Sunday, August 18, 2013

Aug | 18 | Evangelatosos

DESEO

Eclesiastés 3:11b  
Y puso en la mente humana el sentido del tiempo.

Evangelatosos

Recientemente, leí un artículo insignificante escrito por un miembro de la Asociación Humanista Americana, quien tuvo la audacia de citar sólo las dos primeras líneas del poema de Emily Jane Bronte “No es Cobarde el Alma que en mí Habita” para, de manera vana, tratar de reforzar el destrozado muro de la negación del sentido de lo infinito y el conocimiento de la inmortalidad, asociado al corazón de cada uno de nosotros. Intentó hacer esto al tiempo que no dejaba de declamar, pomposamente, sobre el glorioso optimismo y valor del humanismo dentro de la sociedad, como un todo. ¡Qué tontería!

Escuchen, amigos, lo que Bronte realmente dijo más allá de las dos primeras líneas del poema. (A propósito, este es el último poema que ella escribió).

No es cobarde el alma que en mí habita,
No está temblorosa en las perturbadoras esferas del mundo:
Veo brillar la gloria celestial,
Tal y como brilla mi Fe, protegiéndome del temor.

Oh Dios que anidas en mi pecho,
¡Deidad Todopoderosa, Omnipresente!
Vida, que en mí descansa,
Como yo, Inmortal, ¡Tengo mi fuerza en Ti!

En vano son los mil credos
Que mueven los corazones de los hombres: indeciblemente vanos;
Sin valor, como malas hierbas marchitas,
Oh la vacía efervescencia de su propia inmensidad

Despierte la duda en uno,
Rápidamente atrapado por Tu infinitud;
Tan seguramente anclado
Sobre la firme roca de la Inmortalidad.

Con amor abrazante
Tu Espíritu anima años eternos,
Se extiende y reproduce más aún,
Cambia, sostiene, disuelve, crea y revierte.

Aunque la tierra y la luna desaparecieran,
Y el sol y el universo dejaran de ser,
Y Tú nos abandonaras,
Cada cosa que existe, existiría en Ti.

No hay lugar para la Muerte,
Ni átomo que Tu poder deje vacío:
Tú – Tu eres el Ser y el Aliento
Y lo que tú eres nunca será destruido.
Emily se enfermó luego
de asistir al funeral de su hermano Bramwell. Enferma de tuberculosis falleció a los 30 años, sin aceptar la ayuda de la profesión médica, por la cual tenía una gran desconfianza. Era una persona introvertida, que no tenía amigos cercanos. Su mundialmente famosa novela, Cumbres Borrascosas, atrajo la repulsa de los escépticos que decían que “una mujer de vida tan circunscripta no podría haber escrito una historia tan apasionada”. Nuevamente, ¡qué tontería!

Amigos, la pasión es una cualidad extraviada, poco comprendida y calumniada dentro de la Iglesia. La gentileza, el equilibrio, la sabiduría y la circunspección han sido presentados en nuestra adhesión a los Evangelios desde una posición tan elevada y de tan calmada superioridad, que la pasión es atribuida, principalmente, a esos jóvenes ignorantes, quienes ladran y saltan como cachorros de labrador por absolutamente todas las cosas ‘de Dios’! Nuestros métodos de discipulado mediocre a menudo entrenan a las personas, en especial a los hombres, para que sean tan silenciosos, tan educados, tan instruídos y ¡tan muertos!, que es fácil engancharlos a un ciego de bastón blanco, quien los arreará de manera cuidadosa, calmada y miserable a través de los caminos seguros de “lo que ya sabemos”. Tanto es así que las iglesias parecen más un show de Bruce Forsyth, o una película de Bruce Willis ¡Qué tontería!

Seguramente, como aquellos vueltos a nacer por el Espíritu Eterno, quienes tenemos una eternidad vivificada que estalla dentro de nuestros corazones de tal forma que nuestro pecho se expande y se agranda con la ansiosa expectativa del cielo, exhalando gemidos gregarios, híper-ventilando nuestras pequeñas cabezas mareadas con visiones de la Nueva Jerusalén, si nosotros que estamos anhelando a Dios y la venida de un mundo mejor, si nosotros no podemos ser personas de un valor apasionado, aplastando las ondas de temor y gritando: “¡A la carga!” y “¡Vamos!” “¡Más adelante!” y “¡Más arriba!” unos con otros, ¿entonces, quién lo hará?

De tantos millones de hombres en la iglesia, puedo contar con los dedos de una mano a los héroes actuales que tendrían la audacia de gritar, “¡Síganme, mientras yo sigo a Cristo!” Por años, se les ha dicho a todos nuestros hijos que sean buenos y que no hagan nada audaz y luego nos preguntamos ¿por qué somos tan flojos e insípidos? ¡Nos falta pasión! Puede meterte en problemas alguna vez, pero ¡no hay vida sin ella!

Bronte, una mujer introvertida de 30 años de edad, puso una pasión ardiente en papel, miró dentro de la muerte y de la eternidad y gritó “¡No es cobarde el alma que en mí habita!” Y...¿qué hay de ti, gatito?

Reflexiona: “Designó a doce, a quienes nombró apóstoles, para que lo acompañaran y para enviarlos a predicar y ejercer autoridad para expulsar demonios. Éstos son los doce que él nombró: Simón (a quien llamó Pedro); Jacobo y su hermano Juan, hijos de Zebedeo (a quienes llamó Boanerges, que significa: Hijos del trueno).” Marcos 3:14-17

Ora: Señor, mientras tú y yo escribimos Tu historia en mi vida, permite que sea una de sentido placer y de pasión palpitante. ¡Dios! ¡Ayúdanos a quemar los moldes de plástico rosa que han producido los ‘Evangelatosos’ aburridos por ya tantos años! Amén.




No comments:

Post a Comment