Wednesday, December 4, 2013

Dec | 04 | Sobre soldados de salvación, entonando cantos de salvación del Salvador

TESTIFICA

Isaías 26:1a 
“En aquel día se entonará esta canción en la tierra de Judá...”

Sobre soldados de salvación, entonando cantos de salvación del Salvador

Le Chambon-sur-Lignon es un pueblo de Francia que se convirtió en refugio para los judíos forzados a huir durante la Segunda Guerra Mundial. Se los escondía en hogares, en granjas y en instituciones públicas. Siempre que las patrullas Nazis llegaban en busca de judíos, éstos, que hasta ese momento habían permanecido escondidos, eran llevados al campo y se les dejaba para que se ocultaran entre el denso follaje del bosque que los rodeaba. Al momento que los soldados se alejaban, los no-judíos franceses, también llamados gentiles, iban al bosque y cantaban una canción. Cuando los temblorosos judíos que se habían ocultado escuchaban esa tonada, sabían que era seguro regresar. Hoy, toda esta comunidad de franceses cantores está inmortalizada en el Memorial ‘Yad Vashem’, el recordatorio judío del holocausto, como ‘justa entre todas las naciones’. Dicha posición les da derecho, a ellos y a sus descendientes, a obtener la ciudadanía honoraria en la nación de Israel.

No obstante pienso que la guerra innecesaria dentro de la iglesia puede a menudo ser evitada si nosotros, los miembros de la iglesia, mientras abrazamos el presente en su totalidad en amor, también elevamos nuestros ojos hacia las puertas del cielo; a su vez creo, que cuando las puertas de infierno se levantan y escupen su suciedad sobre las comunidades y los continentes, ese es el momento en que nosotros, los que tenemos una verdadera mentalidad celestial, seremos de mayor utilidad en la tierra. En otras palabras, cuando la moral misma está siendo asesinada, es el momento para que nosotros, los soldados de la cruz, nos volvamos combatientes cantores.

Nuestro canto dice esto: “¡Tenemos una ciudad fuerte! Dios Mismo es la fuente de esa fortaleza. Cristo en nosotros, la esperanza de gloria, nos ha convertido en las justas y fuertes murallas y bastiones dentro de la ciudad de Su elección. En Dios somos la fortaleza de la ciudad. ¡Somos la fortaleza de la ciudad y sus puertas están totalmente abiertas para aquellos que sostienen la verdad en justicia!”

Sin menospreciar la tierra de la nación de Israel, hablando de manera espiritual, la iglesia es el Israel de Dios. Cuando entonamos nuestro canto de salvación, a través de nuestras oraciones, de nuestras palabras y de nuestras obras, anunciamos protección para aquellos que huyen de la muerte. Permíteme preguntarte entonces, amigo Cristiano, ¿qué canto está entonando tu espíritu hoy (si es que está entonando alguno), para atraer a la gente desde los bosques hacia la ciudad de Dios?

Reflexiona: “En aquel día se entonará esta canción en la tierra de Judá: Tenemos una ciudad fuerte. Como un muro, como un baluarte, Dios ha interpuesto su salvación. Abran las puertas, para que entre la nación justa que se mantiene fiel. Al de carácter firme lo guardarás en perfecta paz, porque en ti confía. Confíen en el SEÑOR para siempre, porque el SEÑOR es una Roca eterna.” Isaías 26:1-4

Ora: - Por las montañas y por el mar, Tu río corre con amor por mí; yo abriré mi corazón y me dejaré ser liberado por mi Sanador. Estoy gozoso de andar en la verdad, y elevaré mis manos sin cesar, pues siempre cantaré de cuando Tu amor vino a mí. Sí,
Podría cantar de Tu amor por siempre,
Podría cantar de Tu amor por siempre,
Podría cantar de Tu amor por siempre,
Podría cantar de Tu amor por siempre.

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