Sunday, June 30, 2013

Jun | 30 | Sobre un agricultor holgazán que no pasaba la azada a su maíz

TRABAJO

Proverbios 24:30-31
Pasé por el campo del perezoso, por la viña del falto de juicio. Había espinas por todas partes; la hierba cubría el terreno, y el lindero de piedras estaba en ruinas. (NVI)

Sobre un agricultor holgazán que no pasaba la azada a su maíz


Alison Crouch y Union Station mantienen muy bien sus raíces del bluegrass con la interpretación de la balada tradicional titulada “El joven que no pasaba la azada a su maíz”. Las canciones tradicionales contienen un mensaje, ¡y a veces unos cuantos! Ésta en particular comienza así:

Te contaré una pequeña historia que no será larga,
Sobre un agricultor holgazán que no pasaba la azada a su maíz.

La razón nunca la pude saber,
Pues el joven siempre estaba bien.
Llegó septiembre y llegó una gran helada
Y todo el maíz del joven se perdió

Por si no lo saben, en aquellos tiempos pasar la azada al maíz se refería al agotador pero necesario trabajo de arrancar las hierbas malas. La moraleja es sencilla: Haz tu trabajo o de lo contrario no tendrás cosecha.

Jesús nos dice que escuchar la Palabra no es suficiente para los cristianos. También hay que trabajar la tierra. Algunos de nosotros, de hecho la mayoría de nosotros en el Occidente, ¡tenemos más malas hierbas que maíz en nuestro campo! Estas hierbas son fáciles de identificar, escucha: “El que recibió la semilla que cayó entre espinos es el que oye la palabra, pero las preocupaciones de esta vida y el engaño de las riquezas la ahogan, de modo que ésta no llega a dar fruto. Pero el que recibió la semilla que cayó en buen terreno, es el que oye la palabra y la entiende. Éste sí produce una cosecha al treinta, al sesenta y hasta al ciento por uno.” (Mateo 13:22-23) Amigos, todo aquello que impide el crecimiento es una mala hierba. ¡Arráncalo!

Si te propones obtener una buena cosecha, entonces debes pasar la azada a tu maíz. Debes dedicar tiempo para eliminar las preocupaciones malignas y los deseos destructivos. ¡Debes dedicar tiempo a esto! ¿Lo entiendes? La espiritualidad requiere tiempo y tu vida espiritual requiere esfuerzo. Permíteme desafiarte en un sentido práctico hoy. ¿Estás saludable?, ¿te encuentras bien? ¿Estás produciendo maíz, es decir, alimentos? Si no lo estás, entonces necesitas ponerte a hacerlo amigo, comienza y comienza a usar tu azada, de lo contrario te quedarás sin cosecha. En tu vida, no puedes avanzar sin T y E sistemático; sabes a que me refiero, a “tiempo y esfuerzo”.

Reflexiona: “Guardé en mi corazón lo observado, y de lo visto saqué una lección: Un corto sueño, una breve siesta, un pequeño descanso, cruzado de brazos... ¡y te asaltará la pobreza como un bandido, y la escasez, como un hombre armado! “ Proverbios 24:32-34 (NVI)

Ora: Señor, hasta ahora esta proverbial trinidad de “pequeñas cosas” me ha costado mucho. Ayúdame Señor a utilizar con diligencia la azada en mi tierra, de modo que pueda producir cien veces lo que Tú plantaste, pues Tú en verdad planeas una cosecha completa en mi vida. ¡Amén!




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