Saturday, August 31, 2013

Aug | 31 | Cantando canciones a medianoche

RESISTIR

Hechos 16:37  
Pero Pablo respondió a los guardias: ¿Cómo? A nosotros, que somos ciudadanos romanos, que nos han azotado públicamente y sin proceso alguno, y nos han echado en la cárcel, ¿ahora quieren expulsarnos a escondidas? ¡Nada de eso! Que vengan ellos personalmente a escoltarnos hasta la salida.

Cantando canciones a medianoche

Pablo había conocido al grupo de mujeres junto al río en Filipos. Lidia había recibido el mensaje de la salvación con gozo y ella, junto a toda su casa, se habían bautizado. Pablo habiendo sido invitado a su casa, ¡acampó con el grupo de hombres que traía en la casa de ella! Pablo iba todos los días a orar a la sinagoga y también todos los días era acosado por una muchacha poseída por demonios que los seguía gritando, proclamando la misión de Pablo, su mensaje y su propósito. Después de muchos días, Pablo debe haber juzgado que esto se estaba convirtiendo en “propaganda poco conveniente”. Entonces, volviéndose a ella y hablándole al espíritu de adivinación dentro de ella, lo echó fuera en el nombre del Señor Jesús. La esclava está libre ahora pero incapaz de llevar a cabo su anterior y lucrativo trabajo. Sus dueños, por lo tanto, han perdido una buena entrada ¡y no están muy contentos! En venganza, estos agitan a una acalorada multitud, en presencia de los magistrados locales, quienes escuchando solamente las acusaciones y no la defensa, pública y violentamente despojan a Pablo y a Silas de sus ropas, mandan azotarlos con varas y los arrojan en prisión.

Desnudos, terriblemente llenos de moretones y de golpes, y con sus pies en el cepo, Pablo y Silas cantan canciones a medianoche. Después de unos terremotos afuera y otros adentro de la cárcel, el carcelero de guardia y toda su familia son salvos y se bautizan…todo en una noche.
Llega la mañana. El abuso y la locura de los magistrados ya ha pasado, ha sido satisfecha la venganza de los amos de la esclava, y la multitud se ha dispersado. Una vez más, todo está bien en Filipos, excepto que el terremoto de la noche, que ha estremecido la ciudad y liberado a los prisioneros, había sido considerado probablemente, como un augurio de juicio contra los magistrados de Filipos. Al despertar, muy temprano por la mañana, los magistrados le mandan decir al carcelero que suelte a Pablo y a Silas.

El nuevo cristiano, el carcelero salvo, está obviamente contento y dice, “ahora salgan y vayan en paz”. Por supuesto, Pablo, ante el nuevo creyente y sobre todo con el deseo de mantener la paz, le dará un buen ejemplo, pondrá la otra mejilla y saldrá corriendo por donde vino. ¡Ni soñarlo! ¡No! Sorpresa, sorpresa porque con un destello de fuego, “Pablo el resentido” completamente arraigado en las Escrituras dice “‘Noah waya Hosea!’ ¡que vengan ellos mismos a sacarnos! Que sean ellos los que se apuren y corran, ¡esto es vergonzoso! Pablo quería que toda la ciudad viera cómo los errados magistrados se humillaban por sus procedimientos ilegales y vieran también que ellos, cristianos inocentes, habían sido condenados injustamente.

Amigos, aquí debemos notar tres cosas:

Primero, que la batalla en la que nos encontramos es intensa. Es una batalla que se libra en los niveles físicos, materiales, magisteriales, económicos y espirituales. Es un frente de batalla que incluye todas las dimensiones.

En segundo lugar, que Dios espera que sus siervos resistan las tribulaciones. ¡Pareciera ser que estos cantantes trasnochadores desnudos y llenos de golpes que no salieron corriendo cuando tuvieron la oportunidad, fueron los únicos que pudieron atraer la atención de este endurecido carcelero!

Finalmente, y lo más maravilloso es que, a pesar y debido a todos estos acontecimientos dramáticos, ‘la casa púrpura’ de Lidia se está convirtiendo rápidamente en ‘la casa llena de gente’, de Lidia. Jesús a través de todo esto, está edificando su iglesia.

Medita: “Tú, pues, sufre penalidades como buen soldado de Jesucristo”. 2ª Timoteo 2:3(VRV)

Ora: Señor en toda nuestra resistencia envíanos visiones de oro, cestas de frutas y mensajes del cielo. Ven y camina sobre nuestros senderos obedientes; ven y sacude la tierra ante nosotros, oh Dios. En el nombre de Jesús. Amén.


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