Saturday, December 10, 2011

Dec | 10 | Feliz makrothumia y Feliz hupomonee

Palabra para meditar – PERSEVERA

Romanos 15:5-6
“Que el Dios que infunde aliento y paciencia les conceda vivir juntos en armonía, conforme al ejemplo de Cristo Jesús, para que con un solo corazón y a una sola voz glorifiquen al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo.”


Feliz makrothumia y Feliz hupomonee

Me rehúso a permitir que alguien ore por mí para que tenga más paciencia. Detesto la paciencia que la mayoría de mis compañeros creyentes me desean, pues siempre me recuerda a una desilusión deprimente o un sufrimiento que aplasta el alma o a una espera de algún tipo, y más que nada, ¡a una aceptación de una frustración interminable y nada divertida! ¡Esa clase de paciencia, muchas gracias, pueden quedársela!

Para sintetizar mi rechazo de esa clase de paciencia, un antiguo comentador dice que “La paciencia es ese temperamento calmado y sereno con el cual un buen hombre soporta los males de su vida”. ¿Que qué? ¡cuando llegue al cielo voy a encontrar a ese hermano y lo voy a golpear! Amigos, tales comentarios en realidad deshumanizan al Cristiano, en realidad nos hacen menos bíblicos, menos como Cristo y, en ocasiones nos llevan a tal irrealidad que nos convierte en una clase de silenciosos locos religiosos! Recuerden que cuando los vientos se sienten en el mar de Galilea, éste se levanta en decepción, choca contra la costa con ira, golpea sus olas en desesperación y llora su lamento salado por las costas vigilantes, y de igual manera, mis amigos, de igual manera, tú el cruelmente engañado, tú el herido y desilusionado, tú el robado y difamado Cristiano de este mundo, tienes permitido ser ese mar. ¿Sereno? ¡Para nada! Esa no sería la paciencia bíblica, sino una locura disfuncional y deshumanizada.

Sin embargo, en todo el desahogarse de sus heridas y en medio de todas sus decepciones, lo que definitivamente no pueden ser, es desertores de Cristo. ¡No! deben perseverar, pues no se les permite volverse no creyentes de Su bondad. No se les permite ser alguien que da la espalda a todas las cosas que Él ha hecho por Su amor a ustedes. No se les permite ser charlatanes que se enojan y que patean a las ovejas de Su prado. No se les permite ser miserables, estar desorientados, sin fe y sin esperanza, y la verdad es que, sin el regalo de Dios de una ‘feliz hupomonee”, esa verdadera paciencia bíblica, ¡con toda seguridad se convertirían y llevarían a cabo todas esas cosas desagradables!

¡Gracias a Dios que Él tiene paciencia! ¡Porque Él es todo paciencia! Su ‘‘feliz makrothumia’ (la otra palabra griega que tradujimos como paciencia) esto es, Su mucha templanza y Su fidelidad para contener Su justa copa de ira sobre todos nosotros, nos da tiempo y oportunidad para cambiar nuestra forma de pensar y nuestra dirección y regresar a Él. Dios está contento de mostrar esta sufriente y tolerante paciencia con la humanidad porque el fin de todo esto es, tanto nuestro arrepentimiento como Su regocijo. ¡Qué maravilloso! Tenemos un Dios paciente.

Sí, ¡gracias a Dios que Él es paciente! ¡Él es todo paciencia! Su ‘feliz hupomonee’ (la otra palabra griega que tradujimos como paciencia) es un regalo que Él da a Sus hijos sin pedir nada a cambio, pues así como Su ‘feliz makrothumia’ se relaciona con Su amor, su ‘feliz hupomonee’ se relaciona con nuestra contínua esperanza. Ahora, esta paciencia en esperanza es una que yo necesito y que quiero, es una que me gusta y que practico. Esta paciencia en esperanza es por la que pueden orar para que me llegue desde el cielo, queridos amigos, pues esta hupomonee feliz no es un miserable nadar en el mar de un karma Cristiano ¡no! Es una actitud de un guerrero que se regocija en los ataques del enemigo. Es un don que da frutos desde lo Alto, que florece ante toda adversidad. Es una persistencia valerosa y continua, ¡un perseverar en hacer el bien, aun cuando hemos sido lastimados! Esta feliz hupomonee, esta clase de perseverancia milagrosa y gozosa, no es solamente un regalo para nosotros, sino que es también una obligación que debemos asumir y en la cual debemos caminar y, al hacerlo, pasaremos a ser la fragancia de esperanza más dulce del cielo, rara vez encontrada pero muy buscada entre toda la triste y decepcionada humanidad. Un pueblo verdaderamente paciente de vastas proporciones bíblicas.

Repito que esta paciencia verdaderamente bíblica, esta hupomonee feliz se encuentra en la humanidad del alma y se expresa en fidelidad espiritual. Así que, queridos amigos, permítanme que pacientemente los anime esta noche, ¡que en todas las tormentas que enfrenten, aun si éstas son violentas, continúen creyendo, permanezcan siendo fieles, sigan regocijándose y perseveren en mostrar una actitud apostólica en la continuación de su misión! Ahora...¡esa sí es paciencia bíblica!

Medita: “Las marcas distintivas de un apóstol, tales como señales, prodigios y milagros, se dieron constantemente entre ustedes. ¿En qué fueron ustedes inferiores a las demás iglesias? Pues sólo en que yo mismo nunca les fui una carga. ¡Perdónenme si los ofendo!.” 2ª Corintios 12:12-13

Ora: Señor, concédeme este don de perseverar siempre creyendo, siempre gozoso, como un buen guerrero. A pesar del viento en mi rostro y de las nubes sobre mi cabeza, ayúdame a continuar con la esperanza de levantar una cosecha fructífera. Concédeme este gran don y ayúdame para tomarlo y caminar en él. Te lo pido en el nombre de Jesús ¡Amén!

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