Saturday, January 5, 2013

Jan | 05 |Ese ‘Camino de Tierra Roja’

EXAMINA

Lucas 24:13-16
Aquel mismo día dos de ellos se dirigían a un pueblo llamado Emaús, a unos once kilómetros de Jerusalén. Iban conversando sobre todo lo que había acontecido. Sucedió que, mientras hablaban y discutían, Jesús mismo se acercó y comenzó a caminar con ellos; pero no lo reconocieron, pues sus ojos estaban velados.

Ese ‘Camino de Tierra Roja’

Brooks y Dunn, los famosos cantantes y escritores de música country, en algún punto de su camino, revitalizaron una carrera en decadencia al sacar un álbum llamado Red Dirt Road (Camino de Tierra Roja). La canción del título era una reflexión emotiva sobre la vida en los caminitos secundarios de la Norteamérica rural, ahora ya casi inexistentes y, muy pronto sin duda, inexistentes totalmente y para siempre. Perdónenme, pero la música country simplemente me gusta muchísimo y muy en especial la canción del título de este álbum. Como peregrino en una tierra extranjera, encuentro que muchas canciones, con temas sobre Jesús y sobre viajes, resuenan profundamente en mi propia alma.

El peregrinar juntos en comunión es muy importante ¿no les parece? El compartir tanto nuestras alegrías como nuestras tristezas debería significar más que sólo una oración semanal en una reunión de grupo pequeño, porque son tantas las cosas que suceden en este camino de sangre roja, de tierra roja por el que caminamos, en el cual cada paso parece acercarnos más a nuestro hogar. La peregrinación es tan desafiante para el Cristiano (¡no crean cuando alguien les dice lo contrario!) y lo es tanto así que necesitamos estar unidos, ayudándonos unos a otros, diariamente. Porque este camino es, en verdad, un lugar en el cual destruimos nuestros juguetes, descubrimos nuestras pasiones, hacemos amigos, cometemos errores, nos entusiasmamos, nos llenamos de esperanza, de desilusión, nos cansamos, nos agotamos e inevitablemente, nos ponemos viejos (¡aunque lamentablemente, no más sabios!). Aun así, este camino de tierra roja debería, principalmente, ser el lugar donde nos encontramos con Jesús. En cada quebranto, en cada equivocación, en cada lágrima, en cada bocado de comida, en cada risa, en cada parpadeo, giro o vuelta, debemos encontrarlo a Él, y más que nada, ¡debemos encontrarlo allí, todos juntos!

Cuando todos se encuentren con Jesús en su peregrinar de este año, ¿me harían el favor de decirme qué les ha dicho a ustedes? ¿Me harían el favor de informarme qué ha hecho Él por ustedes? ¿Cómo los ha desafiado, cómo los ha cambiado y muy especialmente, cómo los ha amado? Oh, y por favor amigos, díganme cómo los ha amado y más que nada, cuando lo encuentren en su camino ¿me harían el favor de llevarme hacia Él?

Reflexiona: “Al acercarse al pueblo adonde se dirigían, Jesús hizo como que iba más lejos. Pero ellos insistieron: Quédate con nosotros, que está atardeciendo; ya es casi de noche. Así que entró para quedarse con ellos. Luego, estando con ellos a la mesa, tomó el pan, lo bendijo, lo partió y se lo dio. Entonces se les abrieron los ojos y lo reconocieron, pero él desapareció.” Lucas 24:28-31

Ora: Señor Jesús, guíame siempre, guíame hasta el fin, y guíame al hogar. Amén.

No comments:

Post a Comment