Sunday, April 24, 2011

Apr | 24 | Trayendo amigos de entre los muertos

Palabra para meditar – RESURRECCION

Hebreos 13:20-21
“El Dios que da la paz levantó de entre los muertos al gran Pastor de las ovejas, a nuestro Señor Jesús, por la sangre del pacto eterno. Que él los capacite en todo lo bueno para hacer su voluntad. Y que, por medio de Jesucristo, Dios cumpla en nosotros lo que le agrada. A él sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén.”

Trayendo amigos de entre los muertos

El fin principal del hombre es sin duda, la gloria de Dios. Sin embargo, si tuviera que resumir la gloria de Dios expresada en la creación, ese aspecto de gloria que revela Su corazón, Su deseo, Su plan fundamental, Su poder y Su propósito, entonces sería éste: ¡La resurrección! Yo diría que el fundamento del Cristianismo está sin duda, expresado en el acto de la resurrección.

Sí, la resurrección no es solamente una teoría teológica...No, sino ¡es de lo que se trata el Cristianismo! ¡Esto está en el centro de todo! Transformación redentora a través de la resurrección. En términos de este cuerpo, la maldición que cayó en todos nosotros en la caída de Adán, se muestra en un deterioro y desgaste constante, que resultará, al final, en la descomposición del cuerpo, el fin del cual es la separación de alma y espíritu de lo que queda de este maduro, arrugado, desgastado, viejo y ahora encogido gigante. ¡Lo mejor de la gloria no se encuentra nunca en una fruta arrugada y podrida! De ahí la absoluta necesidad de la resurrección a algo más fresco!

La transformación redentora a través de la resurrección es el plan diseñado por Dios para producir creaturas majestuosa y suavemente proporcionadas, así como hermosamente perfeccionadas, ¡quienes revelarían Su corazón, Su deseo, Su plan final, Su poder y Su propósito! Nuestro capitán redentor en todo esto, nuestro predecesor, nuestro gran primer enviado, el segundo y último Adán en la lucha, nuestro Apóstol en la resurrección, no es otro más que el Señor Jesucristo mismo, quien, por medio de Su propia infinita, eterna y muy inocente sangre, derramada en el lugar de todos esos maldecidos en el primer Adán, fué traído de la muerte por el poder del Padre. Nuestro Padre Dios, por este mismo poder, a través de la sangre derramada de Jesús, Su hijo y nuestro Salvador, está trayendo y nos traerá de la muerte juntamente con Él. Esta oferta de una vida eterna resucitada, sólo se ofrece una vez y únicamente de este lado de la tumba, así que ¡venga y tómela mientras está disponible!

A menudo me preguntan “¿A qué se dedica?” Mi respuesta es casi siempre: “Oh, soy un empresario Espiritual.” La respuesta burlona suele ser: “¿De veras? ¡Qué interesante!...y, ¿qué es lo que implica?

“Oh,” les contesto en mi explicación, “Realmente es un negocio familiar y trata con todo lo que tiene que ver con renovación, ¿sabes? Pero en realidad, supongo, sólo estoy ayudando a mi Papá a traer gente de regreso de entre los muertos.”

Cristiano, no subestimes la gran obra que Dios te ha llamado a realizar. En todo tu servicio y especialmente en todas tus oraciones, recuerda que es del ministerio de la resurrección, de quien eres parte, y de quien eres socio.

Medita: “Cuando ya se acercaba a las puertas del pueblo, vio que sacaban de allí un muerto, hijo único de una madre viuda. La acompañaba un grupo grande de la población. Al verla, el Señor se compadeció de ella y le dijo, ‘No llores’. Entonces se acercó y tocó el féretro. Los que lo llevaban se detuvieron, y Jesús dijo, ‘Joven, ¡te ordeno que te levantes!’. El muerto se incorporó y comenzó a hablar, y Jesús se lo entregó a su madre. Todos se llenaron de temor y alababan a Dios. ‘Ha surgido entre nosotros un gran profeta,’ decían, ‘Dios ha venido en ayuda de su pueblo.’” Lucas 7:12-16

Ora: Señor, que todas mis oraciones sean sazonadas y tocadas con el propósito y el poder de la resurrección. Ayúdame, Señor, a caminar firme y fiel en este gran ministerio al que Tú me has llamado. ¡Amén!


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