Tuesday, December 13, 2011

Dec | 13 | ¿De labios dulces, caderas contorneadas y ojos hermosos?

Palabra para meditar – MIRA

Genesis 29:17
“Lea tenía ojos bonitos, pero Raquel era una mujer tremendamente hermosa.” (De la Traducción El Mensaje).


¿De labios dulces, caderas contorneadas y ojos hermosos?

Jacob amaba a Raquel. No cabe duda de que Raquel era hermosa y estaba lista para todo con Jacob. No cabe duda de que Raquel era una belleza, ¡una belleza despampanante y de buen cuerpo...sin duda, ¡no era difícil proponérsele a alguien así! Su hermana Lea, por otro lado, bueno, ella tenía bonitos ojos y eso, amigos, ¡lo dice todo!

Cuando todas las pollitas de Jacob, el Tornado, finalmente regresaron a casa para reposar, él, por el engaño de Labán, se encontró a sí mismo casado con estos dos pares de ojos y la Biblia dice que Jacob amaba más a Raquel que a Lea. Bueno, después de todo, ¿por qué no habría de ser así? Lea carecía de la sensualidad de la feminidad, porque después de todo, ¡lo único que Lea tenía era ojos hermosos!

Es en este punto cuando Dios entra en escena, cerrando la matriz de Raquel y abriendo la de Lea, para que Lea fuera la fértil, de cuya descendencia vendría el Mesías. Al elegir nombres para sus hijos y en la oración de su desesperación, Lea tenía ciertamente un trato íntimo y una relación muy cercana con Dios. Lea, la de los ojos hermosos, fue bendecida por Dios y fue fértil. ¡Raquel la hermosa que estaba lista para lo que fuera con Jacob, no lo fue!

A pesar de aparentemente tener buena visión, los hombres jóvenes son en general guiados por sus lomos más que por su cabeza. Si habláramos francamente esta noche, comprobaríamos que la mayoría de las palpitaciones del corazón emanan unos sesenta centímetros abajo del torso. Todas las ‘Raqueles’ de hermosas curvas, parecieran producir ese efecto en los hombres.

Necesito decirles esta noche entonces, que cuando se trata de paz y felicidad, cuando se trata de gozo y fertilidad en toda su gloria, son los ojos los que hacen la diferencia. Si estás buscando una esposa entonces mira sus ojos. ¿Qué miran ellos? ¿Están mirando hacia Dios? Porque si lo hacen, deben ser ojos hermosos, llenos de paz, de una felicidad y una fertilidad encantadora.

Hablando como hombre entonces, déjenme decirles en esta noche mis muchachos, que ¡son los ojos los que hacen la diferencia!

Medita: “Mujer ejemplar, ¿dónde se hallará? ¡Es más valiosa que las piedras preciosas!.” Proverbios 31:10

Ora: Señor, ayúdame a buscarte a Ti, a desearte y a orar para poder encontrarte y para poder verte reflejado aun en los ojos de mi amada. Amén.

 

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