Saturday, April 6, 2013

Apr | 06 | Acerca de Gigantes y Estatuas de Sal

EXPECTACION

Filipenses 3:8a

“Es más, todo lo considero pérdida por razón del incomparable valor de conocer a Cristo Jesús, mi Señor.”

Acerca de Gigantes y Estatuas de Sal

Un corresponsal de la Segunda Guerra Mundial describió en una ocasión la atmósfera de una habitación con 35 hombres que habían sido asignados a una misión de bombardeo de la que, en promedio, 75% de ellos no regresaría. El corresponsal notó que lo que percibía en esos hombres no era miedo, sino “una profunda renuencia a renunciar al futuro.”
Probablemente, sin contar los muy apasionados hindúes del Oriente, nosotros en el Occidente somos creaturas del 'aquí' y del 'ahora'. A pesar de nuestros sermones semanales, nuestros tiempos devocionales diarios, de la memorización de las Escrituras, de nuestro tiempo de lectura bíblica, y del cuidado que tenemos de nuestra vida espiritual, todavía no nos hemos convertido en creaturas poseedoras de una visión eterna. No ponemos nuestros corazones en las cosas de arriba, no invertimos en lo que no se acaba, ni tampoco estamos buscando una ciudad celestial, cuyo Arquitecto y Hacedor, es Dios. Un breve examen de nuestro perfil físico y psicológico nos dará testimonio de esto, y para demostrar su aprobación a esta afirmación mía, todas nuestras enfermedades físicas y emocionales gritan un muy grande “¡Amén!”

Me siento en desventaja, porque no sé qué tenga que suceder para que dirijamos nuestra mirada al cielo, que es nuestro hogar eterno. Tal vez sólo la aparición de una enfermedad terminal lo hará. Es un pensamiento aterrador, sin embargo, ¡todos nosotros padecemos ya una enfermedad terminal! Sí, todos estamos de paso, todos vamos a morir, sin embargo continuamos mirando hacia abajo y no hacia arriba. Este mundo no es más que un cementerio gigantesco, entonces ¿porqué construímos tesoros en él? Cuanto más pienso en esto, ¡más me parece una locura!

La posibilidad de dejar a quien amas en la tierra, a tus seres queridos y enfrentarlos a un futuro desconocido, probablemente implicando el cuidado por parte de otra persona, tomando tal vez el rol del padre o la madre, toca sin lugar a dudas a cualquier corazón humano. Agrega a esto la impotencia que tal partida traería consigo: el no poder alcanzar los deseos de tu corazón para los próximos años, robando así tus sueños, tu carrera y la oportunidad de saborear el fruto del trabajo de tus manos. Sí, cuando juntas todas estas cosas, ellas hacen que la muerte sea una píldora muy amarga de tragar. Por lo tanto, creo que el corresponsal tenía razón cuando decía que “el sentimiento de pérdida, los despojos sin sentido aparente, el robo de la vida y el futuro que la muerte trae consigo, es un gigante con más fuerza que el miedo a la muerte misma.”
Estos dos gigantes, el sufrimiento de la muerte y el miedo a la pérdida no se irán. Están todavía fuertemente armados, son expertos demonios guerreros que se interponen a cada lado de las puertas de toda felicidad temporal. Sin embargo, a mí me parece que su poder se siente y es sólo efectivo cuando nosotros lo permitimos, cuando simplemente nos paramos ahí y miramos a sus penetrantes ojos.

Entonces, a partir de hoy, comprométete a no mirar en los ojos de estos gigantes, porque el hecho es que están derrotados y no tienen poder sobre el Cristiano, a menos que insistamos en encontrarnos con su terrible mirada y después de estar frente a ellos estemos listos para ser maltratados, y convertidos en una estatua de sal. Miles de estatuas de sal cristianas dan testimonio de esto. Muchos de nuestra tribu han contemplado el regresar a Egipto y han volteado atrás hacia las puertas temporales de Sodoma, únicamente para encontrarse con los ojos terribles de estos dos gigantes, ¡sólo para ser golpeados y dejados casi sin vida en el desierto!
Tenemos que hacer cambios importantes, querido amigo y la mayor parte de ellos, hay que hacerlos en nuestro cuello: ¡Voltea hacia arriba! Donde quiera que te encuentres hoy, ¡voltea hacia arriba! Ignora esos gemelos gigantes porque no tienen poder sobre ti.

Reflexiona: “Entonces el Señor hizo que cayera del cielo una lluvia de fuego y azufre sobre Sodoma y Gomorra. Así destruyó a esas ciudades y a todos sus habitantes, junto con toda la llanura y la vegetación del suelo. Pero la esposa de Lot miró hacia atrás, y se quedó convertida en estatua de sal.” Génesis 19:24-26
“Es más, todo lo considero pérdida por razón del incomparable valor de conocer a Cristo Jesús, mi Señor. Por él lo he perdido todo, y lo tengo por estiércol, a fin de ganar a Cristo y encontrarme unido a él. No quiero mi propia justicia que procede de la ley, sino la que se obtiene mediante la fe en Cristo, la justicia que procede de Dios, basada en la fe.” Filipenses 3:8-9
“Por tanto, también nosotros, que estamos rodeados de una multitud tan grande de testigos, despojémonos del lastre que nos estorba, en especial del pecado que nos asedia, y corramos con perseverancia la carrera que tenemos por delante. Fijemos la mirada en Jesús, el iniciador y perfeccionador de nuestra fe, quien por el gozo que le esperaba, soportó la cruz, menospreciando la verguenza que ella significaba, y ahora está sentado a la derecha del trono de Dios.” Hebreos 12:1-2
“Por la fe (Abraham) radicó como extranjero en la tierra prometida, y habitó en tiendas de campaña con Isaac y Jacob, herederos también de la misma promesa, porque esperaba la ciudad de cimientos sólidos, de la cual Dios es arquitecto y constructor.” Hebreos 11:9-10
“Ustedes, en cambio, queridos hermanos, manténganse en el amor de Dios, edificándose sobre la base de su fe y orando en el Espíritu Santo, mientras esperan que nuestro Señor Jesucristo, en su misericordia, les conceda vida eterna.” Judas 1:20-21

Ora: Ayúdame Señor a poner mis ojos en las cosas de arriba y a no permitirme voltear a ver los ojos de estos ya derrotados, pero muy terribles gigantes. Amén.

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