Wednesday, May 8, 2013

May | 08 | Icabod

PRIORIDADES

1 Samuel 2:30
“Yo honro a los que me honran, y los que me desprecian serán tenidos en poca estima.”

Icabod

Quién podrá olvidar la escena de esa gran película Carros de Fuego cuando el personaje principal, Eric Liddell, se preparaba para correr la final Olímpica que, a propósito, era una carrera para la cual no se había preparado. Justo antes de ir a su marca, le dan un pedazo de papel con el versículo de 1a. de Samuel escrito sobre él. ¡Tremendo! Después de haber abandonado la oportunidad de correr los 100 metros porque era en un domingo, Liddell enfrentó a un rey terrenal, y a la bulliciosa prensa que clamaba por su sangre. De hecho, enfrentó presión por todos lados para que compitiera la final de los 100 metros que se iba a efectuar un domingo y a pesar de todo eso, Eric no cedió, sino que al contrario dijo 'NO' y puso a Dios primero. Ahora, de acuerdo con la nota, Dios lo honraría por su actitud. Claro como todas las grandes historias, ¡Liddell corrió y ganó la final de los 400 metros!

Erick Liddell fue sin lugar a dudas un verdadero y honorable campeón en todo el sentido de la palabra, pero es muy poco probable que le hayan dado ese papel con ese texto. Sin embargo, la verdad y el cumplimiento de aquellas palabras permanecen tan ciertas e inconmovibles como el Monte del Dios Altísimo.

Sin embargo amigos, necesito decirles que el contexto bíblico de ese versículo se expresa más bien en el horror que en gloria. Fíjense, Elí el entonces sumo Sacerdote, no había puesto a Dios antes que a sus dos hijos Ofni y Finees. No, este vergonzoso dúo coaccionaba a la congregación para obtener las porciones mayores de alimentos y por su posición religiosa se habían hecho ricos, licenciosos y detestables. Elí a su vez, había agravado el pecado de ellos al permitirles que continuaran abusando de su posición y de la gente a la que servían. Con esto hicieron que Israel llegara a odiar la adoración y las ofrendas que Dios había ordenado. Elí había honrado a sus hijos antes que a Dios y Dios no estaba complacido. En correspondencia con esa “poca estima” al Señor, Dios entonces “tuvo en poco” a Elí y truncó Su promesa original de honrar y bendecir la línea familiar de Elí. Dios iba a matar a sus hijos y en el futuro, todos sus descendientes varones morirían en la flor de la vida, y su descendencia sería para consumir los ojos de sus padres y llenar sus almas de dolor, y se postrarían en pobreza, rogando servir como sacerdotes por un bocado de pan. En verdad, la gloriosa bendición de Dios había abandonado la línea familiar de Elí. ¿Por qué? “…porque yo honraré a los que me honran y los que me desprecian serán tenidos en poco”.
Dime, ¿estás quizás teniendo en poco al Señor?

Reflexiona: “Por eso es necesario que prestemos más atención a lo que hemos oído, no sea que perdamos el rumbo. Porque si el mensaje anunciado por los ángeles tuvo validez, y toda transgresión y desobediencia recibió su justo castigo, ¿cómo escaparemos nosotros si descuidamos una salvación tan grande? Esta salvación fue anunciada primeramente por el Señor, y los que la oyeron nos la confirmaron. A su vez, Dios ratificó su testimonio acerca de ella con señales, prodigios, diversos milagros y dones distribuidos por el Espíritu Santo según su voluntad.” Hebreos 2:1-4

Ora: Dios viviente, ayúdame a ponerte a Ti y Tu reino, a Ti y Tu honor, en primer lugar de mi vida. Ayúdame a ponerte a Ti y Tu gloria antes aun de los mismos deseos de mis ojos. Amén.

 

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