Sunday, May 19, 2013

May |19 | Un trozo de fruta. Un fruto de paz.

PERSEVERANCIA

Hebreos 12:10
Ciertamente, ninguna disciplina, en el momento de recibirla, parece agradable, sino más bien penosa; sin embargo, después produce un fruto de justicia y paz para quienes han sido entrenados por ella.

Un trozo de fruta. Un fruto de paz.


Era una vista grotesca. ¡El baño estaba lleno de agua color café! No había caído de la llave, sino subido por el desagüe. El olor indicaba precisamente de qué se trataba ese color café en el agua ¡puaj!

Entonces llamamos al plomero. Al parecer los dos inodoros del piso de arriba estaban obstruidos en algún lugar y el raro diseño de las antiguas tuberías había redireccionado las aguas residuales a través del desagüe hasta el baño. Por mucho que intentó el plomero no pudo quitar la obstrucción a través del codo de desagüe. Rascándose la cabeza, dijo “No, no se pudo, tendremos que abrir huecos en la pared hasta llegar al tubo principal donde pienso que está el problema. De ser necesario, tendremos que atravesar la pared de la cocina, lo que significa bajar los gabinetes. Habrá un gran desorden, pero no hay otra forma. Una vez que quitemos la obstrucción, taparemos todos los huecos y ustedes ni notarán que hemos trabajado aquí". Yo no le creí. Me sentí como un paciente a quien su médico le acaba de decir que la cirugía por mínimo acceso no puede resolver el problema y “Tendremos que abrir, sacar dos costillas, sacar la obstrucción, volver a colocar las costillas, suturar la herida y después de esto, bueno, te sentirás mucho mejor”. ¡Sí, cómo no!

La obra de Dios a veces es dolorosa. Cuando Él nos repara, a veces tiene que tumbar las paredes y sacar las tuberías viejas. Este es un asunto desagradable, perturbador, confuso y doloroso. Sin embargo, no hay otra forma ya que seguir viviendo con “la obstrucción” nos limitará, nos debilitará y será absolutamente enfermizo. ¡Te puede hasta matar! Ser reparados por el Señor es como comernos un trozo de fruta amarga.

Amigos, el Padre quiere que vivamos sin obstrucciones, sin dolor y con un agradable sentir de una gran paz perfecta en Él. Él quiere sanarnos. Él no quiere que comamos una trozo de fruta amarga por gusto, oh no. En el fondo Él quiere darnos el fruto de una verdadera paz.

Reflexiona: “Gustad y ved que es bueno el Señor.” Salmos 34:8

Ora: A pesar de mi gemir, llega hasta el lugar, oh, Señor. Llega hasta allí, y ¡haz el trabajo! Oh, mi Dios, en el nombre de Jesús te lo pido. Amén.

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