Monday, April 18, 2011

Apr | 18 | De herejes obstinados y cadenas triples

Palabra para meditar – ENCADENADO

Hechos 23:1-2
“Pablo se quedó mirando fijamente al Consejo y dijo, ‘Hermanos, hasta hoy yo he actuado delante de Dios con toda buena conciencia.’” .

De herejes obstinados y cadenas triples


Un día como hoy en 1520, Martín Lutero finalmente obtuvo su oportunidad de presentarse ante la asamblea de nobles y jueces en la ciudad Alemana de Worms. Esta asamblea o esta bola de Gusanos (Worms en Inglés), es uno de los lugares más importantes en la historia Occidental, porque aquí, un hombre aferrado a las Escrituras, a su conciencia y buen juicio, se pararía firme contra las autoridades demoníacas, y separaría la gordura y los pesados cielos con la humilde pero afilada cimitarra de su poderosa lengua; y de esta obesa vejiga de Romanismo malo, de esta nube de dominación Papal medieval sucia, pestilente y llena de hedor, barrería con principados, potestades y dominios...sí, demonios de todo tipo vendrían tambaleándose y empezarían a correr alrededor de Europa en una salvaje y desenfrenada locura, cada uno compitiendo por nuevos puestos y al hacerlo, como lo expresaba Melvyn Bragg, comenzarían a “separar países, a levantar nación contra nación, haciendo que caigan reyes y llevando dinastías enteras a sumergirse en ataques suicidas de luchas internas.”

En Worms, Lutero dejó más que un gato fuera de la bolsa, eso es seguro. Miles de entre decenas de miles morirían en los años siguientes cuando las llamadas “fuerzas no de carne y sangre” se enfrentaron furiosamente contra gente de carne y sangre. Entre las tinieblas y la luz, se levantaron nuevas fronteras, se abrieron nuevos frentes, a medida que la luz mostrada en la sangre derramada, brilló por el suelo del una vez oscuro continente de Europa. Desde este día en 1520, pareciera que la lucha ha cesado en muy raras ocasiones.

Existen tres cosas que debemos notar en esta noche:

En primer lugar, que los hombres libres del Reino de Cristo están, sin lugar a dudas, todavía unidos por las mismas cadenas triples de Lutero. Esas siendo las Escrituras, la conciencia y el buen juicio.

En segundo lugar, que de hecho es más peligroso para el individuo zafarse de estas ataduras que están alrededor de él y,

Finalmente, que el estar atado en tal manera y con todo, hablar delante de las autoridades que requieren un cumplimiento, quitará sin duda la temida y condenatoria maldición de “obstinado y herético” sobre nuestras cabezas rapadas por haber hecho un voto.

Recuerden esta noche, que estar atado por estas tres cadenas, les costará caro y probablemente les costará a otros todavía más. Sin embargo, sin un costo como ese, las tinieblas prevalecerían perpetuamente y la luz no saldría jamás.

Lennon estaba equivocado cuando cantaba: Imaginen a toda la gente... Porque sin el conflicto que el reino de las tinieblas siempre traerá contra estas cadenas tripartitas de luz, reinarían sobre toda la gente tales tinieblas, tal esclavitud y tal brutalidad que el tercer Reich de Hitler parecería una pelea por un juguete suave de jardín de niños, en una obra de Navidad de la clase media.

Oh, buen siervo de Jesucristo, cuenta tus cadenas hoy y si todas ellas están todavía intactas y tu boca está lista para dar cuenta de la esperanza que hay en tí, entonces más vale que te prepares para los problemas!

Medita: “Se tornó tan violento el altercado que el comandante tuvo miedo de que hicieran pedazos a Pablo . Así que ordenó a los soldados que bajaran para sacarlo de allí por la fuerza y llevárselo al cuartel. A la noche siguiente el Señor se apareció a Pablo, y le dijo, ‘¡Ánimo! Así como has dado testimonio de mí en Jerusalén, es necesario que lo des también en Roma’. Muy de mañana los judíos tramaron una conspiración y juraron bajo maldición no comer ni beber hasta que lograran matar a Pablo. Más de cuarenta hombres estaban implicados en esta conspiración. Se presentaron ante los jefes de los sacerdotes y los ancianos, y les dijeron, ‘Nosotros hemos jurado bajo maldición no comer nada hasta que logremos matar a Pablo.’” Hechos 23:10-14 .

Ora:- Señor, a menos que seamos convencidos por los testimonios de las Escrituras o por una clara razón, nunca nos pararemos en tierra que no sea segura, actuando en contra de nuestra conciencia. Este es nuestro testimonio a Tí, esta noche, por lo que, por la causa de Cristo, te decimos que “Aquí estamos, y no nos moveremos. Ayúdanos, Señor. Amén”.


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