Tuesday, March 26, 2013

Mar | 26 | La radio-casetera del corazón palpitante de Dios

PIENSA

Lucas 6:10-11
Jesús se quedó mirando a todos los que lo rodeaban, y le dijo al hombre: Extiende la mano. Así lo hizo, y la mano le quedó restablecida. Pero ellos se enfurecieron y comenzaron a discutir qué podrían hacer contra Jesús.

La radio-casetera del corazón palpitante de Dios

Detesto las radio-caseteras. El ruido invasivo que producen, junto con el mal comportamiento de los chicos que las llevan de un lado a otro sobre sus hombros, o que hasta las arrastran en pequeños carritos, generalmente me dicen que mi tarde relajada va a ser eclipsada por una tormenta de hip hop. ¡Cielos!, ¡Esas radio-caseteras son tan entrometidas!

¡Tal vez se trate de una manera de pensar predominantemente Occidental y Calvinista! Aun si así fuera, debemos tener orden en nuestras iglesias. Hablando de eso, ¡debemos insistir en que haya orden donde sea! Orden en el universo, orden en nuestro matrimonio, orden en nuestra mente, en nuestra familia; orden en nuestro cajón de calcetines, orden en todas las cosas, excepto cuando son exageradas. Oh sí, las peticiones desmedidas deben ser vistas con el ceño fruncido, ya que nos estiran demasiado, hasta tal punto que nos podemos caer y terminar, bueno, en desorden, perdiendo el control, y tontos. Una vez aclarado esto, ¡debemos tener un orden ininterrumpidamente! ¿Por qué? Bueno, porque Dios es un Dios de orden, y después de todo, donde hay orden hay control y necesitamos control sobre casi todo debido a que éste equivale a seguridad y la seguridad significa que no tendremos sorpresas desagradables; y si no tenemos sorpresas desagradables quiere decir que no habrá dolor, o vergüenza, ni problemas. ¿Comprenden lo que digo? Debemos tener este tipo de orden en nuestras iglesias; el orden de un cementerio, con lápidas blancas, gravadas y colocadas sobre el césped verde, todas en hilera, porque después de todo, los muertos rara vez causan problemas.

En nuestro versículo para hoy, miren a Jesús. ¿Pueden verlo amigos? Igual que un niño inquieto tentando la fortaleza de sus padres. Mirando a todos lados, observándolos y, tal vez, pensando para sí mismo: “En un día del Señor, ¿lo haré? ¿Me están desafiando? ¿Me están tentando a mí?, ¡el Señor del Sabat! ¿Quebrantaré tus reglas? Sí, lo haré... ¡estira tu mano!”

La gente con reglas, incluso las reglas que tienen sus raíces en las Escrituras no toleran al Príncipe Jesús, el que echa a perder las fiestas invitando a prostitutas arrepentidas y a homosexuales a Su reino, a los recaudadores de impuestos y a los ladrones, al populacho, a los sucios, a los desaseados, a los descuidados; sin dudas a todos los ‘des’ entre ellos, a un lugar que no hace caso de las reglas, ni de las constituciones, los artículos o las tradiciones y, mientras hace esto, hace resonar misericordia, gracia, y perdón ¡desde la radio-casetera del corazón palpitante de Dios! ¡Dios Santo, esas radio-caseteras son tan entrometidas!

Puede ser que lo haya dicho anteriormente pero lo diré una vez más: “¡Tengan cuidado si invitan a Jesús a sus fiestas religiosas porque Él nunca se comporta!” Después de todo, ¡Jesús es la radio-casetera del corazón palpitante de Dios!

Medita: “Y yo no he venido a llamar a justos sino a pecadores.” Marcos 2:17

Ora: Señor, rompe mis reglas, rompe mis cadenas, rompe mi corazón y hazme más parecido a Ti. ¡Amén!



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