Wednesday, January 2, 2013

Jan | 02 | Creyendo, explotando y rugiendo, ¡pero con Dios andando!

FE

Josué 24:2- 3
Así dice el SEÑOR, Dios de Israel: "Hace mucho tiempo, sus antepasados, Téraj y sus hijos Abram y Najor, vivían al otro lado del río Éufrates, y adoraban a otros dioses. Pero yo tomé de ese lugar a Abram, antepasado de ustedes, lo conduje por toda la tierra de Canaán y le di una descendencia numerosa. Primero le di un hijo, Isaac…”

Creyendo, explotando y rugiendo, ¡pero con Dios andando!

Antes que La Voz llegara, Abram era un adorador de ídolos falsos. Él no conocía a Dios. Abram era una persona, aparentemente insignificante, entre otras miles de personas también aparentemente insignificantes. En muchas cosas, probablemente, él era mejor que algunos. En muchas otras, sin duda, él era peor que muchos. Verán, parece no haber una razón substancial para que la Voz le hubiera hablado a Abram. ¡Ninguna ‘razón’ en absoluto, sólo y por supuesto, que Dios estaba con él! Y ahora, estas son tres palabras altamente impactantes para que nosotros las usemos todos los días de aquí en adelante. ¡Dios está conmigo!

En los tiempos por venir en este año que comienza, necesitamos ponderar este hecho soberano de que “la voz de Dios llegará a muchos que no lo estén buscando a Él, y Él los elegirá, los desafiará y los cambiará, y como muchos a los que se les ha ordenado creer, ellos también creerán”. Amigos, la salvación es idea de Dios, se produce por Su instigación, es Su obra, y es para Su gloria. En este mundo, mientras la oscuridad se instala una vez más sobre la faz de lo profundo y sobre los rostros que han caído en lo profundo, hagamos las paces con esta maravillosa verdad: Nosotros no podemos hacer nada, ¡pero Dios puede hacerlo todo!

Sí, debemos prepararnos para utilizar estas palabras, pues no piensen que estas tres grandes palabras nos permiten hacer un pacto con el pacifismo espiritual. El Calvinismo teológico puede permitir a muchos ese lujo perezoso, pero el Calvinismo Bíblico no lo hace. ¡De ningún modo! ¡Estas tres palabras son como revólveres de seis tiros en la cintura de los Cristianos! Entonces, siempre que la adversidad o el desastre, la aparente derrota o el terrible desengaño, cual viejo y malvado vaquero derrame su larga sombra a tu paso y levante su poncho y se prepare para dispararte, saca tu arma y dispara primero, diciendo: “¡DIOS ESTÁ CONMIGO!” ¡Bang, bang! Tres balas directo a sus malvados corazones. Estas tres palabras son también una gran combinación de derecha-izquierda para derrotar a la falta de fe. ¡Son un pequeño paquete de explosivos C-4, para hacer volar cualquier bloqueo restrictivo en el camino. Son píldoras energéticas para levantarlos y hacer que concluyan bien el día. Son mejores que tomar una cantidad de píldoras para dormir en el momento justo! Sí señor, estas tres palabras gigantescas levantarán sus espíritus hacia una fe tan alta, que sus corazones se abrirán a una visión fresca, agradarán al Padre y ¡derrotarán al diablo! “¡DIOS ESTÁ CONMIGO!” ¡Qué impresionante trío de dinamita!

Así que cuando esa vieja serpiente se interponga en tu camino con sus manos en su flaca y ondulante cadera diciendo “hasta aquí y no más lejos”, dobla tus rodillas y envía un derechazo justo al cuerpo y un gancho de izquierda a la barbilla. ¡Pum! ¡Pan! ¡Dios está conmigo! Cuando el diablo haga que esa montaña caiga sobre tus pies, simplemente encuentra la roca más grande en el centro, coloca estas pequeñas cargas a cada lado, y grita con fe: ¡Bum! ¡Bum! ¡Dios está conmigo! Cuando estés a punto de rendirte y no veas un camino hacia adelante, cuando te encuentres enfermo y sin ganas de vivir, comienza a murmurar estas tres grandes palabras hasta que aparezcan con ira determinada sobre tus labios, y luego, armado con ellas, acalla tus dudas y miedos yendo a fijar tu mirada sobre tus enconados fracasos, sobre todos ellos, y grita en una proclamación persistente, “¡Suficiente! ¡Suficiente!” O, mejor aún, “¡Dios está conmigo!”

Vamos, inténtalo hoy y utiliza estos pequeños términos explosivos por lo que resta del año venidero. En el nombre de Jesús, queridos amigos, ¡permítanme ponerme de acuerdo con ustedes para orar que este año sea el año de un cambio profundo para todos nosotros!

Reflexiona: “En otro tiempo ustedes estaban muertos en sus transgresiones y pecados, en los cuales andaban conforme a los poderes de este mundo. Se conducían según el que gobierna las tinieblas, según el espíritu que ahora ejerce su poder en los que viven en la desobediencia. En ese tiempo también todos nosotros vivíamos como ellos, impulsados por nuestros deseos pecaminosos, siguiendo nuestra propia voluntad y nuestros propósitos. Como los demás, éramos por naturaleza objeto de la ira de Dios. Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor por nosotros, nos dio vida con Cristo, aun cuando estábamos muertos en pecados. ¡Por gracia ustedes han sido salvados! Y en unión con Cristo Jesús, Dios nos resucitó y nos hizo sentar con él en las regiones celestiales, para mostrar en los tiempos venideros la incomparable riqueza de su gracia, que por su bondad derramó sobre nosotros en Cristo Jesús. Porque por gracia ustedes han sido salvados mediante la fe; esto no procede de ustedes, sino que es el regalo de Dios, no por obras, para que nadie se jacte. Porque somos hechura de Dios, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios dispuso de antemano a fin de que las pongamos en práctica.” Efesios 2:1-10 

Ora: Mi buen Jesús, dame en este año una semilla de mostaza de fe, para equiparar lo grande de mis montañas, con un corazón que cree, con pies dispuestos ¡y con una boca que declare Tu verdad para mi vida! Amén y Amén.

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