Wednesday, December 18, 2013

Dec | 18 | El engullidor de buques

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1 Timoteo 1:18-19 
Timoteo, hijo mío, te doy este encargo porque tengo en cuenta las profecías que antes se hicieron acerca de ti. Deseo que, apoyado en ellas, pelees la buena batalla y mantengas la fe y una buena conciencia. Por no hacerle caso a su conciencia, algunos han naufragado en la fe.

El engullidor de buques

En la Inglaterra del siglo XI, el Conde de Godwin era el anglosajón más poderoso del momento. Propietario de grandes extensiones de tierra en la parte Sudeste del país, también era responsable de una franja de tierra, una isla baja llamada Lomea, a sólo unos pocos kilómetros de la ciudad costera de Deal. Se dice que su mala administración de los fondos asignados para la conservación de la pared marina de Lomea, o tal vez por juicio directo de Dios debido a su falta de lealtad y acciones engañosas relacionadas con el rey, llevaron a la desaparición de Lomea en una tormenta tan fantástica que, al igual que la Atlántida, provocó que se hundiera bajo las olas.

El nombre ‘Godwin’ puede querer decir ‘El amigo de Dios’ pero la historia retrata a este infame inglés de una manera muy diferente. Al igual que muchos de sus contemporáneos, su vida y legado estaban llenos de intrigas y maniobras políticas mortales. Sin embargo, el hundimiento de su isla de Lomea en el Canal de la Mancha ha dejado en los marinos, a través de los siglos, una marca más mortífera aún, en forma de las infames ‘Arenas de Goodwin’.

Habiendo vivido en el pueblo costero de Deal y Walmer durante algunos meses, recuerdo haber realizado caminatas por la costa del Canal de la Mancha y ver la rompiente en la distancia que durante la marea baja se acercaba hacia estas mismas arenas. En el verano, es posible llegar hasta allí en bote y caminar por la endurecida y ondulada superficie; también jugar al críquet y hasta fútbol, sobre lo que debe ser el campo de juego más singular, en medio del Canal de la Mancha.

Con 19 kilómetros de largo y 8 en su punto más ancho, la forma de las Arenas de Goodwin cambia constantemente, por lo cual es imposible realizar mapas con precisión. Una combinación de mal tiempo y fuertes corrientes en el área, convierten a estos tranquilos y singulares campos de juego en monstruosos imanes movibles, ¡esa es la razón por la que a través de los años para miles de barcos, y un estimado de 50,000 muertos, estas arenas han sido cualquier cosa, excepto un juego! ¡Sí, dije 50,000! Estas arenas son terroríficas y engañosas; ¡un cementerio que succiona con su boca abierta, siempre hambriento; un monstruo malvado y engullidor de buques!

Ahora amigos, aprendamos algunas lecciones de las Arenas de Goodwin. Goodwin puede ser el término anglosajón para ‘amigo de Dios’, pero hoy deben primero comprender que no todo el que se dice amigo de Dios, lo es. No todo el que se proclama Cristiano, es un Cristiano. Satanás ha plantado cizaña entre el trigo, ha enviado lobos entre las ovejas. ¡Sean cuidadosos y observen los frutos de la gente! ¡Especialmente, si estos buenos Cristianos están más preocupados por los dólares para Jesús que en morir por Jesús! Ustedes me entienden, así que no los sigan, no sean incautos porque, al final, la herencia que ellos dejarán para ustedes o los que los siguen, no será más que una herencia de maldición, muerte y destrucción. ¡Estén atentos y tengan cuidado!

En segundo lugar, sepan que nuestro enemigo, a pesar de que algunas veces se ve con mucha claridad, puede cambiar su forma y desaparecer bajo las olas. Él es movible, monstruoso y magnético. Las fuertes mareas de este mundo siempre los llevarán hacia su abierta y rugiente boca. Manténganse lejos, entonces, de las corrientes de este mundo, pues no importa cuán alta esté la guardiana ‘boya’ de la fe en sus vidas, o cuán fuerte suene la ‘campana’ de la buena conciencia en ustedes, cuando una tormenta se acerca, Satanás cambiará su forma y las corrientes que él ha instigado los arrastrarán a ustedes hacia él. Pongan atención a las marcas de la fe y a los sonidos de la buena conciencia, pero, más que nada, más que nada, ¡aléjense de las corrientes mientras puedan! Manténganse lejos de las corrientes de este mundo. ¡Manténganse muy lejos!

En tercer lugar y más importante, la mejor forma de defensa para un Cristiano es el ataque. Esto es algo positivo que podemos hacer. Pablo dice: “pelea una buena batalla”. Pablo instruye a Timoteo para que se acuerde de las palabras proféticas dadas a él sobre su llamado, su propósito, su destino y su persona. Aquí pareciera que Pablo dice: “Recuerda quién eres, ¡quién has sido proclamado para ser en Jesús! ¡Recuerda quién eres en Jesús y para qué te ha comisionado Él! ¡Recuerda quién eres, qué debes hacer y las promesas y el poder que Él te ha dado para cumplir su voluntad! Créelo y al igual que Popeye, ese viejo marinero, cuando el enemigo arremete como una inundación, busca en tu corazón y saca una gran lata de espinacas y échala a tu ‘pipa’ de poder. Luego prepárate, sacúdete todo temor y por las palabras de Aquél que es Fiel y Verdadero, el eterno Amén, ¡PELEA UNA BUENA BATALLA EN EL NOMBRE DEL SEÑOR!

Amigo, ¿quién eres? ¿Qué eres? ¿Qué te ha ordenado hacer Él? ¿En que parte de la línea te encuentras? ¿Qué se te ha dado? ¿Qué necesitas aún para poder pelear una buena batalla? ¿Lo sabes? En el nombre de Dios, en el nombre de Su Reino, ¿no es hora ya de que estas preguntas reciban una respuesta en tu corazón? Arrodíllate y pide revelación. Encuentra personas que tengan comunión con el Padre y que puedan hablarte con referencia a Su destino, Su comisión y Su llamado para tu vida; has que ellos te hablen de estas cosas, dentro y sobre tu vida, pues no ofrecerás una buena batalla sin estas revelaciones enviadas desde el cielo. ¡No lo harás!

Así que averigua hoy qué son estas cosas, pues las turbulentas arenas de los enemigos de Dios, los ‘engullidores de buques’ de siempre, están aguardando con la boca abierta, para que sus corrientes mortíferas arrastren a los Cristianos pasivos hacia sus arenas movedizas y engullidoras...¡Que no seas tú uno de ellos!

Reflexiona: Pelea la buena batalla de la fe; haz tuya la vida eterna, a la que fuiste llamado y por la cual hiciste aquella admirable declaración de fe delante de muchos testigos.” 1ª Timoteo 6:12

Ora: Señor. ¿Tienes algo qué decirme a mí sobre estas cosas? “Habla, SEÑOR, que yo, tu siervo, está escuchando”. Te lo pido en el nombre de Jesús. Amén.

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