Tuesday, April 30, 2013

Apr |30 | Ana la Piojosa o Luisiana?

CREE

Isaías 55:1
“¡Oh! Todo el que tiene sed, Venga a las aguas, y tú que no tienes dinero, ven, compra y come. Sí, ven, compra vino y leche sin dinero y sin precio.”

Ana la Piojosa o Luisiana?

Cuando Dios me creó, yo nací con lo que mi padre a menudo se refería como la "Enfermedad de los Patos". En otras palabras, mi parte trasera estaba muy cerca del suelo o, dicho de otro modo, ¡yo no soy muy alto! Posteriormente, a lo largo de los años he aprendido que a la hora de comprar ropa, si se ajustan a las distintas proporciones de mi persona y de mi bolsillo, entonces es mejor comprar dos iguales justo en ese mismo momento, ya que a la larga me ahorrará tiempo y dinero.

Había una vez una mujer, indiscriminada en las compras, que siempre gastaba demasiado por cosas que valían mucho menos. Ana era su nombre y sus infames fallas fiscales llevaron a que muchos artículos que había comprado fueran considerados, al final, sin valor real alguno. A estas compras y a una grande, en particular, últimamente se les ha denominado "La Compra de Ana la Piojosa"..

En un día como hoy, en 1803, enviados de EE.UU. accedieron a pagar $11.250.000 junto con los supuestos reclamos de sus ciudadanos contra Francia, por la cantidad de $3.750.000 dólares para comprar lo que entonces era conocido como "El Territorio de Luisiana". Al parecer, Napoleón Bonaparte necesitaba dinero para, podríamos decir, otras situaciones más urgentes en casa. Así, la joven América adquirió 828.000 acres de territorio de Luisiana por el precio de oferta de menos de tres centavos por acre. Al final, 13 Estados serían tallados en este enorme pedazo de tierra. Amigos, parecería que es bueno saber cuándo vender, pero cuando es el momento de comprar, ¡entonces compre, compre, compre! ¡Que fantástica compra de Louisiana fue esa!

¿Qué haces tú, sin embargo, cuando hay ves una super oferta y no tienes el dinero para comprarla? Bueno, ya sea que vendes lo que tienes para reunir el capital necesario o pides el dinero prestado a algún tipo de prestamista. De cualquier manera, las compras rápidas pueden ser un poco como una apuesta y muchas veces las ventas rápidas son como comprar un 'cerdo en bolsa bonita'. Imaginemos entonces una oferta para comprar y como consecuencia una oferta para ser dueño de algo enorme e inmensamente valioso que en realidad sólo requiere que pagues con una cosa para poder comprarla. Sí, ¿y qué si el costo de dicha fantástica compra es simplemente, sed?

¡Imaginemos también que este tesoro que compras con tu sed, supera en belleza, magnitud, rendimiento, conveniencia, extensión, profundidad, color, altura, longitud, aroma, fragancia, clima, consideración, bienvenida y maravilla! De hecho, ¡supera todo lo que pudieras imaginar o pensar! Eso sería una gran oferta, ¿no crees? De hecho, ¡serías un tonto si no obtuvieras tan satisfactorio producto!
Así que, díganme amigos, ¿por qué están ustedes tan rápidamente gastando su dinero ganado con tanto esfuerzo en aquello que no satisface, en aquello que es pasajero? ¡Cuando estés sediento, busca a Dios y todas las promesas que vienen con Él!

Reflexiona: “Escucha cuidadosamente y come lo que es bueno, y deja que tu alma se deleite con la abundancia. Inclina tu oído y ven a Mí. Oye y tu alma vivirá y yo haré un pacto eterno contigo, incluso con las misericordias de David." Isaías 55:2b-3

Ora: ¡Señor, hazme tan sediento que tenga suficiente para comprar todo lo que pueda de Ti! ¡Señor, dame Tu moneda eterna y luego ven a satisfacer mi alma sedienta! ¡Ayúdame a hacer alguna fantástica compra tipo Luisiana hoy, en lugar de mis muchas compras del tipo 'La Piojosa' Ana! ¡Amén y Amén!




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