Monday, December 12, 2011

Dec | 12 | Dejen solos a los que cacarean

Palabra para meditar –  

Gálatas 2:6 
“En cuanto a los que eran reconocidos como personas importantes —aunque no me interesa lo que fueran, porque Dios no juzga por las apariencias—, no me impusieron nada nuevo.” 

Dejen solos a los que cacarean

La comunidad Cristiana local en general, puede ser un estanque raro y ruidoso para nadar, pues siempre hay unas pocas ranas grandes croando en él, que disfrutan cantar desde las hojas de las flores lilis que se encuentran en el centro del estanque y lo más raro de todo es que, sea su género femenino o masculino, ¡las ranas que croan parecieran ser gallinas grandes y viejas, pechugonas y cacareando! El dicho: “es mejor ser una gran rana en un estanque pequeño, que ser una rana pequeña en un estanque grande” aparece siempre como una observación para las extrañas manifestaciones de estos anfibios. No, yo no las tengo en alta estima, y trato de evitarlas a toda costa.

El apóstol Pablo, a mi entender, tenía una forma de pensar muy similar. Un hombre que había sido enseñado y entrenado en los ruidosos ‘Estanques de Lilis’ del Sanedrín de la corte de Salomón, que no tenía intención de regresar allí y que sentía poco respeto por los que deseaban que sí lo hiciera, o los que seguían esperando que sucediera. Pablo se dio cuenta de que el sayo tan codiciado de ‘ser alguien’, en realidad, era un manto de basura y, francamente, no quería tener nada que ver con ello.

He visto el buche de este reptil inflado lleno de aire, cacareando y croando, por todo el mundo donde los Cristianos se reúnen. Siempre hay compañeros con la vestimenta del servicio que se quieren sentar en el charco central y ser reconocidos por eso. Cualquier referencia en cuanto a ser ‘Fundador, Instigador, más Antiguo, Tenedor de las Llaves, Poseedor de los Derechos, Presidente (especialmente, los ex-presidentes) o que Presiden-en’, ¿me comprenden?, son todas referencias que indican a personas que han croado y cacareado su camino hacia un lugar respetable hacia el centro del charco. Ellos son alguien. Deben ser respetados y ellos quieren que tú lo sepas. Es realmente muy triste.

La necesidad de ser respetado por nuestros iguales (y cuánto más respeto se consiga, ¡mejor!) es una fuerza muy poderosa, la cual cuando se la abraza completamente, no solamente los impulsará al centro del charco local, a la cima de la montaña local, sino que también les quitará la verdadera esencia y hermosura de quienes ustedes son en realidad. ¡Lo hará!, recuerden mis palabras en este punto: ¡los convertirá en un renacuajo que croa!

Así que sean ustedes mismos. Lleven a cabo su propio ministerio. Persigan su propio llamado personal, cumplan su destino y dejen solos a todos los otros que cacarean. Ellos ya tienen su triste recompensa. Y ahora díganme, ¿en que parte del charco están ustedes sentados hoy?

Medita: “Cuando ayunen, no pongan cara triste como hacen los hipócritas, que demudan sus rostros para mostrar que están ayunando. Les aseguro que éstos ya han obtenido toda su recompensa. Pero tú, cuando ayunes, perfúmate la cabeza y lávate la cara.” Mateo 6:16-17

Ora: Señor Jesús, deléitate en mí. Señor Jesús, ayúdame para que me deleite en mí. Señor Jesús, has que nos regocijemos juntos por lo que realmente somos; Señor, has que haya comida, y bebida y verdadero compañerismo del corazón, entre nosotros. En Tu glorioso nombre lo pido. Amén.

No comments:

Post a Comment