Monday, December 5, 2011

Dec | 05 | Bolsillos de chocolate y ondas de bondad

Palabra para meditar – PALABRA 

1 Corintios 1:27-29“Pero Dios escogió lo insensato del mundo para avergonzar a los sabios, y escogió lo débil del mundo para avergonzar a los poderosos. También escogió Dios lo más bajo y despreciado, y lo que no es nada, para anular lo que es, a fin de que en Su presencia nadie pueda jactarse.” 

Bolsillos de chocolate y ondas de bondad

John Cadbury fue superado en el número de hijos que tuvo, ¡pues su hijo Richard tuvo ocho! Uno de estos buenos soldaditos de chocolate, la nieta del famoso fundador de la mejor compañía de chocolates en todo el mundo, era una joven dama llamada Helen Cadbury.
El padre de Helen, Richard, era un Cristiano practicante (¿acaso hay algún otro tipo de Cristianos?) e hizo instalar un salón misionero en las afueras de en la, aquel entonces, Villa Celestial, uno de los distritos de los barrios bajos de Birmingham. Helen, acostumbrada a las visitas regulares de Cristianos evangélicos a su hogar, acostumbrada a las oraciones familiares diarias matutinas y a las lecturas de la Biblia guiadas por su padre, se sintió una noche con deseos de acompañar a su padre a ese pequeño salón Cristiano.

Aquí, Helen se dio perfecta cuenta de dos tipos de personas en el salón: El primer tipo eran los desesperanzados, los lastimados y los necesitados. El segundo tipo ¡eran aquellos que antes habían estado desesperanzados, lastimados y necesitados! La única fuente de cambio de esperanza, propósito y presencia en estas últimas gentes, era Cristo. La invitación del predicador esa noche para que se acercaran y creyeran en Cristo se encontró con las piernas temblorosas de Helen. Era su padre, en la parte posterior del pequeño salón Cristiano, el que guiaba a esos corazones abatidos de hombres y mujeres hacia la fe y la paz en Jesucristo. Esa particular y bendita noche, su hija Helen estaba entre ellos. ¡Qué maravilloso!

Helen, con sólo trece años y encontrando difícil el compartir su fe y experiencia con sus amigos, se dio cuenta que simplemente leyendo la Biblia en frente de ellos daba lugar a varias preguntas por las cuales ella, luego, podía leerles las Escrituras a ellos. Siempre una organizadora, fundó un club con sus amigas llamado ‘la Liga del Testamento de Bolsillo’. Juntas, este pequeño grupo de niñas emitieron tarjetas de membresía hechas a mano y cosieron bolsillos a sus vestidos para llevar las menudas Biblias. Su meta era sencilla: “Leer, Llevar y Compartir”. Poco sabía ella, pero Helen, a través de este pequeño grupo de amigas estaba en proceso de crear un movimiento importante sobre la oscura superficie de la humanidad.

Esta niña de enfoques tan maduros se convirtió en una amorosa, organizada y acaudalada mujer soltera. Entonces, como a menudo sucede en las historias, un hombre soltero y muy bien relacionado apareció en escena. Este hombre estaba asociado con ‘Moody y Torrey y Chapman’, todos prominentes Evangelistas del Mundo de aquella época. El hombre era el futuro esposo de Helen, el cantante de música cristiana Charles McCallon Alexander, quien, igualmente se había convertido al Cristianismo a los trece años y había estado involucrado en unas reuniones misioneras muy innovadoras, las cuales se llevaron a cabo simultáneamente por toda la ciudad, durante varios años. Fue este mismo Charles, quien con amor y a través de muchos contactos, ayudó a dar a la Liga del Testamento de Bolsillo, (alguna vez una organización de niñas en edad escolar), un cuerpo oficial que, en este mismo día en el que estoy escribiendo, cuenta con más de 170.000 miembros y ha distribuido más de 100 millones de Nuevos Testamentos de Bolsillo a personas alrededor del mundo. ¡Asombroso! Verán, fue Dios quien unió los puntos. Fue Dios quien unió a Helen con el hombre apropiado en el momento apropiado con las conexiones apropiadas. También fue Dios quien, sin dudas, respondió mucho más abundantemente que todo lo que ella (una joven chocolatera sin experiencia) pudiera haber pedido o entendido.

¿Cómo hizo esta pequeña niña de escuela para causar tal revolución a través de la Depresión y de dos Guerras Mundiales? Pues verán: Helen no tenía simplemente algún chocolate viejo en sus bolsillos, queridos amigos, no, ella tenía escondido, justo allí, un Ripple Cadbury, el cual, en obediencia y fe, lanzó sobre las aguas del mundo. ¿Qué onda expansiva de bien pudiese venir sobre este mundo si ustedes también se lanzaran sobre las aguas de la vida en obediencia y fe? Díganme, ¿qué es lo que hay en los bolsillos de ustedes esta noche?

Medita: “Al que puede hacer muchísimo más que todo lo que podamos imaginarnos o pedir, por el poder que obra eficazmente en nosotros, ¡a él sea la gloria en la iglesia y en Cristo Jesús por todas las generaciones, por los siglos de los siglos! Amén.” Efesios 3:20-21

Ora: Señor, ven y une mis puntos. Señor, ayúdame a combatir las aguas de forma poderosa de confianza en la fe que las vidas aquí y en las generaciones venideras sean tocadas y cambiadas para siempre. Te lo pido en el nombre de Jesús. ¡Amén!

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