Sunday, March 20, 2011

Mar | 20 | La fabricación de payasos espiritualmente retrasados y lisiados

Palabra para meditar – VAYAN

Jeremías 3:15

“Les daré Pastores que cumplan mi voluntad, para que los guíen con sabiduría y entendimiento.”

La fabricación de payasos espiritualmente retrasados y lisiados


Los siervos de Cristo lavan los pies de los viajeros que peregrinan por este sucio mundo, y que se encuentran cada vez más cerca del corazón y de la ciudad de Jesús. Los siervos de Cristo pueden reequipar a estos peregrinos, re-armarlos, reorientarlos, reeducarlos tal vez, y sin duda reforzarlos en la fe, pero seguramente los regresarán a su viaje, hasta la siguiente vuelta en la que tienen que detenerse, como en una carrera de carros, y los siervos tengan el privilegio de tratar con un ‘observador’ más grande, más esbelto, de esos que siempre van ‘arriba y adelante’ que el que sirvieron anteriormente. Porque su viaje, tanto por el desafío como por el cambio, les ha traído una mayor y grande fortaleza y madurez personal. ¡Y ellos han seguido adelante, se han comportado como verdaderos hombres, han crecido en la gracia y la verdad! Han crecido en su apetito como viajeros; han crecido en que su visión de la ciudad celestial es más clara; en que el aroma del pasto siempre verde de su hogar eterno es mucho más fuerte; en que sus oídos están más llenos del sonido del canto de los ángeles; en que su piel es más sensible al sentir y al fluir del viento del Espíritu; en que sus brazos son fuertes y están levantados hacia arriba; en que sus pies están llenos de paz, más certeros, más seguros y más orientados en el camino; en que su armadura está golpeada pero brillante, su espada ensangrentada pero afilada; en que sus mentes ahora están más preparadas y enfocadas; ¡en que el cinto de la verdad está ajustado y asegurado alrededor del mismo centro de su ser! Sí, los siervos de Cristo, o sea los Pastores y los líderes de la iglesia del Dios vivo, lavarán los pies de esos hombres viajeros con alegría y gran agradecimiento.

Ahora, yo creo que esta imagen de fortaleza creciente y viajera, de madurar en la verdad y la gracia, es una expectativa bíblica. No obstante y desafortunadamente, esta imagen es en realidad, una fantasía no deseada y no buscada por nuestro lado Laodiceano; y con vergüenza digo que (y aquí hablo como un Pastor, un lavador de pies del viajero) los Pastores tienen la mayor parte de la culpa de este lamentable estado de las cosas. Porque en mi peregrinar dentro del Cristianismo, y en mi ministerio hacia los Cristianos, estoy cansado de ver muchas iglesias gigantescas, dirigidas por el staff, haciendo todo por sus congregaciones para justificar sus, a menudo, demasiado bien pagadas existencias, al permitir a miles de niños chiflados, seguir amamantándose de los pechos de sus madres; y al hacer esto, han creado iglesias de payasos, Cristianos que, debiendo ser maestros, todavía beben lechita de su madre. ¡Qué vergüenza!

Todos los maestros deben asegurarse de que en algún punto (y por cierto, cuanto antes ¡mejor!), sus alumnos los superen. Sí, todos los maestros deben estirar el arco para dejar ir la flecha. Sin embargo, cuando los maestros tienen estudiantes que jamás avanzan (y esto sucede especialmente en los Estados Unidos donde estos estudiantes asisten a las iglesias de a miles), dos cosas extrañas sucederán a la iglesia: Presten atención porque, primero, los propios maestros se volverán títeres sonrientes, cargando maletas llenas de boberías bien intencionadas; y en segundo lugar, sus estudiantes se volverán lisiados espirituales, Cristianos retardados quienes por necesidad, dependerán de alguien que los limpie y los alimente con basura de mala calidad y pre-masticada. Tal discipulado lamentable no está enviando discípulos fuertes y preparados a su peregrinaje, más bien está produciendo pseudo-imitaciones de Cristo, que dan vueltas por las pistas de carreras de los niños, y que se detienen en las mismas ‘paradas’, siempre con los mismos problemas, los cuales serán tratados por otros de la misma forma inepta. ¿Lo ven? ¡Aquí no hay expectativas o planes, ni demandas arriesgadas, ni desafíos que hagan que las personas crezcan en la gracia y la verdad!

No envidio al Pastor que se ha vendido a este sombrío trabajo aburrido y siento pena por las ovejas que aún maman de estos pechos extraños y gordos del personal que esas iglesias; porque ni los sonrientes maestros ni los discípulos lisiados permanecerán en pie ante los fuegos que, con toda certeza, vendrán sobre nosotros. Es debido a esta gran preocupación que hablo con tanta dureza esta noche. En este momento, la iglesia de Dios no puede permanecer de pie, no está permaneciendo de pie, y no lo estará. Esa, mis amigos, es una vergüenza abominable, una broma fabricada en el infierno y, lamento decir, seguramente incentivada desde el púlpito con pequeñas irrelevancias sin sentido. Magnífico o no tanto, de alto rango u otros, siento pena por el Pastor que se ha de parar frente a Jesús y dar cuentas por cada palabra vacía, por cada palabra sin poder y sin sentido que ha pronunciado. No auguro buenos resultados para esos hacedores de retrasados.

Sí, si no estás cambiando y creciendo, entonces eres un retrasado espiritual. Si no estás siendo re-armado, reorientado, renovado, refrescado, reeducado y reforzado en tu fe para entonces ser liberado y servido en tu peregrinaje, entonces estás siendo defraudado, asesinado lentamente y no llegarás a ningún lado. Te están manteniendo en tu silla de ruedas de manera intencional y estás pagando un precio muy alto por ese privilegio. Eres un retrasado espiritual y has sido alimentado y criado para eso, para lo que otros retrasados han llamado los mejores púlpitos sobre la tierra.

Debo confesar que en este momento no encuentro esperanza en mi corazón para estos Pastores perdidos, encerrados en un sistema que luce tan bien pero que es tan debilitante. Sin embargo, sí creo que hay todavía esperanza para las ovejas perdidas que están hartas de la leche materna y desean finalmente hacerse cargo de sí mismos. Sí, hay esperanza para esas ovejas, si la desean. El principio de la respuesta es sencillo: Encuentren hombres fuertes así como pasturas más verdes; encuentren Pastores con cicatrices y quemados por el sol, con una fortaleza de acero y con el corazón de Oseas y la mirada de Amós, y si tanto ellos como el pasto más verde se encuentran más allá de la colina, ¡vayan allá! ¡Ya no queda mucho tiempo! Por el bien de su pobre espíritu retardado, encuentren un buen “restaurante” que sirva alimentos integrales, que les dé de comer verduras, que mida su Masa Corporal y que los entrene y los persuada para volverse hombres musculosos, hombres de la Palabra y del Espíritu, hombres que pueden sobrevivir en el ‘campo’, formar familias y alimentarse a sí mismos, y entonces enseñarles a ellos a hacer lo mismo. ¡Encuentren por favor una iglesia como esa y vayan allí!

Los siervos de Cristo lavan los pies de los viajeros que peregrinan por este sucio mundo, y que se encuentran cada vez más cerca del corazón y de la ciudad de Jesús.

Medita: “Por eso, queridos hermanos, mientras esperan estos acontecimientos, esfuércense para que Dios los halle sin mancha y sin defecto, y en paz con él. Tengan presente que la paciencia de nuestro Señor significa salvación, tal como les escribió también nuestro querido hermano Pablo, con la sabiduría que Dios le dio. En todas sus cartas se refiere a estos mismos temas. Hay en ellas algunos puntos difíciles de entender, que los ignorantes e inconstantes tergiversan, como lo hacen también con las demás Escrituras, para su propia perdición. Así que ustedes, queridos hermanos, puesto que ya saben esto de antemano, manténganse alerta, no sea que, arrastrados por el error de esos libertinos, pierdan la estabilidad y caigan. Más bien, crezcan en la gracia y en el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.” 2ª Pedro 3:14-18a

Ora: Señor, sé glorificado hoy en mi vida. En Tu iglesia Señor, sé glorificado hoy. En este mundo Señor, sé glorificado hoy. Acaba con esta iglesia Laodicea retardada, Señor, levantando hombres como Tú, llenos de gracia y de verdad, llenos de la Palabra y del Espíritu Santo, íntegros, sanos, fuertes y felices, y luego Señor, ¡hazme uno de ellos! Te lo pido en Tu glorioso nombre. Amén.

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