Friday, June 24, 2011

Jun | 24 | ‘Quedándonos por ahí’ para saborear el buen vino

Palabra para meditar – SABOREAR

Cantares 4:10
“¡Cuán delicioso es tu amor, hermana y novia mía! ¡Más agradable que el vino es tu amor, la fragancia de tu perfume”

‘Quedándonos por ahí’ para saborear el buen vino

La edad de una botella de vino tiene una importante relación con su carácter, es decir, con su sabor, su color y su bouquet; lo que a su vez, me parece, manifiesta su impacto en mi paladar en términos de belleza, balance ¡y cuenta bancaria! Digo mi cuenta bancaria porque he probado vinos más viejos y más dulces que me han costado grandes sumas de dinero, y francamente no saben tan bien como unas variedades mucho más económicas. Esto no es una simple observación subjetiva sino una realidad probada y objetiva. El costo material no hace que un vino más añejo sepa mejor; no, es mucho, mucho más que eso lo que llega a hacer que un vino sea excelente.
No todos los vinos por supuesto mejoran con el tiempo, sólo unos comparativamente pocos vinos parecen tener la capacidad de transformarse para alcanzar un sabor añejo, manteniendo a la vez un vigor interior estimulante que se siente en la punta de la lengua. No siempre se puede saber cuáles vinos adquirirán todo esto, pero contando con que la cosecha sea buena, es la combinación del tiempo, la temperatura y la clase adecuada de herramientas ambientales las que propiciarán una oportunidad al vinicultor Maestro para suavizar cualquier característica fuerte del vino, y convertirla en algo delicado, algo suave y algo aterciopelado al paladar. Para saborearlo, no obstante, escuchen, para saborearlo y disfrutarlo, realmente tienen que ‘quedarse por ahí’.
Tengo que confesarles que no sé mucho sobre vinos; sin embargo, sé un poco sobre las personas. En este conocimiento adquirido y creciente que he acumulado con los años, he observado que cuando un hombre finalmente empieza a beber una gran botella de vino, su rostro refleja un gozo sutil y refinado, y que todo su ser y sus extremidades parecen dar saltos con una fuerza renovada. Les digo que si están seguros de las raíces, seguros de los frutos y seguros del resplandor de la gracia de Dios, entonces bien vale la pena quedarse por ahí para ver a Dios finalmente descorchar Su vendimia.

Me pregunto si las Escrituras sugieren que no hay nada mejor para un pobre hombre amargado, que una dulce licorera llena de un exquisito vino tinto de vendimia.

Medita: “Dales licor a los que están por morir, y vino a los amargados.” Proverbios 31:6
“...El vino que alegra el corazón, el aceite que hace brillar el rostro, y el pan que sustenta la vida.” Salmos 104:15

Ora: Señor, si hay algo que necesitamos en nuestra vida, es que quites de nosotros la insensatez y nos ayudes a adherirnos a ti. Danos fe, valor y tenacidad el día de hoy y en los años por venir, para que ‘nos quedemos por ahí’ y probemos la vendimia descorchada. Te lo pedimos en el nombre de Jesús. Amén.


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