Saturday, April 23, 2011

Apr | 23 | El garage del vagón de gozo

Palabra para meditar – PASEO

1 Crónicas 16:26,27
“Nada son los dioses de los pueblos, porque el Señor fue quién hizo los cielos; esplendor y majestad hay en su presencia; poder y alegría hay en su santuario.”

El garage del vagón de gozo


Nuestro texto de esta noche habla de un lugar especial. Es de hecho, la cara descubierta de Dios; es de hecho la misma presencia de Dios y es en la misma presencia de Dios donde encontraremos dos de los dones más valiosos y fáciles de conectar con otros, los cuales yacen como los anillos de oro sobre el terciopelo negro de una caja de color azul medianoche. Estoy hablando, por supuesto, de fortaleza y gozo.

Fue el 3er Reich de Adolfo Hitler, quien para 1939 había introducido a más de 25 millones de su propia gente a su programa de turismo, viajes y vacaciones. Lo atractivo de este programa para el pueblo, del programa Volks, era la posibilidad de que cada Alemán adquiriera el más moderno de los automóviles familiares, o como lo hemos conocido por mucho tiempo, el Volks-wagon. Curiosamente, el nombre de todo el programa era “Kraft durch Freude,” o simplemente KdF, que cuando es traducido al Español, significa literalmente “¡Fuerza a través de la Alegría!”

Así, el concepto de este poderoso vínculo entre la alegría y la fuerza era evidente aún en un régimen cada vez más totalitario. El pensamiento del 3er Reich en cuanto a la implementación de su programa de fuerza a través de la alegría, era bastante simple: “La gente descansada es gente feliz; la gente feliz es gente fuerte y necesitamos gente fuerte, con nervios de acero para llevarnos a través de los cambios que están por suceder.” Por supuesto, los Nazis encontraron algo de verdad, algo de sustento, algo de alegría y algo de fuerza en este programa, porque llevaron a su nación, de estar en el lienzo de un post-mundo Europeo, a ser la bestia feroz, fuerte y pesadamente armada que llevaría a Europa una vez más a la Segunda Guerra Mundial!

Estoy a favor de unas buenas vacaciones, para relajar el cuerpo y la mente a fin de poder navegar las difíciles aguas de la vida y nunca rehusaría recibir ninguna alegría, ¡ni la fuerza de recuperación que viene a través de ella! Sin embargo, nuestro texto de esta noche y su muy singular versículo par en Nehemías 8:10c ¡no está hablando acerca de ese tipo de fuerza y alegría! No. Este especial par no se encuentra en unas buenas vacaciones, ni al dormir, ni al disfrutar de algo y no, tampoco se puede encontrar en la promesa de bendición material, ¡ni siquiera en la bendición material de un Volks-Wagon para cada persona!

Este particular par de valor, (porque, ¿qué es el valor, sino la unión de fuerza y gozo?) viene solamente de parte de Dios, de estar en presencia de Aquél que hizo los cielos. Cuando tú te paras en el triple pero singular ring del Padre, Hijo y Espíritu Santo, anillos de gloria, anillos de honor, y anillos de fuerza y gozo se encontrarán en el premio de la Olimpiada divina, ya que hay una fuerza y un gozo permanente y sobrenatural que en términos Olímpicos, simplemente sobrepasa cualquier temporal “derrota” que pudiéramos sufrir.

Cuando el estallido de la guerra exigió más capacidad de producción de la fábrica de Volks-Wagon y su producto, a pesar de todos los pagos hechos por aquellos cientos de miles de Alemanes, nadie realmente recibió su nuevo vagón de fuerza y alegría. Déjenme decirles algo: Si ustedes quieren asegurar un buen paseo a bordo de un gran vagón de gozo, entonces ustedes necesitan saber dónde se encuentra permanentemente guardado, porque usted no puede tener el “gozo del Señor” sin tener “al Señor del gozo.” Sí. Usted no puede tener “la fortaleza del Señor”, sin tener ¡al “Señor de la fortaleza!”

Jesús tiene las llaves tanto de la muerte como del infierno, alrededor de Su cintura y yo me pregunto si tal vez él lleva un juego de llaves extras para su vagón del gozo, ¿escondido en Su bolsillo derecho?

Medita: “Me mostrarás la senda de la vida; en tu presencia hay plenitud de gozo; delicias a tu diestra para siempre.” Salmos 16:11

Ora: Enséñame Espíritu Santo, a través de Jesucristo mi Señor, cómo habitar en Tu presencia. Y oh, Papá, ¿me puedes prestar las llaves del vagón del gozo, esta noche? ¡Sí, sí puedo! ¡Gracias!


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