Sunday, December 25, 2011

Dec | 25 | Regalándonos a nosotros mismos, otra vez

Palabra para meditar – REGALO

2 Samuel 24:24a
“Pero el rey le respondió a Arauna: Eso no puede ser. No voy a ofrecer al SEÑOR mi Dios holocaustos que nada me cuesten. Te lo compraré todo por su precio justo.’”


Regalándonos a nosotros mismos, otra vez


Ahora que todo el trabajo del día ha concluido y ustedes han tenido la disciplina de tomarse un tiempo y acercarse por un momento y reflexionar sobre Jesús y Su Palabra, déjenme decirles que espero que su día haya sido tanto agradable como productivo. Por supuesto, también espero que hayan recibido algunos regalos y ¡que algunos de ustedes hayan recibido regalos que les serán útiles en los días que se avecinan! Ah, y de paso, ¿les puedo preguntar qué regalo le han hecho ustedes a Jesús hoy? ¿Es una pregunta interesante, no? Quiero decir, ¿qué se le da a un Dios que lo tiene todo?

Desafortunadamente, Dios no lo posee todo. Por ejemplo, puede ser que Él esté esperando a que ustedes cumplan con algunas de las promesas que le hicieron en un, muy lejano tiempo pasado. O puede ser que Él no tenga la atención que Él requiere de ustedes. Quizá Él no posea la obediencia que Él quisiera ver de parte de ustedes. O, quizá Él no ve los frutos que esperaba de ustedes.
Puede suceder que Él no vea sus billeteras tan abiertas como a Él le gustaría. Tal vez, Él no posea sus oídos y, en este momento, tal vez Él ni siquiera tenga sus corazones. ¡Imaginen eso!

Ahora, a pesar de que algunas de estas cosas que mencioné de las que Dios aún no tiene posesión, son francamente más nuestras obligaciones filiales que regalos; son más una expectativa del agricultor o una demanda del amo, si lo prefieren, o el deseo de un amigo más que un regalo para ser entregado a Él en el tiempo de Navidad. Sin embargo, ¿puedo pedirles que consideren las respuestas de su corazón, hacia un regalo que hayan recibido, el cual ha sido bien pensado, hecho a la medida de sus sueños y costoso para quien lo regaló? Seguramente un regalo como ese siempre traerá calidez y bendecirá su corazón. Me pregunto esta noche, entonces, ¿de qué manera damos aquello que legítimamente pertenece al receptor, y que será no obstante recibido como un regalo y ello, con mucha alegría del que lo recibe?

Yo pienso que esta noche es una buena para disculparnos con Jesús por nuestros olvidos, y quizá decidir entregarle mañana a Él, algo que bendecirá Su corazón. La Navidad siempre es un buen momento para volver a regalarnos a nosotros mismos a Dios. ¿No lo creen así?

Medita: “Dame, hijo mío, tu corazón…” Proverbios 23:26a

Ora:
Cuando la música se desvanece, y todo lo demás se va,
y yo simplemente vengo
Deseando sólo traer algo que tenga valor
Que bendiga a Tu corazón
Yo Te traigo más que una canción por una canción en sí misma
No es lo que Tú habías pedido
Tú escudriñas más profundo a través de las apariencias
Tú estás viendo dentro de mi corazón.

Yo estoy volviendo al corazón de alabanza
Y se trata de Ti, Jesús
Perdóname Señor por lo que he hecho
Cuando todo se trata de Ti, todo se trata de Ti Jesús
Rey de valor infinito, como nadie puede expresar
Cuánto Tú te mereces, aunque soy débil y pobre
Todo lo que tengo Te pertenece, cada simple suspiro
(Matt Redman)

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