Friday, December 20, 2013

Dec | 20 | Buenos sistemas de orientación

OBEDECE

2 Reyes 8:1,2  
Ahora bien, Eliseo le había dicho a la mujer a cuyo hijo él había revivido: Anda, vete con tu familia a vivir donde puedas, porque el SEÑOR ha ordenado que haya una gran hambre en el país, y que ésta dure siete años. La mujer se dispuso a seguir las instrucciones del hombre de Dios y se fue con su familia al país de los filisteos, donde se quedó siete años.

Buenos sistemas de orientación

La obediencia es un tema muy confuso para los Cristianos. Una de las principales razones para que esto sea así se debe a nuestra percepción de la precisión de de Dios en relación con Su control total. Nuestro proceso de pensamiento puede ser algo así: “Dios tiene el control, Él sabe cuántos cabellos hay en mi cabeza, Él sabe lo que pasa. ¡Dios tiene el control! Él conoce los pensamientos en mi corazón y las palabras en mi cabeza aún antes de ser pronunciadas por mis labios. Dios lo sabe todo, lo controla todo. Él es mi Padre y Él me hará bien. Él nunca dejará que nada malo me pase y siempre me mostrará el camino con claridad”. Y estos ¡son grandes pensamientos bíblicos y son totalmente correctos!

Ahora, después de haber comprendido y de creer en la maravillosa Soberanía de Dios sobre nosotros, me pregunto ¿por qué sucede que nosotros, muchas veces, nos encontramos en situaciones poco amables, difíciles y aún aterradoras? El razonamiento anterior de la soberanía de Dios, de gracia y amor no va de acuerdo con estas últimas situaciones que he descrito, por lo que a veces nos encontramos tanto perplejos como preocupados. Después de todo, tú no has estado pecando, has estado buscando a Dios y a Su Gloria, y no obstante, mira este caos en el que te encuentras. ¿Qué está pasando? ¿Habrá algo más que deberíamos saber sobre la voluntad de Dios?

“Ah, bueno, por supuesto,” dice el malabarista de la teología, “¡probablemente hayas entrado en la voluntad permisiva de Dios, más que en Su voluntad perfecta para tu vida y eso, siempre, es un problema! Has errado el camino, no has estado escuchando con tanta atención como deberías haberlo hecho en algún punto de tu camino, no señor, ¡así que será mejor que comiences a pedir para que la voluntad perfecta de Dios se realice en tu vida, compañero!” ¡Mi estómago está hecho un nudo de sólo pensar en una conversación de tanta ayuda! Pero, ¿qué puedo hacer?

Bueno, pon atención a la voluntad de Dios en nuestro versículo de hoy. “Estoy enviando una hambruna. Sal de aquí y ve a cualquier parte que no sea aquí”. A la luz de la soberanía de Dios, esta indicación parece insuficiente, ¿no es cierto? Si Dios me dijera algo como esto yo le diría: “Señor, gracias, ¿pero debo acaso ir al sur donde el sol brilla con fuerza y mi reumatismo puede encontrar algún alivio? ¿O debo acaso ir al norte donde el costo de la vivienda es menor? ¿Debo, quizá, ir al Este y dar testimonio entre la gente que no te conoce? ¿O debo, mejor, ir a las tierras desérticas del Oeste donde entre las alejadas montañas abundan los pecadores? Señor, ¿a dónde debo ir?” Bueno, la respuesta de Dios en este preciso momento sería: “¡A cualquier parte menos aquí!”

No me malinterpreten, yo creo que Dios da indicaciones claras. Sin embargo, no siempre y, ciertamente no en nuestro versículo de hoy. Ciertamente, no está diciendo a la mujer Sunamita, “¡eres tan insignificante, que no importa en qué parte te encuentres, chica, sólo vete, a cualquier parte!” No. Él advierte solamente a ella que deje la tierra, y al hacer esto, ella es bendecida de manera excepcional y amada de modo supremo. Ella es importante para Él: “Levántate, sal y ve a cualquier parte que no sea aquí”.

Veamos un poco más las tres grandes verdades en cuanto a saber qué dirección tomar:

Gran verdad # 1: No importa dónde vives, sino cómo vives donde tú vives.
Gran verdad # 2: Tú puedes servir a Dios, solamente, donde te encuentras ahora.
Gran verdad # 3: Tu influencia es mayor cuando vives abundantemente en tu tiempo. No esperes hasta que tu espacio sea más placentero para ti. El cómo vivimos en el tiempo tiene más relevancia eterna que en dónde vivimos en el espacio. El ‘ahora’ es mucho más importante que el ‘dónde’.

Amigo, si tú estás inquieto hoy por el Nuevo Año que se avecina y por la ubicación geográfica en la que te encuentras, entonces, quizá algo de consideración en oración de esta trinidad, te ayudará a enfocarte un poco más. Por supuesto, al igual que todas las grandes trinidades, ella es toda una y la misma verdad. Aquí está: “el cómo y el ahora son siempre más grandes que el dónde y el cuándo”. Este debiera ser nuestro valioso y bien ejercitado precepto.

Reflexiona: Nosotros, colaboradores de Dios, les rogamos que no reciban su gracia en vano. Porque él dice: En el momento propicio te escuché, y en el día de salvación te ayudé.Les digo que éste es el momento propicio de Dios; ¡hoy es el día de salvación!.” 2 Corintios 6:1-2

Ora: Señor, no permitas que envejezca esperando estar en el lugar exacto para servirte a Ti, para ser Tu sal y Tu luz. Ayúdame hoy para vivir en el ahora y en el cómo, confiando en que tú, Padre amoroso y sabio, te ocuparás de todos mis dónde y de todos mis cuándo.

No comments:

Post a Comment