Monday, December 26, 2011

Dec | 26 | ¡Cegados por la luz!

Palabra para meditar – ALLANAR

Isaías 42:16
“Conduciré a los ciegos por caminos desconocidos, los guiaré por senderos inexplorados; ante ellos convertiré en luz las tinieblas, y allanaré los lugares escabrosos.”

¡Cegados por la luz!

En el Reino Unido y el Commonwealth, durante siglos, el día de hoy, o sea el día que sigue a la Navidad, ha sido llamado el ‘Día de las Cajas’. La etimología de este término está mayormente relacionada con empleados diversos recibiendo lo que sólo puede llamarse ‘Bono de Navidad’, que se daba como compensación por su trabajo durante el último año, o sólo de ayer. De cualquier forma, estos bienes, fueran nuevos o suntuosos sobrantes, eran dados a los menos afortunados en una caja, de ahí el nombre, ¡Día de la Caja! Espero que reciban un bono en este Día de La Caja.

El Día de La Caja, en mis tiempos y mi cultura, es casi tan importante como el Día de Navidad, ya que la familia vuelve a reunirse y otra vez, ¡participa de otra comida tan grande o más grande que la de la Navidad, incorporando todos los sabrosos restos del almuerzo de Navidad! Para los chefs de las casas, en Navidad las estufas están prendidas constantemente. El tener los medios para producir nuevos platillos y recalentar aquellos del día anterior es muy importante. Ustedes comprenderán entonces, mi desilusión de hoy, cuando tarde ayer, tuve que apagar mi estufa Aga debido a que por alguna razón desconocida, estaba haciendo ruidos extraños y sobrecalentándose. Por supuesto que la prendí nuevamente hoy, sin embargo, debido a su diseño le tomó a mi Aga, aproximadamente, de ocho a diez horas para alcanzar una temperatura utilizable. Sí, en verdad, la Aga, el “horno y estufa de calor acumulado” fabricada en Suecia, inventada por el Premio Nobel de Física, el industrial Dr. Gustaf Dalén, ¡es más un ser vivo, o una forma de vida, que una estufa!

Ahora bien, aunque el acetileno fue descubierto en 1836 por Edmund Davy y fue redescubierto en 1860 por el químico francés Marcellin Berthelot, quien le dio el nombre de ‘acetileno’, fue en realidad el Dr. Dalén, quien al estar trabajando con este gas tan explosivo, inventó la Agamassan (Aga), un substrato de Acetileno que absorbe el gas mismo, permite un almacenado seguro y por ende, su explotación comercial. Entonces, en 1906, el buen doctor se convirtió en ingeniero en jefe de su compañía ‘Gas Accumulator’ (fabricante y distribuidor de acetileno), la cual industrializó el gas y comercializó su uso. El acetileno era utilizado en lámparas de carburo, en vehículos de motor pequeños y antiguos, como también en la vasta instalación de Faros en el mar. En verdad, muchas lámparas de Faros Dalén están todavía hoy en uso. Fue su invención de la “válvula de control de flujo solar” lo que permitió que las lámparas de acetileno utilizadas en las boyas marinas y Faros teledirigidos se apagaran automáticamente con la luz del día. Este invento no sólo ahorró el 80% del combustible, sino que también le significó a Dalén el Premio Nobel en Física. Fue su hermano, un oftalmólogo muy famoso, quien recibió el premio de Dalén, porque Dalén había resultado herido y estaba cegado de manera permanente por una explosión de acetileno a comienzos de año. Así que, ¡el hombre que había descubierto la luz más brillante en su tiempo, había sido cegado por ella!

Mientras el Dr. Dalén se estaba recuperando en su casa, él notó la gran cantidad de trabajo que su esposa realizaba al cocinar para la familia. Y desde esta bien estudiada y bien atendida situación, (aunque ciego ¿recuerdan?), ¡él inventó la estufa Aga! El Dr. Gustaf Dalén, un filántropo notorio y un gran optimista y humanitario, compartió el dinero del Premio Nobel con su personal y dejó para el mundo invenciones que aún hoy se utilizan tanto en el sector comercial a gran escala, como en los hogares. Lo que él descubrió y utilizó, lo hirió y lo dejó ciego, pero eso no impidió que fuera una bendición para su familia y para otros, tanto en su tiempo como mucho después también. Es cierto que él recibió ayuda tanto de su familia como de sus amigos, pero Dalén nunca permitió que su discapacidad lo destruyera. ¿Comprenden?

Muchos de nosotros entramos al Año Nuevo discapacitados de algún modo. Quizá la discapacidad sea amarga porque la adquirimos mientras tratábamos de hacer el bien, mientras tratábamos de perseguir y utilizar la luz. Hasta donde yo sé, Dalén no era Cristiano, ¡pero ustedes sí! El Padre dijo a Israel, la niña de Sus ojos, que Él los llevaría y los guiaría por pasos no conocidos previamente, y al hacer eso, Él allanaría los lugares escabrosos. Esta es una gran promesa para el Año Nuevo. Tómenla, ¡es un bono de regalo para ustedes en este Día de La Caja!

Medita: “Esto haré, y no los abandonaré.” Isaías 42:16b

Ora: Señor, por favor sé mi Guardador, sé mi Líder, sé mi Luz este año venidero. Te lo pido en el nombre de Jesús. ¡Amén!

 

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