Thursday, December 15, 2011

Dec | 15 | Evitando el abuso de sustancias

Palabra para meditar – EXAMINA

Lucas 15:13
“Poco después el hijo menor juntó todo lo que tenía y se fue a un país lejano; allí vivió desenfrenadamente y derrochó su herencia.”

Evitando el abuso de sustancias

Me gusta mucho la expresión encontrada en nuestro versículo de esta noche en una de las versiones en inglés al referirse a alguien que derrocha lo que tiene. La versión en inglés dice: ‘desperdició su sustancia’. La idea alrededor de la traducción de la palabra griega ‘derroche’ es la de el abuso de sustancias en términos de una irreflexiva imprudencia, la cual lleva a la destrucción personal. ¡Sí! El derroche es una enfermedad terminal.

Quizá sea porque me estoy volviendo viejo, pero francamente ya no tengo la energía que solía tener y por esto me he encontrado contemplando (no sin cierta envidia, ¡tengo que admitir!) a gente más joven que parece tener tanta energía ¡que sencillamente no saben qué hacer con ella! Desafortunadamente, los poseedores de esa aparente abundancia de tiempo, energía y buena apariencia, a menudo sin saberlo, malgastan su ‘sustancia’. Puede ser frustrante el ver el derroche accidental de sustancias, lo cual es común en la juventud y al ir creciendo, pero les digo, es absolutamente descorazonador el ver a una persona desperdiciar su sustancia a propósito, echando a perder su vida en el pavimento de las drogas y la vagancia. Ahora, no estoy hablando aquí de desperdiciar dinero. No, el dinero puede reponerse. Estoy hablando de desperdiciar la sustancia de una persona: tiempo, talentos, dones y todas las posibilidades de esta vida. Este tipo de derroche es una tragedia de proporciones nunca relatadas. Este tipo de abuso de sustancias no es irredimible, pero sí es irreversible. Piensen en ello.

Hay otro tipo de derroche, no obstante, en el cual aquellos que parecen los más sabios y los más respetables, desafortunadamente quedan enganchados: Es un derroche de mejor calidad, pero derroche al fin.

Verán, cada vez que nos involucramos en aquello que no dura, derrochamos nuestra propia sustancia. Hay dos preguntas que nos podemos hacer en relación al derroche de nuestra sustancia, para luego discernir mejor: “¿Qué cosas de valor he dejado pasar, por estar derrochando mi sustancia? y ¿Qué cosas de valor son a las que yo aspiro, y en las que he invertido para mi futura vida eterna?” Nos movemos velozmente hacia el final de este año y les digo, si quieren concluir con el derroche de sus sustancias, entonces estas son dos de las mejores preguntas sustanciales y éticas que puedan, jamás, hacerse en su vida. ¡Háganselas a ustedes mismos, si se animan!

Medita: “Con palabras persuasivas lo convenció; con lisonjas de sus labios lo sedujo. Y él en seguida fue tras ella, como el buey que va camino al matadero; como el ciervo que cae en la trampa, hasta que una flecha le abre las entrañas; como el ave que se lanza contra la red, sin saber que en ello le va la vida. Así que, hijo mío, escúchame; presta atención a mis palabras. No desvíes tu corazón hacia sus sendas, ni te extravíes por sus caminos, pues muchos han muerto por su causa; sus víctimas han sido innumerables. Su casa lleva derecho al sepulcro; ¡conduce al reino de la muerte!” Proverbios 7:21-27

Ora: Señor, no dejes que derroche mi sustancia, aún en una cama perfumada de mirra y áloe, y de canela endulzada. Líbrame de tomar mi parte en falsos amores, que traen con ellos nada más que un mañana vacío. Líbrame del derroche de mis sustancias. Te lo pido en el nombre de Jesús. ¡Amén!

No comments:

Post a Comment