin embargo, el divorcio no es divertido y, perdura excepcionalmente doloroso durante muchos, muchos años, y algunas veces durante toda una vida. Hay muy poca risa en ello, se los puedo decir. El divorcio duele a nivel financiero, duele a nivel emocional, duele a nivel relacional y, de acuerdo con mis observaciones Pastorales sobre el hecho a través de los años, permanece doloroso para el resto de la vida de las personas. Amigo, esta noche, no hay condenación en mí al escribir esto, porque el dicho “ese sería yo, si no fuera por la gracia de Dios”, con toda seguridad se aplica a mi esposa y a mí. Dios ha sido muy bueno con nosotros. En verdad, y a todas las personas que están casadas con su primer cónyuge les digo “¡Dios ha sido muy bueno con ustedes!” Sean cuidadosos entonces en sus, a menudo injustificados y a veces muy ignorantes, juicios sobre otros, porque nadie de nosotros puede realmente decir lo que pasa tras las puertas cerradas.

De todos modos, en nuestro versículo de esta noche, Dios nos dice varias cosas importantes y las sostiene todas de un sólo clavo macizo: “¡Yo aborrezco el divorcio!” Escuchen cómo “El Mensaje” nos llama la atención sobre esta declaración culminante: “Y aquí hay una segunda ofensa: Tú llenaste el lugar de adoración con tu gemido y lloriqueo porque no obtenías lo que querías de parte de Dios. ¿Sabes por qué? Simple. Porque Dios estaba allí como testigo cuando dijiste tus votos matrimoniales a tu joven novia, y ahora has quebrantado esos votos, has roto el vínculo de fe con tu compañera, con tu esposa del pacto. Dios, no tú, hizo el matrimonio. Su espíritu habita hasta en los detalles más pequeños del matrimonio y, ¿qué es lo que Él quiere del matrimonio? Hijos de Dios, eso es lo que quiere. Por ello, protege el espíritu de matrimonio que hay entre ustedes. No engañes a tu cónyuge. “Yo aborrezco el divorcio”, dice el Dios de Israel. El Dios del Ejército de Ángeles dice “Yo odio el desmembramiento violento de la ‘carne unificada’ del matrimonio”. Así es que tengan cuidado. No bajen su guardia. No engañen.

El divorcio es, de hecho, el desmembramiento violento de la ‘carne unificada’ del matrimonio. Así es que tengan cuidado esta noche. No bajen su guardia. No engañen a su pareja. Para ayudarlos y para sanarlos, tengo tres cosas para que consideren esta noche:

Primero, si ustedes están divorciados no hay necesidad de seguir agregando dolor a su existencia. La auto-condenación, la ira hacia tu ex cónyuge y una multitud de otras cintas de cuero de auto flagelación, sólo avivarán las llamas del dolor y mantendrán la sangre brotando y las heridas sin sanar. Es tiempo de sanar. Ve con Dios y pon el asunto en orden. Perdónate a ti mismo.

Segundo, quisiera decirles, especialmente a aquellos de ustedes que están luchando en su matrimonio, que Dios está interesado en el matrimonio. En verdad, Dios está interesado, inmerso y ocupando todos los aspectos de tu matrimonio. Estén avisados de eso. Búsquenlo a Él en oración en cada situación en su matrimonio, en cada área del mismo, pues ciertamente, Él los va a ayudar en cada momento.

Tercero, no arruinen el pacto, y si ya lo han hecho, entonces por favor, no continúen haciéndolo. Aquí creo que la Biblia habla en particular a los hombres, y me pregunto si no estará hablándole especialmente a los hombres más acomodados y mayores. Me refiero a hombres mayores que en comparación con sus esposas están más acomodados financieramente, más acomodados en sus oportunidades, más acomodados físicamente, ¡quizá más acomodados en lo que tiene que ver con la salud! Sólo me lo pregunto. En cualquier caso, esta noche las Escrituras claramente les hablan a los hombres en particular, no sean traidores. ¡No engañen a su esposa!

Medita: “¿No han leído —replicó Jesús— que en el principio el Creador "los hizo hombre y mujer" , y dijo: "Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su esposa, y los dos llegarán a ser un solo cuerpo" ? Así que ya no son dos, sino uno solo. Por tanto, lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre.” Mateo 19:4-6

Ora: Dios misericordioso, por favor perdona nuestros muchos pecados y nuestros corazones traidores. Dios misericordioso, a pesar de nuestros muchos pecados, te pedimos que nos laves y nos vuelvas limpios, que nos transformes de traidores en personas de honor, integridad y valor. Señor, haznos nuevos y haznos más fuertes también. Sí, haznos testimonio de Tu gracia, de Tu amor y de Tu redención, ¡y hazlo de una manera tan renovada, regenerada y revitalizada que nuestra descendencia se levante maravillada! ¡En verdad, se levantarán renovados y nos llamarán padres consagrados! Dios misericordioso, ten misericordia, pues añoramos consagrarnos a tí y darte a Ti la descendencia santa que Tu corazón desea. Te lo pedimos en el nombre de Jesús. Amén.

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