Wednesday, March 20, 2013

Mar | 20 | Vida de entre el fuego

ESPERANZA

Lamentaciones 3:21-24
Pero algo más me viene a la memoria, lo cual me llena de esperanza: El gran amor del SEÑOR nunca se acaba, y su compasión jamás se agota. Cada mañana se renuevan sus bondades; ¡muy grande es su fidelidad! Por tanto, digo: El SEÑOR es todo lo que tengo. ¡En él esperaré!

Vida de entre el fuego

El fénix es un ave majestuosa y mítica que, cuando llega el momento, arde en su propio nido y se quema en las llamas que ella misma inicia, ¡para luego emerger renacida de las cenizas! Como mínimo, este mito es una imagen de la resurrección y de la inmortalidad, ¿no les parece?
En 1965, Hollywood produjo una película llamada El Vuelo del Fénix, protagonizada por James Stewart, la cual contaba la historia de un accidente aéreo donde las doce personas sobrevivientes, perdidas y sin esperanzas, son animadas por uno de los personajes más raros de todo el elenco, a construir, con los restos, un avión que él había diseñando y así escapar de la muerte segura que los esperaba en el desierto. Esta película cuenta con una de las actuaciones más destacadas. Luego vino el ‘refrito’ en el año 2004, el cual tuvo una de las mejores escenas de accidente aéreo que jamás se hayan filmado, aunque la calidad de actuación no se compara con la primer película, excepto por el discurso de uno de los personajes. Permítanme referirme a eso.

En el guión del ‘refrito’ del 2004 del Vuelo del Fénix, el capitán del avión estrellado pierde todas las esperanzas y entonces se rehúsa a tratar de implementar el plan de reconstrucción del avión y del posible escape que le presentan y, ante su indisposición y su negatividad, el resto de los sobrevivientes también pierden toda esperanza de escape. Esto hace que Liddle, uno de los miembros de la tripulación, se interne solo en el desierto, a pie y hacia una muerte segura, deseando ‘morir intentándolo’, como él dice, en lugar de permanecer en una situación sin esperanzas. El capitán lo sigue al desierto y lo encuentra allí. La conversación que se suscita en ese encuentro hace que el corazón del capitán vuelva a abrazar la esperanza, lo que lleva a la resurrección y subsiguiente reconstrucción del avión propuesta previamente, y finalmente, a la liberación de todos. Aquí les presento esta mina de oro de unas cuantas oraciones para que las analicemos hoy:


Capitán Frank Towns: “¿Por qué dar a la gente falsas esperanzas?”

Liddle, miembro de la tripulación: “Vamos. La mayoría de las personas pasan toda la vida aferrándose a esperanzas y sueños que nunca se harán realidad, pero se aferran a ellos. ¿Por qué te vas a rendir ahora, cuando más los necesitas?”

Capitán Frank Towns: “O sea que tú asumes que yo soy una de esas personas que tienen esperanzas y sueños.”.

Liddle, miembro de la tripulación: “Pues encuentro muy difícil de creer que un hombre que aprende a volar, nunca haya tenido un sueño”.

Capitán Frank Towns: “Mira, ¿cómo puedo dejar que estas personas construyan el avión cuando yo no creo que funcione? Y cada día que desperdician en construirlo los acerca cada vez más hacia su muerte”.

Liddle, miembro de la tripulación: “Yo creo que un hombre sólo necesita una cosa en la vida: necesita alguien a quien amar. Si no puedes darle eso, entonces dale algo por lo qué tener esperanza. Y si no puedes darle eso, entonces dale algo para hacer”.

Capitán Frank Towns: “James Liddle, nunca lo lograrás”.

Liddle, miembro de la tripulación: “Entonces moriré intentándolo. Hay personas que cuentan conmigo”.

Capitán Frank Towns: “Está bien, está bien, está bien… ¡Lo construiremos!”

Me encantan estas líneas, ¿y a ustedes?

“Yo creo que un hombre sólo necesita una cosa en la vida: necesita alguien a quien amar. Si no puedes darle eso, entonces dale algo por lo qué tener esperanza. Y si no puedes darle eso, entonces dale algo para hacer”.

Si su vida hoy se ha quemado o se ha perdido en un incendio, entonces permítanme que les diga que no importa. Sí, dije que no importa lo que esas llamas hayan sido, porque en Jesús, siempre hay esperanza de resurrección. Dios se ha revelado a ustedes en Cristo y los ha invitado a tener una relación íntima con Él. “¡Ámame!”, dice Él, “porque soy digno y porque nunca te defraudaré, y nunca, pero nunca te dejaré. Te he dado una esperanza certera, una promesa definitiva la cual estableceré contigo y en ti, ¡tal como lo he prometido! ¡Todo estará bien al final! Nada se perderá y todo será redimido y maravillosamente se volverá a tu favor. ¡Ahora ve! Ve por todo el mundo y dile a todos de las grandes cosas que he hecho y que haré por ti y por todos los que confiesan Mi nombre”.

Jesús se ha dado a sí Mismo para que lo amemos; nos ha dado la esperanza de una nueva vida en los cielos para que tengamos esperanza, y ha producido en nosotros el deseo de hacer algo glorioso por Él y con Él. Jesús nos ha dado las tres cosas más importantes que necesitamos en la vida: ¡Alguien a quien amar, algo por lo que tener esperanza y algo por lo cual vivir!

Medita: Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; cuando pases por los ríos, no te cubrirán sus aguas; cuando camines por el fuego, no te quemarás ni te abrasarán las llamas. Yo soy el SEÑOR, tu Dios, el Santo de Israel, tu salvador; yo he entregado a Egipto como precio por tu rescate, a Cus y a Seba en tu lugar. A cambio de ti entregaré hombres; ¡a cambio de tu vida entregaré pueblos! Porque te amo y eres ante mis ojos precioso y digno de honra.” Isaías 43:2b-4a

Ora: ¡Señor, gracias por esta triple bendición de razones por las cuales vivir! Gracias a Ti por mi designio predestinado. Ayúdame entonces a que me enfoque en Ti hoy, y luego a que te ame con todo mi corazón y con toda mi alma y con todas mis fuerzas. Luego ayúdame a que haga exactamente lo mismo mañana, y al día siguiente, y al siguiente y por siempre. Ayúdame (a pesar de todas las llamas en mi vida), a levantarme siempre, renacido en la esperanza. Te lo pido en Tu precioso nombre. Amén.



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