Wednesday, November 23, 2011

Nov | 23 | Evitando la decepción del final del chorro de agua

Palabra para meditar – PREPÁRATE

Lucas 9:62
“Jesús le respondió: Nadie que mire atrás después de poner la mano en el arado, es apto para el Reino de Dios.’”

Evitando la decepción del final del chorro de agua

Al final de un largo día, cuando por lo general mis viejos huesos están endurecidos, mis articulaciones hacen ruido y mis músculos están agarrotados por el estrés, a veces en vez de una ducha, añoro la deliciosa relajación terapéutica que sólo un baño caliente puede proveer. Sin embargo, nunca cesa de decepcionarme, incluso al punto de producir en mí un completo disgusto, el hecho de que mientras uno está sentado en la tina y sintiendo un poco de frío, esperando con deseo y expectativa que el agua corriente complete el llenado final del lugar donde me dispongo a relajarme, justo antes de que uno llegue al punto en que puede deslizarse por debajo de las burbujas e incluso cubrir su viejo y abultado abdomen, blanco y peludo, el agua caliente ¡simplemente se acaba! Me levanto abruptamente, tiritando de frío y enojado, al tiempo que quito de un tirón el tapón y dejo ir el agua templada por el drenaje. Qué pérdida de tiempo y de esfuerzo. Ahora estoy más tenso, más agotado y en mayor necesidad de relajación que cuando me desvestí en un principio.

Yo creo que a nuestro Jesús tampoco le gusta encontrarse con una decepción al final de un grifo de agua corriente. Por lo que me pregunto, si habrá algo que Él encuentre anticipatoriamente interesante y expectante en el final de nuestros surcos largamente arados, y pienso que sí, tanto que si fallamos en alcanzar el final, porque esa ‘agua caliente’ que hervía en nuestro corazón al principio se acaba delante de sus ojos, esto lo deja muy decepcionado. Yo creo que cuando eso sucede Él piensa que hubiera sido mejor el nunca haberse molestado en alistarse para disfrutar tiempo con nosotros, incluso nunca haberse molestado en convivir con nosotros, en todas las cosas que comenzamos siendo como un jacuzzi caliente, pero que nunca terminamos.

Así es que les digo esta noche, mantengan su agua bien caliente ¡y asegúrense de que el tanque esté siempre lleno y burbujeando!

Medita: “Pero el justo vivirá por la fe. Y si se vuelve atrás, no será de mi agrado..” Hebreos 10:38


Ora: Señor, dame combustible, y enciende en mí un fuego siempre ardiente en el centro de mi alma. Te lo pido en el nombre de Jesús. Amén.

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