Tuesday, January 8, 2013

Jan | 08 | ¡Sobre recoger costras y derramar miel!

AUTÉNTICO

Hechos 1:3a
Después de padecer la muerte, se les presentó dándoles muchas pruebas convincentes de que estaba vivo.

¡Sobre recoger costras y derramar miel!

A menudo se la presenta como una figura alada sobrevolando al vencedor en una competencia, la Diosa Griega Nike, hija de la gigante Palas y del río Styx, era reconocida por el mundo griego antiguo como mediadora de la paz entre los dioses y los mortales. Por lo tanto, al llevar el mismo nombre, Nike, la compañía de este mundo post moderno que por tanto tiempo se ha presentado a sí misma como la mediadora entre la vida y el aburrimiento, ahora nos grita diariamente en nuestras vidas a través de su tan visto y tan repetido eslogan: “¡Sólo hazlo!” “Nike. ¡Sólo hazlo!” Ahora amigos, ¿han notado que los dioses de este mundo nos quieren vender, de manera consistente y tosca, una vida de comodidad que se accede fácilmente con “sólo comprar nuestro producto y cantar nuestra canción?”

El intérprete Eddie Cochrane y el grupo de la década de los 70, los ‘Showaddywaddy’, tenían todo excepto tres escalones al cielo, y en esta misma vena, ‘Nike’ y todos los otros dioses dominantes de las ventas de este mundo presente, nos bombardean todo el tiempo con sus propios tres pasos hacia la gloria personal, siendo estos: competencia, confianza en uno mismo y éxito terrenal. Permítanme decirlos nuevamente: ¡competencia, confianza en uno mismo y éxito terrenal!

Sin embargo, Jesús, el único verdadero mediador entre la vida eterna y el aburrimiento eterno, entre la vida y la muerte, entre la luz y la oscuridad, entre Dios y el hombre, nos presenta cuatro pasos para llegar al cielo, eso quiere decir, cuatro pasos para la vida que, de ningún modo es barata y menos aun, fácil. Aquí están: 1) Sufre 2) Muere 3) Vive y, luego, 4) Presenta dicha nueva vida con tal prueba infalible e irrefutable, que haga que otros con igual sed y hambre, también vengan a probar y ver que el Señor es bueno. Permítanme decir esto nuevamente: ¡1) Sufre, 2) Muere, 3) Vive y luego, 4) Presenta dicha nueva vida con tal prueba infalible e irrefutable que otros con igual sed y hambre, también vengan a probar y ver que el Señor es bueno!

Amigos, Jesús fue el modelo y completó estos cuatro pasos para nosotros, y en este mundo quebrantado, herido, y cínico en el cual ahora vivimos, nos movemos y tenemos nuestro ser, nosotros, Sus discípulos, debemos modelar lo mismo de manera incondicional.

Jesús, el ‘hombre de la resurrección’, es el único que puede tomar el sufrimiento impensado y la muerte terrible y volverlos ¡vida incuestionable! Solo Él tiene el poder para hacer esto. ¡Su pueblo y, por lo tanto, Su iglesia debe estar llena de vida si en verdad está llena de Él!
Sin embargo, para muchos en la iglesia, el hedor de la muerte aún exuda de una costra pálida y podrida de vómito, a la que se le ha permitido solidificarse y permanecer allí, arriba de nuestro labio superior y justo debajo de nuestra nariz, para que todo el mundo la vea y toda la iglesia la huela, en especial nosotros. Ahora, aun si honestamente encontramos esta costra, tanto desagradable como asquerosa, la verdad es que durante muchas generaciones este olor dañino a religión vacía y muerte, tanto en la iglesia como en los así llamados hijos de Su amor, se ha convertido en un hedor aceptado en todas nuestras reuniones! La religión, la religión barata, y que no nos cuesta nada amigos, ¡simplemente apesta! Pero hoy ya no es aceptable, porque simplemente, no es buena. Esta costra de religión muerta necesita ser removida, pues necesitamos oler la vida los unos en los otros, ¡en unos y en otros! ¡Nosotros, la iglesia, necesitamos ser vistos como los majestuosos poseedores reales, y como los únicos verdaderos proveedores de la verdadera vida! Necesitamos vernos, sonar y saber a vida para otros que están simplemente viniendo a ver de qué se trata todo el ruido (que ahora se está acallando) y ese poderoso viento (que ahora está pasando apresurado).

¡Creyentes con mejillas descoloridas, cejas pálidas y cuerpos espirituales demacrados, son todas imágenes de los campos de concentración de los que, supuestamente, todos nosotros hemos sido liberados! Entonces ¿por qué nosotros, en nuestros espíritus, aún nos vemos tan pobres y demacrados ante tantas personas hambrientas que buscan?

¡Suficiente! ¡Debemos orar para ver el arco iris de la promesa de Dios abrirse nuevamente sobre las cabezas de todos y cada uno de nosotros! ¡Necesitamos escuchar los lamentos de desesperanza ser reemplazados por el canto de la bondad de Dios! ¡Necesitamos que el sabor de las aguas amargas de Mara sea removido de nuestras lenguas por el muy indulgente y desbordante sabor de la dulzura de la miel celestial, esa gracia tan gloriosa, que se encuentra en Cristo Jesús, nuestro Señor! y ¿saben qué? ¿Saben algo? ¿Saben que cuando esta gracia de vida sea derramada dentro de nosotros, generará una esperanza celestial de vida abundante, real e implícita, que se sentirá profundamente, y se comprenderá y verá en su totalidad? ¡Oh sí, lo hará!

¡Vamos a oler, a tocar, a gustar y a ver si en verdad el Hijo de la Justicia se ha levantado con sanidad en Sus alas y es, en Su poder de resurrección, tanto verdadero en nosotros, como entre nosotros! Tengamos el valor para hacernos esta pregunta a nosotros mismos, y luego tengamos la integridad para aceptar una respuesta honesta.

De ahora en adelante, queridos amigos, ¡las pruebas infalibles de la resurrección son todo lo que debemos aceptar para saber que Jesús, verdaderamente, está entre nosotros! Porque el mundo está esperando por esa prueba y no aceptará otra. El mundo sabe lo que nosotros, la iglesia, parecemos haber olvidado: que todo lo demás en lo que intentamos andar, todo es, después de todo, sólo aire y polvo. ¡Aún si es Aire Nike!

Entonces, este año, ¡caminemos en Jesús, en Su vida y en Su poder de resurrección! Pues debes tenerlo antes de poder vivirlo y caminar en Él. Así que, permíteme preguntarte hoy: ¿En verdad tienes vida? Bien, ahora “¡haz algo con ella!”

Reflexiona: Yo he venido para que tengan vida, y la tengan en abundancia. Yo soy el buen pastor. El buen pastor da su vida por las ovejas.” Juan 10:10b-11

Ora: Señor, llévame desde los olorosos e insignificantes precintos de plástico de Sión hacia la vida gloriosa de Tu magnífico reino. Dótame y adórname con pruebas de Tu resurrección y de Tu vida. Te lo pido en Tu glorioso nombre. Amén.

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