Saturday, November 26, 2011

Nov | 26 | Un tiempo de verdadera acción de gracias

Palabra para meditar – COSTO

Lucas 14:26-28
“Si alguno viene a mí y no sacrifica el amor a su padre y a su madre, a su esposa y a sus hijos, a sus hermanos y a sus hermanas, y aun a su propia vida, no puede ser mi discípulo. Y el que no carga su cruz y me sigue, no puede ser mi discípulo.”

Un tiempo de verdadera acción de gracias


En algún momento, esta fecha en nuestro calendario caerá en el último Jueves de Noviembre, el cual, por supuesto, es el día que en Estados Unidos dedican a la celebración del día de ‘Acción de Gracias’. Las celebraciones por las cosechas, no obstante, no son algo nuevo, pues el agradecimiento instintivo a ese ‘Alguien mayor que nosotros’, el Dador supremo de provisión y abundancia, se encuentra en casi todos los pueblos indígenas, aún entre las tribus nativas alguna vez florecientes de América. Sí, la necesidad de decir ‘Gracias’ es una característica humana, no Cristiana.

Sin embargo, dicha situación agradeciendo a un ‘Ser Supremo’ podría ser ofrecida por pueblos paganos, más por alivio y temor que por el agradecimiento que se ofrece por la alegría de una posesión apreciada y regalada. Alivio, en el sentido de que un Dios, en apariencia caprichoso, finalmente ha cumplido entregando los bienes una vez más, y temor, en el sentido de que debemos ser agradecidos, no sea que Él no continúe cumpliendo con dicha entrega el año próximo si no reconocemos Su bondad presente y tan beneficiosa. Si debemos sacrificar a una virgen para mantener el flujo de la fertilidad, entonces, que así sea. ¡Lo que sea necesario!

La decisión de establecer una fecha específica para el día de ‘Acción de Gracias’ fue comercial y claramente fue elegida por esta otra ‘nación de comerciantes’ para asegurarse que los días de ventas previos a la Navidad fueran tan prolongados y provechosos como fuera posible. Con este fin es que la virgen María y su hijo Jesús son habitualmente sacrificados en el altar del comercio todos los años, porque mañana comienza en Estados Unidos el período Navideño con toda su diversión y festejos y todas las ventas, ¡y toda la competencia se pondrá en marcha con toda la vehemencia que un adicto al chocolate pone al despertar en la fábrica de chocolates Hershey!

Ayer me contaron sobre un hombre Cristiano quien luego de años de servir en su iglesia local y de dirigir un ministerio para niños con mucho éxito, un día simplemente abandonó su llamado, sus obligaciones y sus responsabilidades. Aparentemente un tornado pasó por su iglesia y el daño fue tal, que un Domingo las puertas tuvieron que permanecer cerradas en ese día del Señor y por esa razón él tuvo la oportunidad, por primera vez, de ir a visitar otra iglesia cercana. En su opinión, esta ‘otra iglesia’ era más grande, era mejor y más brillante que la suya, ¡en tantas maneras!, que él sencillamente ‘empacó sus cosas’ y decidió que de ahora en adelante iría a esta otra iglesia. Ahora, todos desearíamos ver este comportamiento caprichoso como indicativo de alguna razón más profunda que justifique el abandono de años de ministerio exitoso, pero no es así, no había nada más profundo. El razonamiento y la decisión fueron tan superficiales y caprichosas como parece: Simplemente, se veía mejor.

Creo que si somos honestos, reconoceremos que muchas de las elecciones de nuestra iglesia son comerciales. Sí, muchas de las elecciones de nuestra iglesia tienen más que ver con ‘qué es lo mejor que puedo conseguir para mis hijos y mi matrimonio, por el bien de mi futuro y de mi felicidad personal’ que con cualquier otra razón. Los Pastores saben esto y por eso todos sus programas tienen más que ver con estas necesidades comercialmente ‘espirituales’. Tanto es así, que los Pastores se han convertido en los sumos sacerdotes del sacrificio anual de la virgen y su Hijo. Oh, no se preocupen y, por favor, no se sientan mal, pues este sacrificio puede ser justificado de ah… tantas maneras, que en esta religión comercializada y centrada en el hombre que hemos creado, nosotros los líderes pasamos la mayor parte de nuestro tiempo asegurándonos de estar revistiendo nuestras estanterías de un Cristianismo brillante y rebajado, sólo para asegurarnos de que nuestras ovejas nunca sean seducidas a ir a comprar a otro lado. Sí, la mayoría de los líderes de las iglesias en realidad viven bajo la oscura nube de un temor comercial, donde el aliento del Shekhina que sale de las bocas de los desilusionados accionistas fundadores, llena el aire con la condenación de la pérdida, algo similar a lo que debería encontrarse solamente en las oficinas del directorio de K-Mart y la otrora gran industria automotriz americana. Lamentablemente sin embargo, es esta misma nube de ‘temor y condenación a la pérdida’ la que la mayor parte del tiempo llena tanto los estudios de la Biblia del Pastor durante el día, como sus sueños cargados de horror durante la noche. Sí, al igual que todo buen comerciante, los Pastores enfrentan a diario la pregunta “¿Qué debo hacer para conservar a mis clientes y luego conseguir más?” Así que, en caso de que el número de la congregación de pronto caiga, y con ello el fluir de dinero, materiales y mano de obra, entonces ante dicha condenación comercial de parte de los miembros restantes, inevitablemente, la virgen y su Hijo serán sacrificados nuevamente. “Lo que sea necesario hacer ¿lo ven? Lo que sea necesario.

Para romper con la comercialización sacrificial de la iglesia, la pregunta que debemos hacer a nuestras iglesias locales es esta “¿Qué puedo dar?” en lugar de: “¿Qué puedo obtener?” La pregunta que debemos formular a nuestras iglesias locales es: “¿Qué debo hacer para servir aquí?” Y no: “¿Qué pueden ofrecerme para retenerme aquí?” ¿Se dan cuenta? El Cristianismo verdadero, las cosas con la marca del cielo, ¡nunca están a mitad de precio! Pastores, ¿acaso no saben que la posesión de algo valioso y costoso trae consigo tanto cuidado y agradecimiento por parte de aquellos que lo poseen, que las palabras y las vidas de ellos inevitablemente rebozarán de paz y gozo lo que producirá una verdadera acción de gracias en lugar de temor? En otras palabras, ni temor, ni manipulación, sólo un agradecimiento confiado y desde el corazón.

Entonces Pastor, líder, proveedor comercial de alimento espiritual y santo, en este Día de Acción de Gracias, ¿por qué no detienes el sacrificio anual, tanto de la virgen como de su Hijo, en el altar del Cristianismo comercial, competitivo y rebajado, y simplemente comienzas a ofrecerles algo verdadero? ¡Deja de ofrecerlo a Él a mitad de precio y de venderlo barato! Más bien, levántalo a Él y dale el valor que merece. Quizá entonces, en algunos años, nosotros como nación comencemos a vivir en un tiempo de verdadera acción de gracias. Entonces amigo, dime en esta noche: ¿qué tan valioso es tu Jesús? No te preguntes: “¿Qué deben darme si quieren retenerme?” Más bien pregúntate: “¿Cuánto debo entregar para seguirlo a Él?”

Medita: “Pero el rey le respondió a Arauna: Eso no puede ser. No voy a ofrecer al Señor mi Dios holocaustos que nada me cuesten. Te lo compraré todo por su precio justo.’” 2ª Samuel 24:24a

Ora: Estoy convencido, Señor de amarte, pues he sido cambiado para bendecir Tu nombre. Me siento constreñido por tu gran Evangelio, a por siempre adorarte a Tí. (de ‘Precioso Jesús’, de Thomas Whitfield)

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