Wednesday, October 23, 2013

Oct | 23 | El cuarto de baño de Lutero

CONSIDERA

1 Samuel 24:3  
Por el camino, llegó a un redil de ovejas; y como había una cueva en el lugar, entró allí para hacer sus necesidades. David estaba escondido en el fondo de la cueva, con sus hombres.

El cuarto de baño de Lutero

Aparentemente, Lutero era franco sobre su constipación. Al sufrir de tales complicaciones persistentes, el gran reformador pasaba varias horas sentado en contemplación observadora. Fue estando “en la cloaca” (en el sanitario) en donde él se enfrentó, y finalmente comprendió, el maravilloso significado de la justificación por la fe solamente. El resto por supuesto, es historia gloriosa. Mis dos puntos de hoy no son una cuestión de crudeza, sino una consideración de que la inspiración no está, bajo ningún concepto, confinada al santuario, y que el terreno de nuestras deliberaciones, donde sea que se den, pueden volverse El Lugar de Su revelación.

Nuestro versículo de hoy es el inicio del relato de la visita del Rey Saúl al excusado. El Espíritu Santo nos revela, aquí mismo, en el excusado de Saúl, aquí mismo en este evento cotidiano y regular, la lucha gigantesca de David con la Soberanía de Dios. Es aquí donde Dios le habla a David en términos poderosos. Es de lo más triste que esta visita al baño será, probablemente también, la última vez que Dios le hable a Saúl.

Amigos, debemos, al menos, convencernos de que Dios no está excluido de hablar en cualquier terreno de nuestras vidas y también, debemos tomar nota de que no sólo el santuario puede convertirse en un Lugar Sagrado.

Por supuesto, estaríamos de acuerdo en que Dios, en Su misericordia o auto revelación, no está confinado a ningún edificio o momento específico de un día domingo. Esa es la verdad. También es un hecho maravilloso que nosotros, la Iglesia, somos el edificio sagrado de Dios, ¡Su morada maravillosa! ¡Sea cuando sea que un número considerable de piedras vivientes se reúnan, debe ser con las mayores de las expectativas de ministrarse mutuamente! ¡Debemos encontrar a Dios en cada uno de nosotros, y en los otros, y a Jesús en medio de todo! ¡Debemos esperar que salgan chispas, que los muertos vivan, que la carne muera! ¡La iglesia congregada debe ser el lugar más emocionante en el planeta! ¿No los hace preguntarse qué ha pasado, eh?
Como Lutero, tal vez encontremos que muchas de nuestras iglesias están desamparadas, se han debilitado o han muerto. Subsecuentemente, muchos de nosotros estamos sufriendo de padecimientos que van desde hambre espiritual hasta constipación espiritual. ¡No hay nada de valor entrando y a lo que es de gran valor dentro de ustedes, no se le deja salir!

La constipación de Lutero lo llevaba, regularmente, a un lugar no tan fragante, donde la inspiración y la revelación se daban cita, y donde el mundo fue cambiado para siempre. Estoy convencido de que es en el servicio desinteresado a Jesús, donde encontramos quiénes somos realmente y descubrimos quién es Él en realidad. Entonces, ¿qué hay de ti? Quizá debieras buscar un lugar no tan fragante donde tus dones y tu servicio serán utilizados y, donde al hacerlo, te encontrarás con el alivio de esta revelación sobre quién es Él en verdad y quién eres tú en realidad.

Perdonarán la metáfora, pero a veces ¡es tiempo de levantarse, estirarle a la cadena y continuar!

Reflexiona: “Pero ¿es posible que Dios habite realmente en la tierra? Si el cielo y lo más alto del cielo no pueden contenerte, ¡cuánto menos esta casa que yo he construido!”

Ora: Dios vivo, Dador de vida, Dios de amor: ¡Aliméntame pues estoy hambriento! ¡Úsame en Tu Reino y condúceme a un lugar de servicio para que aquello que has puesto dentro de mí, pueda ser usado para Tu gloria! Te lo pido en el nombre de Jesús. Amén.

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