Monday, April 8, 2013

Apr | 08 | Herido y con dolor

GRACIA

Proverbios 18:19a
Más resiste el hermano ofendido, que una ciudad amurallada.

Herido y con dolor

La verdad, sin la gracia es como una espada, como un martillo y como un fuego. Sí. La verdad dicha sin la gracia es una estocada que quebranta, que quema. La persona golpeada con tal verdad queda a menudo herida y y con mucho dolor, desangrándose. Amigos, yo les digo que el dolor cortante de la verdad dicha sin la gracia, logrará poner a la gente sobre sus rodillas, pero como en el caso del viejo Malco, la gente se sentirá tan herida, que su receptividad para escuchar sobre la fe ¡habrá sido 'dañada' para siempre!

La gente que es herida de esta manera es a menudo tan consumida con su dolor y con su verguenza, ¡que es prácticamente imposible que se abran a escuchar! Recuerden que la verdad, aunque es una cosa hermosa, dicha sin la gracia es como una espada afilada y no debe ser manejada por gente 'inexperta', especialmente por los no experimentados en cuestiones de dolor.
En el huerto de Getsemaní, cuando Jesús fue arrestado, Pedro con amor protector e ira apasionada, había sacado su espada y en el calor del momento dio un viro fugaz hacia la cabeza de Malco y le cortó su oreja. Recordarán también, amigos, que a pesar de que Jesús sin lugar a dudas se encontraba exhausto por los acontecimientos de esa noche larga y tortuosa, y temeroso del gran dolor que estaba todavía por caer sobre él, “pidió tiempo” para arreglar el lío de su amado Pedro. Jesús tomó un tiempo en medio de la oscuridad y los gritos, para buscar la oreja de Malco y para fijarla de nuevo a un lado de su cabeza. La pasión y la verdad habían causado una herida, que ahora la gracia y la verdad sanarían ¡y Malco no lo olvidaría jamás! ¿Ven esto? ¿Lo entienden?

No debemos aspirar a ser como Pedro o Pablo, como Elías o como Débora ni como ningún otro gran personaje Bíblico. ¡No! Debemos desear ser como Cristo, quien es tan lleno de gracia y verdad, que utilizó su último momento de libertad para amar y sanar a un hombre que fue enviado a arrestarle. La gracia y la verdad son mejores abogados que las heridas y el dolor. Siempre lo han sido.

Reflexiona: “Y el Verbo se hizo hombre y habitó entre nosotros. Y hemos contemplado Su gloria, la gloria que corresponde al Hijo unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad.” Juan 1:14

Ora: Dios de Gracia, Padre amoroso, permite que el día de hoy tu gracia fluya como aceite a otros, a través de mí. Amén.

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