Friday, March 29, 2013

Mar | 29 | The Sweet Singer


Key Word:- AMA

El dulce cantor 

Cantares 1:2 (Reina-Valera 1960)
  ¡Oh, si él me besara con besos de su boca! 

Charles Wesley falleció en un día como hoy de 1788. Co-fundador del Movimiento Metodista fue también uno de los poetas de habla inglesa más prolíficos. En 1736, luego de trabajar como Secretario para el Gobernador de Georgia, regresó a Inglaterra “con el espíritu quebrantado por acusaciones falsas y escándalos provocados por personas sin principios”. No obstante, fue en ese momento que encontró a Cristo y se convirtió en predicador, y al decir de algunos, un predicador a la par del famoso George Whitfield, y tanto fue así, que se le apodó “El dulce cantor del Movimiento Metodista”.

¿Cuál era la fuente secreta de poder e inspiración de Charles? Es demasiado fácil decir: ‘Dios, el Espíritu Santo’, aunque al decir esto, ¡estaríamos totalmente en lo cierto! Por esta razón, permítanme que les dé mi opinión en esto, pues a lo largo de los años y después de haber observado a muchas personas con empuje y pasión, a los más exitosos y los que hacen historia en este grupo, todos ellos poseen un rasgo distintivo que no encuentro en otros, y esto es: ¡Ellos aman! Es tan sencillo como eso: ¡Ellos aman a Jesús! No sólo con la cabeza, sino con un corazón receptivo y dispuesto. Ellos son personas sencillas que se conmueven con Su amor. Cuando ellos hablan de su ‘Amado’, al igual que el profeta Jeremías, sus ojos se llenan de lágrimas, sus voces se quiebran y batallan como un viejo auto ascendiendo por una colina; porque están tan llenos de emoción, que casi no pueden pronunciar Su Nombre; casi no pueden expresar el amor tan maravilloso de Él hacia ellos; ellos están agradecidos de conocerlo y añoran verlo, con un anhelo por un país mejor donde Aquél a quien sus almas aman, los espera impaciente; y ellos lo saben, mi amigo, y más que nada, ¡ellos lo conocen a Él!

Cortejemos más a Jesús entonces. Convirtámonos en los dulces cantores de Su amor, ¡y enamorémonos apasionadamente de Él otra vez!

Reflexiona: Charles Wesley dictó estos versos a su esposa estando en su lecho de muerte: “En edad y debilidad extremas, ¿Quién redimirá a un gusano inútil? ¡Jesús! Tú eres mi única esperanza, Fortaleza para mi carne y corazón que fallan,. ¡Oh, si pudiera capturar una sonrisa Tuya, y dejarme caer en la eternidad!”

Ora: Tú mismo eres bálsamo fragante. ¡Con razón te aman las doncellas! ¡Atráeme en pos de tí! ¡Atráeme! Cantares 1:2

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