Tuesday, April 2, 2013

Apr | 02 | La gracia de 'pasar por alto'

HUMILDAD

1 Samuel 14:45
“¡Cómo va a morir Jonatán, siendo que le ha dado esta gran victoria a Israel! ¡Jamás! Tan cierto como que el Señor vive, que ni un pelo de su cabeza caerá al suelo, pues con la ayuda de Dios hizo esta proeza. Así libraron a Jonatán de la muerte.

La gracia de 'pasar por alto'


La columna de Nelson es uno de los lugares más destacados en Londres. Incluso la Plaza de Trafalgar donde está situada, es un monumento a la más famosa de sus victorias. Una de las frases más repetidas de Lord Nelson es conocida por haber sido dicha por él por primera vez en la batalla de Copenhague, el día de hoy, en 1801. Fue una furiosa acción naval en donde los artilleros británicos fueron reportados como “disparando andanadas cada 40 segundos, envolviendo así toda la escena con el humo del cañón.” Fue durante esta batalla que Lord Nelson 'pasó por alto' una orden de su comandante en jefe.

Horatio Nelson estaba a bordo del HMS Elephant, cuando claramente divisó una señal que provenía del barco de su comandante en jefe, ordenándole que cesara lo que estaba haciendo en ese momento. Se dice que Nelson, quien para entonces tenía un solo brazo y un solo ojo, acomodó el telescopio en su ojo ciego y dijo, “Realmente no veo la señal.” La orden a su entonces rebelde vigía llegó muy clara: “Señor Langford,” dijo su comandante en jefe, “Le dije que 'vigilara' al Comodoro danés y que me avisara cuando se rindiera; mantenga su vista fija en él.” En otras palabras, Nelson pasó por alto la señal de su comandante en jefe de retirarse, y continuó tratando de que el barco danés se rindiera. El consecuente y contínuo bombardeo abrumó a los enemigos lo cual, por supuesto, ¡resultó en otra famosa victoria!

Jonatán hijo de Saúl, había obtenido la victoria por mano de Dios, y desconocía por completo el mandato y el juramento de su padre el Rey Saúl que ordenaba que nadie debía comer durante el tiempo de la batalla. “¡Maldito el que coma algo antes del anochecer, antes de que pueda vengarme de mis enemigos!” 1a. Samuel 14:24. Así que, no sabiendo Jonatán del juramento y la maldición, había tomado y comido un poco de miel silvestre, e inadvertidamente había determinado su infortunado destino. Saúl, al igual que el viejo Jefté, había hecho un voto de muerte, y al igual que con el viejo Jefté, su hijo Jonatán sufrió las consecuencias de éste. ¡Debe haber una lección de todo esto en alguna parte! Sin embargo, debemos notar que en lo que se refería a Saúl, su hijo Jonatán debía morir. ¡Era algo totalmente absurdo!

¿Qué fué lo que estuvo mal aquí? Bueno, está claro: ¿No es así que el Rey Saúl había tomado la equivocada decisión de privar a sus tropas de los alimentos para la batalla? Jonatán sabía que con la fuerza que recibirían con tal sustento, Israel podría haberse librado mucho más fácilmente de la opresión de sus enemigos. Saúl debería haber sido lo suficientemente humilde como para hablar en forma clara y honesta con su gente y decir: “¡Me equivoqué!”, o por el contrario, como el viejo Nelson, ser sabio y bondadoso con su hijo el conquistador y 'pasar todo esto por alto.'
Las Escrituras nos presentan estos incidentes para que podamos ver la insensatez de los hombres inflexibles, para que podamos tomarlo en cuenta y asegurarnos de que no seguimos sus necios pasos, porque sin duda es más fácil, al enfrentarnos a la victoria, el poner demasiado énfasis en la prudente 'desobediencia' de aquellos que están bajo nuestro mando y las palabras precipitadas que podríamos haber pronunciado debido a nuestros propios temores, antes de la batalla. Si más líderes hicieran esto, entonces y tal vez sólo entonces, ¡todos tendríamos mucho más gozo en nuestras bien peleadas batallas!

Reflexiona: “Aquél que perdona la ofensa, cultiva el amor” Prov 17:9a

Ora: Señor, ayúdame a saber cuándo confrontar y cuándo pasar por alto una ofensa; que pueda yo siempre buscar el amor ¡y celebrar la victoria con gozo! En el nombre de Jesús te lo pido. Amén.



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