Friday, October 11, 2013

Oct | 11 | Dotes peligrosas

AUDAZ

Jueces 1:12-15  
Entonces Caleb dijo: A quien derrote a Quiriat Séfer y la conquiste, yo le daré por esposa a mi hija Acsa. Y fue Otoniel hijo de Quenaz, hermano menor de Caleb, quien la conquistó; así que Caleb le dio por esposa a su hija Acsa. Cuando ella llegó, Otoniel la convenció de que le pidiera un terreno a su padre. Al bajar Acsa del asno, Caleb le preguntó: ¿Qué te pasa? Concédeme un gran favor —respondió ella—. Ya que me has dado tierras en el Néguev, dame también manantiales. Fue así como Caleb le dio a su hija mananatiales en las zonas altas y en las bajas.

Dotes peligrosas

Es un antiguo dicho, usualmente pronunciado con un guiño de ojo a muchos pretendientes desilusionados: “Un corazón débil jamás ganó una bella dama”. El mensaje es simple: El valor y la perseverancia son dos cosas que vale la pena cultivar y que te harán feliz, ¡incluso el día de tu boda!

Caleb, ese viejo guerrero, ese asombroso jinete de montaña, esa reliquia de la antiguedad, una vez más nos revela aquellas cosas que sólo los ojos de la fe pueden ver. Estoy aquí hablando de corazones y estoy hablando de actitud.

Ahora, antes de que censuremos su osadía de padre, que parecería que está dispuesto a dar a su amada hija al primer vicioso infeliz, violento y sediento de sangre, que juega con la vida y se presenta con la intención de masacrar a algunos Filisteos antes de la hora del almuerzo, déjenme decirles que éste hombre conocía a su hija. Ella era de la misma estirpe y raza que este poderoso guerrero. Siendo una mujer de valor audaz, ella debía tener un hombre que igualara, o se aproximara, a la actitud conquistadora en su propio corazón para formar una pareja feliz. De ahí la peligrosa dote. Ella era la mejor recompensa, el mejor de los premios la cual no se sentaría pulcra o silenciosamente en ninguna carpa Israelí. El ejemplo audaz y valiente de su padre aseguraban eso. ¡Ella necesitaba el esposo adecuado!

¡Otoniel demuestra valor al atacar Quiriat Séfer y muestra perseverancia al lograr tomarla! Con estas dos cosas, ciertamente Otoniel gana su bella doncella. Sin embargo, pareciera que su valentía ahora fallaba. El hombre que enfrentó a miles de Filisteos parecía ahora retroceder ante una simple petición de su nueva esposa cuando ella le dice: “Mi padre ha sido bueno con nosotros. Él me ha dado tierras en el sur. No obstante, Otoniel, son insuficientes. Ve hacia mi padre y pídele más. Pídele por algo mejor”.

Yo supongo que el valiente Otoniel vaciló ante esto, porque fue la misma Acsa, este pequeño “brazalete de tobillo”, quien se bajó del asno y se acercó a su ya generoso padre, con esta, en apariencia, petición exorbitante. Caleb por supuesto le dio más, mucho, mucho más de lo que ella había pedido.

Lean los primeros capítulos del Apocalipsis y verán a Jesús ofreciendo el mismo tipo de dote peligrosa: “Al que venciere, al que persevere, etc... Yo le daré”. Jesús nos llama a realizar enormes proezas de valor y perseverancia que nos llevarán incluso a obtener una mayor recompensa. Sin embargo, recuerden esto: Fue la simple, aunque audaz petición de la pequeña “brazalete de tobillo” la que hizo que su herencia fuera dulce y sencilla de obtener. ¡Cosas grandes se consiguen peleando, pero cosas todavía más grandes se consiguen pidiendo!

Reflexiona: “Al que puede hacer muchísimo más que todo lo que podamos imaginarnos o pedir, por el poder que obra eficazmente en nosotros, ¡a él sea la gloria en la iglesia y en Cristo Jesús por todas las generaciones, por los siglos de los siglos! Amén.” Efesios 3:20-21

Ora: Oro hoy porque me concedas el valor de Otoniel y la audacia de Acsa. Oh Señor, dame esta montaña, luego, con ella, ¡dame lo que es bueno, luego dame más, y después concédeme lo mejor! Te lo pido en el nombre de Jesús. Amén.

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