Tuesday, June 7, 2011

Jun | 07 | Otra mujer – otro pozo

Palabra para meditar – ELEGIR

2 Samuel 17:17-20
“Jonatán y Ajimaz se habían quedado en Enroguel. Como no se podían arriesgar a que los vieran entrar en la ciudad, una criada estaba encargada de darles la información para que ellos se la pasaran al rey David. Sin embargo, un joven los vio y se lo hizo saber a Absalón, así que ellos se fueron de allí enseguida. Cuando llegaron a la casa de cierto hombre en Bajurín, se metieron en un pozo que él tenía en el patio. La esposa de aquel hombre cubrió el pozo y esparció trigo sobre la tapa. De esto nadie se enteró. Al pasar los soldados de Absalón por la casa, le preguntaron a la mujer: ¿Dónde están Jonatán y Ajimaz? —Cruzaron el río —respondió ella. Los soldados salieron en busca de ellos, pero como no pudieron encontrarlos, regresaron a Jerusalén.

Otra mujer – otro pozo

Estarán de acuerdo en que en nuestro versículo para esta noche, algunos aspectos son paralelos con la historia de Rahab, la cual aparece en el libro de los Jueces. Dos de los reconocidos mensajeros del rey David son divisados por el enemigo de la guerra civil y entonces buscan refugio en una casa no identificada donde son protegidos por una mujer no identificada. Cuando los soldados de Absalón, el usurpador, le hacen una pregunta directa, ella miente, los engaña y los hace desviarse de su presa. No se equivoquen con esto, esta mujer anónima, que sin querer quedó dentro de la escena central de esta guerra civil, salva a los hombres, salva lo que podría haber sucedido ese día y salva al Rey David y a su reino. Algunos podrían extrapolarlo aun más al decir que esta mujer anónima salvó la línea mesiánica, abriendo así camino para la llegada del Mesías, el Salvador del mundo. Sólo en las salas elegantes de la clase media y en los púlpitos religiosos respetables se desaprueba esta “mentira”. ¡Los hombres de David la elogiaron por estas mentiras! Los hombres de Absalón la maldijeron por ellas y murieron.

La vida es complicada. Vivir justamente es complicado, costoso y sangriento. Las decisiones que tenemos que tomar, muchas de las cuales nos son impuestas, y muchas de las cuales quisiéramos no tener que tomar, tienen implícitas consecuencias enormes. Esa mujer desconocida se levantó esa mañana para hacer algo de harina y hornear un poco de pan, y terminó salvando a Israel antes de ir a la cama. ¡Imagínense!

Vivimos esta vida cristiana en una película que ya está corriendo, una historia que se agita con furia en los muros de la eternidad, con cada cuadro arañado y raspado, tostado por el pecado de una humanidad caída y siempre con la sombra oscura del villano de bigote encerado y sombrero de copa negra, que es Satanás en persona. Nuestra sorpresa más grande al ver a esta historia desenvolverse, es encontrarnos de repente en medio de la escena, en mitad del escenario, y todo el argumento dependiente de lo que vayamos a hacer. ¡Eso es aterrador! Cuando te suceda, sin importar qué decidas hacer después, sin importar el caos, a pesar de los temores de tu corazón, siempre opta por el Rey Jesús, ¡y siempre proteje a Sus mensajeros reales!

Medita: “Después de que los soldados se fueron, Jonatán y Ajimaz salieron del pozo y se dirigieron adonde estaba David para ponerlo sobre aviso. Le dijeron: Crucen el río a toda prisa, pues Ajitofel ha aconsejado que los ataquen. Por tanto, David y quienes lo acompañaban se fueron y cruzaron el Jordán antes de que amaneciera. Todos sin excepción lo cruzaron.” 2ª Samuel 17:21-22

Ora: Señor, cuando esté en el centro del escenario, salvando a los mensajeros y hombres del Rey, concédeme una cara inmutable y buenas mentiras. Te lo pido en el nombre de Jesús. Amén.

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