Monday, May 9, 2011

May | 09 | Antojos de medianoche

Palabra para meditar – DIGERIR

Salmos 146:8-9a
“El Señor da vista a los ciegos, el Señor sostiene a los agobiados, el Señor ama a los justos. El Señor protege al extranjero y sostiene al huérfano y a la viuda.”

Antojos de medianoche



No es bueno para la digestión, pero a menudo cuando ya es muy tarde, se apoderan de mí esos “antojos de medianoche”… Ya saben, esa necesidad apasionada de comer, un “ataque de antojos” que sólo puede satisfacerse echando mano del refrigerador. Tal vez a nivel espiritual, ¿será posible que también podamos ser bendecidos con esa misma necesidad apasionada? Si ese es tu caso en esta noche, entonces nuestro texto nos presenta cinco cosas, incluso un puñado de Cheerios para digerir, para satisfacernos y alegrarnos antes de ir a dormir.

El Señor abre los ojos al ciego y todos conocemos a personas que no ven. No ven nuestro amor por ellas, no ven nuestro deseo de que estén bien; tal vez no ven el dolor que están causando a otros, incluso y especialmente a sí mismas. Es posible que estén completamente ciegos frente al amor de Dios en Jesucristo. Sí, una persona puede estar ciega ante muchas cosas… Pero uno de los regalos más especiales de Dios, es el maravilloso regalo de la vista… Sí, amigos, traten de digerir eso esta noche.

El Señor sostiene a lo abatidos; a los abatidos por el pecado, por una depresión desesperada, por cargas indescriptibles, por el cansancio agobiador; sí, a los que están abatidos por cargas de cualquier especie. Dios, bien sea por aliviarlos o por fortalecerlos, levantará sus cuerpos doblados hasta alcanzar incluso alturas más elevadas. Sí, traten de digerir eso esta noche.
El Señor ama a los justos. A menudo, aquellos de nosotros que vivimos bien en medio de personas que llevan una mala vida, terminamos siendo objeto de desprecio y de escarnio; sí, nos hacen sentir como los extraños, como los habitantes ignorantes de una oscuridad de antaño que nos ha robado de nuestro lugar. Pero Dios ama a los que son verdaderamente justos, y en esta noche traten de digerir eso.

El Señor protege a los extranjeros; nosotros visitantes, nosotros forasteros, nosotros peregrinos en una tierra extraña, que tenemos que dormir en la noche; porque el día es largo y la jornada es agotadora. Pero nuestro Dios no duerme ni sueña, y se goza especialmente protegiendo a Sus hijos y vigilando por ellos a la medianoche. Sí, en esta noche traten de digerir eso.

El Señor sostiene al huérfano y a la viuda. En la economía de Dios, las familias caminan juntas y es responsabilidad primordial del padre y del esposo ser el principal sustento. Algunos de ustedes tal vez en esta noche recuesten su cabeza angustiada, sabiendo que la muerte o la ausencia de un padre terrenal, o un esposo terrenal, ha transformado esta bendición de aprovisionamiento, alguna vez abierta, en un bastión de ladrillo que necesita alivio, incluso en una ciudad destruida en la que no queda esperanza, ¡en la que incluso ya ni siquiera hay lucha! Pero Dios sostiene al huérfano y a la viuda, y yo les digo que traten de digerir eso en esta noche.

Medita: “Pero frustra los planes de los impíos. ¡Oh Sión, que el Señor reine para siempre! ¡Que tu Dios reine por todas las generaciones! ¡Aleluya! ¡Alabado sea el Señor!” Salmos 146:9b-10

Ora: Señor, Tú construyes Jerusalén; Tú reúnes a los desterrados de Israel. Tú sanas a los quebrantados y vendas sus heridas. Tú cuentas el número de las estrellas; Tú las llamas a todas por su nombre. Grande eres Tú, Señor, y grande es Tu poder y Tu entendimiento es infinito. Tú levantas al humilde y abates al malvado. Te canto con acciones de gracias, Señor; porque cubres los cielos con nubes, y dispones la lluvia para la tierra. Eres Tú quien hace crecer la hierba en las montañas para alimentar así a las bestias. ¡Alaba al Señor, oh Jerusalén! ¡Alaba a tu Señor, oh Sión! Porque Él ha fortalecido los barrotes de nuestras puertas. El ha bendecido a nuestros hijos. Él trae la paz a nuestras fronteras y nos llena con lo mejor del trigo, para darnos fuerzas para la batalla. Si, Señor, nos regocijamos porque podemos digerir todo esto en esta noche. Amén.

 

No comments:

Post a Comment