Wednesday, June 15, 2011

Jun | 15 | El uso correcto de los bastoncillos de algodón y la dirección espiritual

Palabra para meditar – ESCUCHAR

Santiago 3:1
“Hermanos míos, no pretendan muchos de ustedes ser maestros, pues, como saben, seremos juzgados con más severidad.”

El uso correcto de los bastoncillos de algodón y la dirección espiritual


A principios de este año se informó de un niño que había vivido parcialmente sordo durante nueve años y que de repente se curó, cuando de su oído salió un copo de algodón, de esos que se usan para limpiarse los oídos. Aparentemente a la edad de dos años y sin que sus padres lo supieran, había introducido uno de estos en su oído derecho, y se le había roto el extremo. Hasta los once años, fueron nueve años seguidos de dolor de oído y sordera parcial, que desencadenaron ciertos comportamientos difíciles, exclusión y bajo desempeño en el colegio. Adicionalmente, estaban las constantes visitas a los médicos y especialistas, quienes sin excepción y de alguna manera, habían pasado por alto el copo de algodón ahora cubierto de cerilla. El cuerpo en desarrollo del muchacho, con los años había expulsado al extraño intruso y ¡pum! un milagro de sanidad había empezado ahora a transformar su vida.

Ser un mentor, un director espiritual, intentar, por así decir, ser un metafísico o un sanador de almas, tiene implícita una responsabilidad sorprendente. Dedicarse especialmente a lo espiritual y a lo etéreo, ocuparse majestuosamente de los lugares secretos e interiores del corazón, la posibilidad de hacer un mal diagnóstico con su consecuente sordera espiritual y el pobre o torcido crecimiento espiritual en otros, es por mucho, una posibilidad mayor de lo que ocurre con cualquier otro médico estándar. Y aun así, seguimos enviando cada año a decenas de miles de consejeros jóvenes e inexpertos, llenos de información pero aún inmaduros, a los cubículos de nuestras iglesias, y ¡oh Dios mío, es mucha la carnalidad que hay ahí! La mala dirección espiritual y su subsecuente fruto de profunda sordera espiritual y del amargo ‘torcer’ de las Escrituras por parte de sinceras personas de nuestras iglesias, son testimonio de que éstas están siendo engañadas por sus denominaciones y de que sus pastores les están fallando. ¡Cielo santo! Incluso los pastores mismos están abandonando sus puestos dentro del rebaño... ¡para nunca más volver!

En términos de discipulado espiritual o en términos de una buena amistad, todos nos hemos convertido en los directores espirituales de alguien, en alguna parte y en algún momento. Permítanme ofrecer entonces, algunos lineamientos en esta noche para que cada uno de nosotros los sigamos en los días por venir:

Primero: Escuchen. Sean lentos para hablar, lentos para construir una respuesta en su propia mente, incluso mientras el otro esté hablando. Conviertan frases tales como “no lo sé”, “no estoy seguro”, “me pregunto si...”, en sus mejores amigos. Utilícenlas mucho, porque son verdaderas y mucho más certeras que muchas de las conclusiones que tal vez quisieran que salieran veloces de sus bocas. Escuchen.

Segundo: Sugieran. Las sugerencias son siempre investigativas antes que declarativas. La ventaja que alguien tiene al aplicar las sugerencias, es que el descubrimiento del problema se realiza en forma personal. Este descubrimiento personal después de haber acatado una sugerencia, es mucho más poderoso que cualquier declaración que ustedes puedan hacer. Sugieran.

Tercero: Busquen. Las sugerencias son meros señalamientos. Son pistas. Proseguir una búsqueda siguiendo las pistas, requiere de atención, de aplicación, y sobre todo, requiere de apoyo y provisión. Ayuden a los demás a buscar las raíces de sus problemas. Busquen.
Cuarto: Manténganse alerta. Las personas que gustan de investigar sobre temas provocadores, a menudo se sientan, reposan, “husmean’ en direcciones equivocadas, se pierden en lo profundo del bosque y terminan vagando por lugares baldíos, completamente desorientados. Las personas necesitan ser cuidadosas en términos de la santificación que están buscando. Alertas.
Quinto, oren. Esto es algo que no se puede subestimar. La oración es la conexión del “walkie talkie” con la base. La oración es el contacto directo con las oficinas centrales. La oración es el contacto con la única persona que con seguridad puede ayudarnos: Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo. Oren.

Sexto, sometan a la gente al Hijo. Así como las plantas crecen estando en el sol, así las personas crecen estando en el Hijo. Pidan que Su luz brille sobre todo aquel que le busca; pidan que la Luz sea enviada a sus caminos. Sométanlos al Hijo.

Séptimo, apéguense a la gente. ¡Oh qué alivio sentimos cuando toda nuestra gente problemática desaparece! ¡Cómo agradecemos cuando las dificultades se van! ¡Cómo descansamos cuando no tenemos que batallar con ellas! El verdadero discipulado, el verdadero pastorado no obstante, está especialmente marcado por este apego, así que manténganse junto a la gente.

No es necesario decir que un Pastor General no puede hacer esto. Jesús tenía doce discípulos, pero a nosotros no nos parece que valga la pena seguir o escuchar a alguien a menos que tenga unos 12,000. Con esta proporción extraña y para nada bíblica, la sanidad, la plenitud y la verdadera santidad no pueden llegar jamás. Insisto, jamás pueden llegar. Muchas personas se pierden esperando cosas “mega”.

Medita: “Todos fallamos mucho. Si alguien nunca falla en lo que dice, es una persona perfecta, capaz también de controlar todo su cuerpo.” Santiago 3:2

Ora: “Libra, además, a tu siervo de pecar a sabiendas; no permitas que tales pecados me dominen. Así estaré libre de culpa y de multiplicar mis pecados. Sean, pues, aceptables ante ti mis palabras y mis pensamientos, oh Señor, roca mía y redentor mío.” Salmos 19:13-14


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