Monday, December 16, 2013

Dec | 16 | ¡Diems, deums y dumb de dumbs!

REAL

Génesis 32:25-26  
Cuando ese hombre se dio cuenta de que no podía vencer a Jacob, lo tocó en la coyuntura de la cadera, y ésta se le dislocó mientras luchaban. Entonces el hombre le dijo: —¡Suéltame, que ya está por amanecer! —¡No te soltaré hasta que me bendigas! —respondió Jacob.

¡Diems, deums y dumb de dumbs!

Me pregunto si hay tres clases de personas en el mundo hoy. Los dumb de dumbs, los diems y los deums.

Un ‘dumb de dumb’ podría ser un caminante indolente por el brillante boulevard de la vida. Grandes cantidades de dinero, o la indiferencia perezosa o, incluso una enfermedad mental (porque créanme, cada uno de estos tres tipos, posiciones o condiciones pueden manifestar los mismos síntomas de locura) han llevado a estas personas, los ‘dumb de dumbs’ a, simplemente, desconectarse de su propósito eterno y relación profunda con Dios y a ir a una plataforma de observación aislada, desde la cual ellos, simplemente, levantan la barbilla y miran a su alrededor despreocupadamente. Ellos se sienten tan satisfechos con su suerte que cantan para ellos mismos, suavemente, “dumb de dumb de dumb, dumb de dumb de dumb”. La vida encierra pocos temores para esta gente fútil, porque ellos ya están casi muertos, negándose desde hace mucho a lidiar con la adormilada eternidad que yace dentro de ellos y con el caos (apilado como basura vieja) en el que viven. Con dinero, indiferencia o enfermedad mental, la vida puede no ser satisfactoria, pero de alguna forma, es tolerable y hasta podríamos decir que aceptable. “Dumb de dumb de dumb, dumb de dumb de dumb”.

Los ‘Diems’ de la vida son totalmente diferentes. Son los que mueven y agitan, los artistas y los que toman decisiones. Ellos, como mínimo, están sacando el mayor provecho de lo que sus manos pueden alcanzar, ¡ellos salen a buscarlo! Al menos salen a buscar eso que ellos creen que deberían ir a buscar. ¡Están tomando de la cáscara verde y moteada, de la roja, sustanciosa y chorreante sandía de la vida, baby! Es fantástico estar con ellos, se sienten que están en un viaje, se están conectando con la vida, se comprometen con un propósito, son extensivos en sus relaciones, están aferrándose al día por todo lo que vale, ellos son los ‘¡Carpe Diems: aférrate al Día!’ No obstante, al final de cada largo día, aún con toda esta pasión, ellos están, incómodamente inquietos. Los ‘Diems’ dubitativos siempre se preguntan ¡¿en realidad vale la pena?!

Hoy me desperté con un vago recuerdo de algún momento en la noche, soñando o pensando en ese bribón llamado Jacob. Sin dudas él hubiera conseguido su “Sandwich Judío para el Alma” de ‘Wolfie Cohen`s Rascal House’ en Miami Beach luego de una larga noche cuidando ovejas en la enorme playa, cerca de la pequeña ciudad de Aventura. A una edad aun temprana, él cambió de un estado de ‘dumb de dumb’ a ser un ‘carpe diem’ y por muchos, muchos años vivió en la excitante montaña rusa que tal estilo de vida le trajo. Él se aferró a cualquier cosa; él se aferró a cualquier persona y a todo. ¡Especialmente a lo que no le pertenecía! Sin embargo, este individuo, a menudo repugnante, apasionado y beligerante también fue, en el final, aún vorazmente inquieto.

En toda la larga vida de Jacob hay un sólo incidente que lo hace aterradoramente especial para mí. Aterrador, porque luchó con Dios ¡y casi lo venció! Especial, porque Dios, con el más suave de los toques, gentilmente lo incapacitó de tal modo que todo lo que él pudo hacer fue aferrarse a su agresor por su vida. Verán, lo que hace que Jacob sea tan diferente y tan bendecido, no es que todos sus cielos estaban claros luego de su épica lucha con Dios por el título, no, por el contrario, querido amigo, ¡por el contrario! No, eso tan asombrosamente especial es que Jacob, el bribón, se aferró a Dios ¡y no lo dejó ir hasta recibir una bendición con la cual se sintiera satisfecho! ¡Oh, por la hermandad de esos hombres desesperados!

Te digo hoy, querido amigo, ¡la única forma en la que nosotros, los Cristianos, deberíamos vivir nuestras vidas, es aferrándonos a Dios, capturándolo en nuestros brazos y exigiéndole una bendición! Aquellos entre ustedes que se sientan ofendidos por esto, aquellos entre ustedes que piensen que esta es una forma de hablar descortés e irrespetuosa hacia un grande y Soberano Creador, les digo que tal vez es porque para ustedes, mi Dios es un Dios que está distante. Me arriesgaría a decir que todo lo que tienen es una idea de Dios, una idea amorosa, quizá, pero finalmente es sólo una idea de quién es Dios. Quizá Dios les otorgue en algún momento, en alguna noche oscura de su bendecida y desesperada alma, el crecimiento que da el don de la desesperación junto con la oportunidad de ser liberado para luchar con El León Mismo. Eso espero, porque hasta que eso suceda, todos somos caricaturas burlonas de lo que deberíamos ser y ni siquiera una pálida sombra de lo que podríamos llegar a ser. Hay sólo un pequeño cambio de una sola letra para ir de ‘carpe diem’ a ‘carpe deum’, pero les digo, ¡su vida nunca será la misma si cambian esa pequeña letra! ¡Llámenlo! ¡Invítenlo! ¡Adelante!

Enfréntense a Dios, luchen con Él. Anímense amigos, ‘carpe deum’. ¡Aférrense a Dios y vivan!

Reflexiona:“Pero si desde allí buscas al SEÑOR tu Dios con todo tu corazón y con todatu alma, lo encontrarás. Y al cabo del tiempo, cuando hayas vivido en medio de todas esas angustias y dolores, volverás al SEÑOR tu Dios y escucharás su voz. Porque el SEÑOR tu Dios es un Dios compasivo, que no te abandonará ni te destruirá, ni se olvidará del pacto que mediante juramento hizo con tus antepasados.” Deuteronomio 4:29-31

Ora: Señor, no deseo llegar al cielo sin cicatrices; no deseo nunca haber estado en una lucha contigo y haber perdido. Así que, Señor, Te llamo hoy y Te desafío a que luches conmigo para que me derrotes en bendición. ¡Te desafío Dios! Y tú, amigo, ¿te atreves? Amén.

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